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29 de Septiembre ¡Huelga General!

29/09/2010 00:00

29 de Septiembre ¡Huelga General!

 

LLAMAMIENTO desde Grecia

 

 

Nos dirigimos a:

 

 

La clase obrera de los países europeos

Todos los sindicatos militantes de Europa

Todos los sindicalistas europeos combativos

 

 

Estimados compañeros,

 

Les mandamos la resolución-llamamiento que aprobaron en el día de hoy, martes 29 de junio 2010, todos los trabajadores de Atenas durante el gran mitin que realizó PAME, con la ocasión de la huelga general, frente al parlamento griego.

 

Nosotros, los miles y miles de manifestantes atenienses, declaramos una vez más que estamos totalmente en contra de las bárbaras medidas antilaborales, que está tomando el gobierno socialdemócrata. Unas medidas que están derrocando de raíz los logros y conquistas, de muchos años, a favor del gran capital monopolista.

 

Continuamos firmemente nuestra lucha clasista, apoyando los objetivos del movimiento sindical clasista de nuestro país, representado por el Frente Militante de todos los trabajadores, PAME. Un frente que aglutina en sus filas miles de trabajadores a través de centenas de organizaciones sindicales de primer y segundo grado.

 

En este período los trabajadores de varios países europeos están luchando en contra de las políticas de sus respectivos gobiernos. Expresamos nuestro apoyo y solidaridad. De todas estas luchas, pequeñas y grandes, podemos sacar algunas conclusiones:

 

  1. La clase obrera en todos los países europeos se está confrontando con una estrategia única, bien elaborada, por parte del capital monopolista. Una estrategia que no sólo tiene como objetivo descargar todas las consecuencias de la crisis económica en las espaldas de la clase obrera, sino garantizar sobre todo la rentabilidad del capital a largo plazo, con la eliminación de cualquier derecho laboral y el aumento del grado de explotación. Somos testigos de la agresión más salvaje coordinada a nivel europeo, y al mismo tiempo de la lucha más feroz que lleva a cabo cada país capitalista para garantizar por si mismo la parte del león. Una competición que traerá nuevas calamidades para todos los pueblos.

 

  1. Los gobiernos, sean neoliberales o socialdemócratas, están implementando las mismas medidas crueles. Están representando los mismos intereses.

 

 

  1. Logros y derechos fundamentales, conquistados a través de luchas duras, con sangre y sacrificios, se están quitando con el pretexto de “la salida de la crisis”, una crisis generada por la anarquía capitalista y la sobreacumulación de ganancias. Una crisis profunda, que demuestra los límites históricos del capitalismo, un sistema que se está pudriendo y genera a escala masiva el desempleo, la pobreza, la guerra, la represión.

 

  1. Se está comprobando que la UE es una Unión de Capitalistas. Una Unión que junto al FMI y los EE.UU., junto a los gobiernos consisten una coalición para el saqueo de los pueblos, a favor del capital.

 

 

  1. La CES está comprobando continuamente que no es una organización sindical, sino una plana mayor burócrata, que en efecto apoya las estrategias de la UE. La responsabilidad de estas fuerzas es inmensa, porque son éstas que han desarmado el movimiento obrero adoptando la política de reconciliación con el capital, la política de la colaboración entre clases, la sumisión.

 

 

 

Estimados compañeros,

 

 

 

Frente a esta situación, la necesidad hoy en día, de una coordinación de todos los sindicatos militantes a nivel europeo y de todos los trabajadores europeos es una PRIORIDAD fundamental.

 

Hoy en día, más que ayer, necesitamos:

 

  • Internacionalismo y Solidaridad Obrera

  • Coordinación Sindical Militante

  • Luchas clasistas en común, con objetivos comunes

 

En todos los países de la UE, en toda Europa

 

 

Los derrumbes en el Sistema de Seguro Social, las relaciones laborales, la Salud Pública, la Educación, las privatizaciones en todos los sectores, el desempleo masivo, el recorte de salarios y pensiones, no son medidas temporales, sino permanentes. A través de estos derrumbes el capital intenta fortalecer el mismo sistema capitalista, condenando a vastos sectores de trabajadores al desempleo y la indigencia. Mujeres, jóvenes y adolescentes van a pagar caro.

 

 

Trabajadores de Europa,

 

 

No podemos esperar más! Tenemos que coordinar nuestros esfuerzos!

 

 

Nosotros, los Griegos, trabajadores, desempleados, inmigrantes, mujeres, jóvenes y jubilados, expresamos nuestra solidaridad a los trabajadores de España, Portugal, Dinamarca, Italia, Rumania, Francia, los trabajadores de todos los países, que protestan en las calles.

