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Red, renta y libertad. Parásitos, trabajo vivo online y horizontes hacia la renta garantizada.


 

Por Javier Toret y Joan Miquel Gual miembros de la universidad nómada y del centro social exit. 

el odt de la primera versión esta aqui.

 

Red, renta y libertad.
Parásitos, trabajo vivo online y horizontes hacia la renta garantizada.

Hay un devenir revolucionario que no confunde con el futuro de la revolución, ni pasa forzozamente por los militantes. Dialogos. Deleuze/Parnet

 

 

0.1

En el principio estuvieron los movimientos. Desplazar la mirada, explorando nuevos horizontes de conflicto en la sociedad red.

Dos fenómenos han transformado recientemente el panorama de las luchas de contestación al régimen de propiedad intelectual y al intento de regulación restrictiva de la red: en primer lugar, la llegada del Partido Pirata1 al Parlamento Europeo en 2009, después de ser elegido con más de 200.000 votos de la sociedad sueca. En segundo lugar, a nivel del Estado Español, la aparición de la Red SOStenible2, plataforma ciudadana que exige modificaciones sustanciales a las medidas de la Ley de Economía Sostenible que atañen a los derechos de autor y al intento de regulación de internet que se derivan de la misma.

Creemos que estas dos experiencias son ejemplos de extremo interés para comprender las dinámicas de innovación política en eso que llamaremos provisionalmente política e inteligencia de enjambres propias de la sociedad red. También pensamos que son una buena piedra de toque para pensar el conflicto contra las distintas formas de explotación, control y dominio sobre la producción social colectiva de valor, por un lado, y, por otro, la gestión restrictiva y parasitaria de la gran riqueza que produce la red.

El Pirate Party se caracteriza por proponer orientaciones de máximos. En su ideario básico la privacidad del usuario, la modificación del régimen de los derechos de autor y la abolición total de las patentes son los objetivos macropolíticos y exclusivos que han sido planteados como motivación de salida para la fundación del partido.

Por otro lado, la red SOStenible busca plantar cara al actual Gobierno Español proponiendo tanto medidas de urgencia que están contempladas en la 'Carta para la innovación, la creatividad y el acceso al conocimiento: Los Derechos Humanos de ciudadanos y artistas en la era digital'3 que se redactó en el encuentro mundial Free Culture Forum celebrado en Barcelona, en el marco de la 2ª gala de los Oxcars4, en noviembre de 2009, para impedir que salga adelante la actual propuesta de ley de economía sostenible que pone las bases para romper la llamada neutralidad de la red y poder penalizar y cerrar webs por el delito de “linkar” a contenidos 'protegidos'.

De todas las medidas que conlleva la Carta, a nosotros nos interesa centrarnos principalmente en dos cuestiones, la neutralidad de la red, como espacio productivo del Común, no regulable en términos de los intereses del mercado, y en la cuestión de la renta básica, entendida como desplazamiento necesario para repensar, de un lado, un modelo de economía que permita una retribución justa al actual modelo productivo que se da en el capitalismo cognitivo y, por otro lado, para hacer practicables las 'fórmulas para remunerar colectivamente la creación artística y la innovación'. O como se dice en la carta:

    'Los creadores/autores, como todos los trabajadores, deberían recibir una justa compensación por trabajo. En los trabajos creativos por cuenta ajena donde no se puedan cobrar derechos de autor en tiempos o cantidades razonables, el salario debería ser garantizado'.

Finalmente éste artículo busca explorar cómo se materializa la explotación en la red: cuando aportamos contenidos en la red, comentarios en blogs y periódicos, navegamos webs, producimos o compartimos información y/o archivos, etc. Siguiendo la estela de este razonamiento, queremos pensar como se construyen horizontes de deseo donde no es posible separar la libertad de la red y de la multitud. Para ello la desaparición de los monopolios coercitivos como las sociedades de gestión de los derechos de autor es necesaria pero no suficiente. Creemos fundamental pensar radicalmente la necesidad de distribución de la renta que se produce colectivamente y que queda acumulada en lo que hemos denominado “la nueva propiedad de los medios de producción”, los lugares de destino de los beneficios económicos de la fábrica digital5.

