[audio] Rueda de prensa, Fies: Tortura Blanca en las cárceles
La artista Núria Güell ha presentado el día 25 de enero el proyecto Aplicación legal desplazada #3: F.I.E.S. en el espacio Off Limits de Madrid (Escuadra, 11, Lavapiés). En el acto la acompañaron Amadeu Casellas –ex-preso F.I.E.S. y militante anarquista- y Jorge del Cura -Portavoz de la Coordinadora para la Prevención de la Tortura-. El trabajo ha supuesto una campaña cultural de “escritura creativa” entre la artista catalana y más de medio centenar de presos sometidos al régimen F.I.E.S. de aislamiento especial, vigente en las cárceles españolas pese a su inconstitucionalidad. Sus testimonios han sido recogidos en la página web http://www.acvic.org/fies/.
En nuestra sociedad democrática y de derecho, el progreso ha dejado intacto el sistema carcelario heredado del franquismo. En 1991 se añadió el régimen F.I.E.S. (Ficheros de Internos de EspecialSeguimiento, Instrucción 21/96), que emplea medidas de aislamiento total a las que son sometidos los presos “inadaptados y conflictivos”. Después de mucha presión legal, el Tribunal Supremo declaró el régimen F.I.E.S. nulo de pleno derecho. No obstante, la Dirección General de Instituciones Penitenciarias dictó una nueva Instrucción, la 6/2006, que bajo la rúbrica “Protocolo de actuación en materia de seguridad”, reproduce literalmente la Instrucción 21/96. Esta última era de nuevo ilegal, ya que omitía los derechos de los presos sin respetar lo establecido por la Constitución Española, el Reglamento Penitenciario ni la LOGP (Ley Orgánica 1/1979, de 26 de septiembre, General Penitenciaria). Finalmente, el pasado 15 de abril del 2011, el Ministerio del Interior, acatando la sentencia del Alto Tribunal, ha modificado algunos apartados del Reglamento Penitenciario y, con el Real Decreto 419/2011, ha legalizado de nuevo el F.I.E.S.
Psiquiátricos clínicos consideran que las normas que regulan estos regímenes de aislamiento son medidas de tortura blanca, ya que someten a los reclusos a privación sensorial, monotonía estimular y pérdida de contraste con la realidad. Según los expertos, estos métodos aseguran un daño emocional que inevitablemente es generador de un intenso sufrimiento y un deterioro del sujeto. A través de la represión, bloquean la mente del recluso, neutralizan el espíritu reivindicativo del mismo, su conciencia, afectando su sistema nervioso hasta lograr su anulación efectiva. Son estrategias que conllevan un largo proceso de despersonalización, donde la condición de ser pensante termina torturándote.
En muchos casos, son los propios presos F.I.E.S. quienes se revelan, reclamando sus derechos a los carcelarios, funcionarios del Estado que aplican disciplina a través de la represión y que, según testimonios internos, “no puedes denunciar porque las represalias son peores”. Este sistema de disciplina está estructurado de manera que condena al recluso a la vulnerabilidad y a la indefensión, ya que el propio maltratador es el que debería tramitar su propia denuncia. La artista Nuria Güell ve este sistema como “macabro y obsoleto, que provoca odio, frustración y muerte al sujeto, en vez de propiciar la supuesta reinserción que increíblemente lo justifica”. Así, el proyecto de la artista catalana visibiliza declaraciones en primera persona como la siguiente: “(…) le golpeaba una y otra vez, le levantaba la cabeza y se la empotraban contra el suelo, podía hacerlo porque Ramón ya estaba esposado de pies y manos. Aun con las cámaras de seguridad, hacen lo que les da la gana, ya que luego borran lo que les interesa. (…) A mí me han torturado psicológicamente hasta el punto de haberme cortado las venas (…)”.
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