De coña, parece que te vacilan cuando lo oyes, pero lo ciertamente triste es que es la pura verdad.
Una de las supuestas bases para que funcione una democracia es la libertad de expresión, ¿no? Para que exista democracia esta debe estar abierta a la crítica y aprender de ella, pero claro, esto no es una verdadera democracia.
Todo empieza con un partido de futbol (como todo lo importante que ocurre en España), y como se prevé que una de las aficiones va a realizar una pitada cuando suene el glorioso himno de la nación, algún lumbreras decide que lo mejor que se puede hacer para solventar esta ofensa patriótica es subir el himno a niveles brutales (120 decibelios) para que así aunque se produzca la pitada, el mundo no pueda oírla.