Creemos que la demanda de renta básica, directa (monetaria) e indirecta (acceso gratuito a la red), es una posible evolución lógica de las reivindicaciones de los movimientos en el contexto del actual modo de producción que tiene en la red una esfera fundamental. El tiempo dirá...

 

0.2.

Parásitos de la polinización social. Apuntes para avanzar en la crítica de la economía política del capitalismo cognitivo

  • ¿Qué entendemos por polinización social?

En Estados Unidos la productividad de las colmenas de abejas ya no se mide en términos de la cera o de la miel que recoge y vende el apicultor, éste alquila el servicio de polinización de territorios a los compradores interesados. En manera similar, Google no vende un servicio si no un metaservicio, es decir, un servicio que para funcionar es dependiente de la actividad humana que lo activa y que suscita el interés de los anunciantes para lanzar sus artículos a los navegantes. Los 15 millones de clicks por segundo que registra Google son un auténtico paradigma de gente trabajando gratis para la firma que denominamos polinización social. Yann Moulier Boutang ha definido el trabajo de búsquedas en Google como un enjambre6; la compañía vende el trabajo del enjambre, la polinización social que se activa con el motor de búsquedas, como si de un apicultor estadounidense se tratara, es decir, ya no vende productos concretos, miel o cera, si no la misma acción de la cooperación social online que tanto interesa a la amplia esfera de los anunciantes sean estos del tipo que sean. Google, y por extensión otros parásitos del trabajo colectivo online, como por ejemplo la plataforma de redes sociales Facebook, pone los medios para organizar la cooperación social en provecho propio y acumular renta. Se trata en definitiva de nuevas compañías que son posibilitadoras y parásitos de la cooperación al mismo tiempo.

Con la propia evolución de la red y de cómo actúa la gente en ella, lo que Francis Pisani y Dominique Pioter en su libro 'La alquimia de las multitudes' han llamado el paso de los internautas a los webactores, los usuarios han adquirido una importancia central en la medida que ha crecido su número, mejorado la conexión y se han multiplicado las formas de interacción y participación social (a través de los foros, blogs, mensajería instantánea, la redes sociales para compartir fotos, archivos, etc). La web 2.0 se basa en una doble reatroalimentación entre participación reticular y extendida y la digitalización de datos. Es evidente que hoy los usuarios de la red (a principios de 2009 ya eran 1.200. millones de personas) han generado y generan la mayor parte de la información disponible online, haciendo posible que algunas empresas obtengan beneficios millonarios. Hoy se estima que el 60% de los datos lo cuelgan los usuarios y el 25% del tráfico pasa por las redes sociales.

Nos parece necesario en éste punto insistir en la idea desarrollada por los teóricos post-operaistas que ya no hay diferencia entre trabajo y vida (entendiendo por vida tanto la formación como el consumo, la reproducción y/o la afectividad) ya que ambos se confunden. La red es uno de los ejemplos que aporta una mayor clarividencia al hecho de que hoy en día es la vida digitalizada, y por tanto los datos en todas sus interacciones (trabajo vivo online) la que es puesta a producir, o para decirlo en otras palabras, podemos hablar de una subsunción total del trabajo vivo online7.

Sin lugar a dudas existen parásitos peores que Google. Tim O' Reilly, que popularizó el término web 2.0 en una conferencia en 2004, con su frase 'data is new the intel inside', parte de la idea que hoy lo que marca la diferencia en la economía y en el éxito de la empresas de la red es aprovechar el deseo de participación y comunicación social entre la gente que conforma la sociedad red. Por éste motivo la forma más económica y rentable, como bien saben en Facebook, es pedir a los mismos usuarios que no sólo cuelguen sus datos, sino que renuncien a su propiedad y los cedan a la propia plataforma. Es una especie de huevo de oro de la red, obtener la cooperación multitudinaria y el trabajo voluntario de los webactores y construir emporios a través ello.

Pondremos otro ejemplo para hacer avanzar la definición de polinización social (y de parásitos del trabajo vivo). Matteo Pasquinelli afirma en Animal Spirits que la economía P2P, el intercambio libre de información entre usuarios, tiene en los dispositivos de almacenamiento tipo Ipod su principal parásito. Sin lugar a dudas el valor añadido de Ipod se encuentra en la posibilidad de las descargas gratuitas de las que la gran mayoría hace uso para alimentar las listas de sus reproductores. El software libre en los ordenadores IBM también figura como ejemplo de nuevo motor de acumulación que hace de la red y las relaciones de cooperación que se dan en la misma el caldo de cultivo para parásitos, pudiendo hablar de parásitos software (Google, Facebook) y parásitos hardware (IBM, Ipod y, como veremos en el siguiente apartado, Telefónica).

 

0.3

Sobre lo inadecuado de la lógica público – privado para regular la red.

Google vs Telefónica. Google vs Sgae, el trabajo vivo online contra la expoliación del común.

César Alierta, presidente de Telefónica, nos ha sorprendido últimamente afirmando que Google y Facebook deben pagar a Telefónica porque su actividad les genera una tasa de beneficio tal que les coloca en una posición de mercado ventajosa para atacar a las grandes compañías de telecomunicaciones, Telefónica a la cabeza, y por tanto para competir desde una posición desleal, ya que gran parte de su beneficio se debe a que usan gratis las infraestructuras que la multinacional española dispone. Poco después Vodafone respaldó con matices y mayor timidez a Telefónica.

Por otro lado, Teddy Bautista, presidente del consejo de dirección de la SGAE, reclamaba que un modelo sostenible sería uno en el que Google paga a las operadoras (como Telefónica) y estas a su vez pagan a Sgae. La lógica de la declaración de Bautista es la siguiente: igual que Google debería pagar a las operadoras por usar sus infraestructuras, estas deberían pagar a Sgae ya que son los principales generadores de contenidos (?!!), si esto es así nos toca preguntar a Bautista quién debería pagar al usuario común de internet, a los más de 1200 millones de personas, por generar los contenidos y formas de interacción que van más allá del régimen de los derechos de autor y que han desarrollado toda la esfera productiva del software libre por poner el fruto más destacado que ha traído consigo internet.

Desde nuestro punto de vista, un análisis de la tendencia hacia la que apuntan los grandes monopolios de la economía política de la red es la de una retribución en cadena: de Google a las operadoras, de las operadoras a Sgae, de la Sgae a sus socios. El Ministro de Industria del actual gobierno español, Miguel Sebastián ha dicho recientemente que “cobrar a un buscador”, tal y como comentó Telefónica “es una opción posible, que hay que discutir o barajar”8 y está de acuerdo en llevar el debate a la UE y en tasar a Google si esto beneficia al usuario con menores precios por el pago de banda ancha, con lo que se cerraría el círculo que supuestamente beneficiaría a todas las personas y empresas del Estado.

La cuestión que subyace a todo este debate es la siguiente: ¿es apropiado el régimen jurídico del derecho público y del derecho privado para regular un espacio, la red, caracterizado por la producción común? Desde nuestro punto de vista se produce cierta cuadratura del círculo, es decir, cada uno puede reclamar al otro desde su posición pero lo que marca verdaderamente éste mercado es la interdependencia de las infraestructuras (operadores de telecomunicaciones), con los softwares (Google), con los generadores de contenidos (y aquí Sgae no tiene una posición dominante como pretenden, ya que esta posición es para los usuarios de la red que son los principales productores). Esta interdependencia sólo puede avanzar hacia una regulación justa si se cambia la concepción de la propiedad pública y privada de los medios de producción hacia una propiedad común de los mismos. Esta es la tarea de una nueva concepción social de la productividad. Afirmamos radicalmente que la fábrica digital (ese entramado de buscadores, operadoras telefónicas, entidades de gestión, gobiernos) no puede existir sin la producción común de las personas y que la batalla está en la lucha por no ser expropiados parasitariamente y en reclamar que lo que es producido por todos pertenece a todos, omnia sunt communia.

La producción de la economía digital es hoy un enjambre de la cooperación social digitalizada e interconectada. En internet todos subimos contenidos, investigamos, nos entretenemos, nos relacionamos. Nuestro hacer singular y colectivo es el motor que permite la acumulación de renta que pensamos debe ser distribuida de otra forma. Producción común, interdependencia, como en un enjambre, pero apropiación parasitaria de la renta. Pensar en fórmulas que nos permitan avanzar hacia una economía del común, más allá de la público – privada, tiene que ver con entender la necesidad de valorizar el trabajo de las personas en la red por el simple hecho de conectarse.

Finalmente vemos en éste debate sobre la valorización de los diferentes actores de la red el embrión de una guerra tecnológica sin precedentes en la que los usuarios, la mayoría numérica repartida por todo el planeta, no nos podemos quedar fuera en la construcción de una ética de la valorización del trabajo vivo online que sea tenida en cuenta. Si la economía política de la red se encuentra en disputa no es descabellado exigir, a través de un posicionamiento firme de las personas usuarias de la red, el acceso a una renta garantizada que provenga de la tasación de lo que producimos en el tiempo que pasamos online.

A quienes sólo tenemos nuestra fuerza de trabajo, nuestro cuerpo y nuestros intelectos en red y queremos cambiar el actual estado de las cosas nos toca avanzar en el debate y en las posibles alianzas de acuerdo sobre la renta, también imaginar fugas que vayan orientadas a paralizar o desviar la maquinaria que reproducimos.

 

0. 3

Hacia una ética hacker postliberal. Entre la renta básica y la empresas del procomún.

A nuestro entender la producción cooperativa gestada online, o una más amplia que utiliza la red para desarrollar relaciones o productos, junto con la nueva ética hacker, han devastado la ética del trabajo, que todavía sigue siendo bandera de amplios grupos de vieja izquierda a la búsqueda de soluciones para la actual coyuntura de crisis. Siguiendo la expresión de Pierre Levy podemos afirmar que “cualquier acto humano es un momento del proceso de pensamiento y de emoción de un megapsiquismo fractal, que podría ser valorizado, es decir remunerado en tanto que tal”.

Pensamos que una nueva ética hacker debe ser consecuente con el actual modo de producción y exigir remuneración económica no ya en forma salarial trabajista sino en forma de renta básica directa (monetaria) e indirecta (acceso gratuito a la red). Para nosotros una ética hacker postliberal no debe sólo desafiar la moral protestante del trabajo (Himanen) sino también, partiendo de la lógica de la explotación del enjambre, avanzar en la construcción de una nueva fiscalidad que retribuya de tal manera a los webactores que acerque la producción de estos hacia el concepto de cooperación simbiótica, entre usuarios y la nueva propiedad de los medios de producción, actualmente totalmente parasitaria.

La creación de una nueva empresarialidad del procomún, aunque totalmente necesaria, no es suficiente como horizonte. La Europa de la producción desde abajo, en su deseo de desbloquear el trabajo vivo, la producción de lo común inmanente a la vida contemporánea, ha roto desde hace mucho tiempo con la ética protestante y ahora quiere romper con la precarización de la existencia humana a través de la constitución de un concepto de libertad que va más allá del mercado de trabajo: una libertad postliberal consciente de que no hay mano invisible sino tendencias y cracks

cada vez más veloces, tanto que parecen permanentes. La libertad por la que apostar es necesariamente remunerada y no obligatoriamente compravendible. Si es la vida entera la que ha sido puesta a producir, si cada gesto es parte de la matriz de una (bio)economía que usufructa y extrae plusvalor de nuestro hacer cotidiano, sólo podemos reivindicar justicia social: maneras de actualizar nuestro trabajo a partir de percepciones monetarias y/o de otro tipo. Empresas del procomún, espacios de autonomía online y físicos deben unirse a una demanda más general de una reforma fiscal apropiada a la producción actual.

- Las tasas polen.

Yann Moulier Boutang, afirma la necesidad de crear lo que denomina “tasas polen”, una suerte de reforma de la fiscalización orientada a distribuir entre todas las personas los beneficios de las mismas. Dicha tasa polen, también es pensada para ámbitos más allá de la red, que ahora no nos ocupan, como por ejemplo un porcentaje ínfimo de las constantes transacciones de capital financiero, en la línea de la Tasa Tobin, o el expolio de las riquezas del común del cuerpo de la tierra.

Las tasas polen servirían para desplazar hacia las personas los frutos de su trabajo, es decir, si continuamos con la metáfora de la polinización, permitiría no solamente contribuir a la reproducción del enjambre mediante el uso de las posibilidades del mismo, sino a obtener una retribución adecuada a la forma de producción que ocurre inmanentemente en la red.

Al respecto es apropiado citar a Bauwens otra vez: “En sentido amplio, el capitalismo netárquico es una rama del capital que abraza a la revolución de los iguales, a todas aquellas fuerzas ideológicas para las que el capitalismo es el horizonte final de la posibilidad humana. Es la fuerza detrás de la inmanencia del igual a igual. Opuesta a ella, aunque unida en una alianza temporal, están las fuerzas del común-ismo, aquellos que ponen su fe en la trascendencia del igual a igual, en una reforma de la economía política más allá de la dominación del mercado”.

“La P2P puede ser expandida y sostenida mediante la introducción de la renta básica. Esta última, que crea un ingreso independiente del trabajo asalariado, posee el potencial de apoyar un mayor desarrollo del valor de uso generado por P2P. Mediante el ethos de la “plena actividad” (en lugar del pleno empleo) de la P2P, la renta básica obtiene un nuevo y poderoso argumento: no sólo eficaz en términos de pobreza y desempleo, sino también creando importante valor de uso para la comunidad humana”.

Probablemente Brasil esté siendo ya un laboratorio avanzado que combina empresarialidad del procomún, desarrollo progresivo de la renta básica y una legislación no prohibitiva del P2P. Un modelo en construcción que ha tenido muy en cuenta, más allá del software libre, la lógica del bazar y no de la catedral para desarrollar un modelo productivo que dará que hablar. Un país por cierto donde la renta básica, introducida desde el 2006 poco a poco, esta generando un fenómeno de multiplicación de los efectos de riqueza muy interesante, que nos indica los caminos que podemos explorar.

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5Entendemos por fábrica digital el entramado de buscadores, operadoras telefónicas, entidades de gestión, gobiernos y sociedad civil global.

7 Podríamos decir que si el trabajo vivo es para Marx, en sus Elementos fundamentales para la crítica de la Economía política (también llamados Grundrisse), de 1857 y 1858: manuscritos filosoficos 'La única cosa distinta del trabajo objetivado es el trabajo no-objetivado, trabajo que está todavía objetivándose, trabajo como subjetividad. O el trabajo objetivado, por ejemplo, trabajo que está presente en el espacio, también puede ser contrapuesto, como trabajo pasado, al trabajo que está presente en el tiempo. Si esto debe estar presente en el tiempo, vivo, entonces puede estar presente sólo como el sujeto viviente, en el que éste existe como capacidad, como posibilidad, ergo como trabajador.'

Para nosotras el trabajo vivo online, sería la declinación del concepto pero referido a la dimesión online de la cooperacion social, de esta subjetividad que produce en cuanto que subjetividad ciborg o tecnomaquina del trabajo libre humano.

8http://www.elmundo.es/elmundo/2010/02/15/navegante/1266235275.html

http://www.crisyc.com/crisyc/index.php?option=com_content&task=view&id=975&Itemid=39

 

 

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