 

Expresamos nuestro internacionalismo a todos los trabajadores Europeos, que superan -dejan atrás- las direcciones sindicales conformistas y burócratas y abren paso con sindicatos nuevos, militantes, honestos, que organizan nuestro contra-ataque.

 

 

El objetivo de estas luchas debe ser el rechazo de estas medidas antilaborales. Que no se implementen estas políticas.

 

Debemos exigir medidas que satisfagan las necesidades actuales de las familias populares.

 

Debemos ayudar a que la clase obrera en Europa comprenda que nuestro futuro no es el capitalismo.

 

Luchamos para que cese la explotación del hombre por el hombre.

 

 

 

PAME continuará sus esfuerzos para la coordinación de nuestras fuerzas, para luchas en común. Proponemos un encuentro en Atenas o en otro país Europeo próximamente.

 

 

 

Atenas 29 de junio 2010

Plaza de la Constitución

AdjuntoTamaño
jreforma laboral.odp36.46 KB
CRISIS ECONONOMICA, CRISIS SOCIAL Y LAS POLITICAS.odp1.43 MB

Asoc. Plataforma por una vivienda digna-comunicación estatal

ASOCIACIÓN PLATAFORMA POR UNA VIVIENDA DIGNA
- COMUNICADO ESTATAL 27/09/2010 –
La PVD invita a secundar la huelga general y
a participar en las movilizaciones del 29 de
septiembre
La asociación Plataforma por una Vivienda Digna lleva años denunciando que las políticas de
vivienda, fiscales y urbanísticas practicadas en este país, por cuanto han fomentado
inmensos desequilibrios y el endeudamiento generalizado de la población, nos conducirían
sin remedio a una crisis económica, social y ambiental de grandes proporciones.
Bien, ya tenemos aquí las consecuencias de las políticas aplicadas durante años y en esta
coyuntura, con un deterioro económico sin precedentes, nos encontramos con que nuestros
dirigentes, lejos de asumir errores y corregir las políticas que nos condujeron a esta
situación, se han enrocado en el absurdo y continúan en la misma línea reforzándolas más
aún, todo ello mientras se desvinculan sigilosamente de la que es su propia responsabilidad
en el camino hacia la situación actual. La sociedad española no puede olvidar que la crisis
que sufrimos es claramente más profunda que las de otros países europeos, que está
totalmente ligada al desmoronamiento del sector inmobiliario y que ese hecho guarda
mucha relación con el derecho a la vivienda digna recogido en nuestra Constitución y lo
poco que han hecho nuestras instituciones públicas para hacerlo efectivo.
Ni los políticos de antes, ni los de ahora, ni en tiempos de bonanza, ni en tiempos de crisis,
han apostado por una política de vivienda racional y sostenible sino por todo lo contrario.
Muestra de ello han sido la inexistencia de medidas firmes para evitar la especulación, los
numerosos casos de corrupción urbanística, el lucro desmedido que se ha consentido sobre
un bien de primera necesidad, la desvirtuación del concepto ‘vivienda protegida’, la
incapacidad para impulsar un modelo arquitectónico más eficiente y el reducidísimo parque
de viviendas en alquiler social (2% en España, frente a un 20-30% en otros países de la
Unión Europea). No podemos permitir que el crecimiento económico y la financiación de las
instituciones se mantengan gracias a hipotecar la vida entera de las personas, que se
empuje con dinero público el lucro desmedido y que se permita la impunidad de bancos y
promotores tras sus grandes errores.
Y mientras esto sucede, nos encontramos una política de vivienda del gobierno de Zapatero
que se puede resumir en la siguiente máxima: “los precios de la vivienda no van a bajar
más, compra ahora que es el mejor momento”, mientras se han ido poniendo en marcha
toda una legión de medidas y se han ido movilizando ingentes cantidades de dinero público
–el mismo del que salen nuestras pensiones, servicios sociales y la cobertura de nuestros
derechos-, para sostener artificialmente lo que es insostenible de por sí: una oferta
inmobiliaria completamente alejada de la capacidad de consumo de la sociedad actual y una
avaricia extrema que se pretende salga indemne.
Creemos que las principales organizaciones sindicales podían y deberían haber hecho mucho
más de lo que hicieron para parar el inmenso expolio que se ha ejecutado sobre las clases
trabajadoras en base a la especulación sobre las viviendas. Creemos también que el
gobierno actual no es el único culpable de una situación que tiene numerosísimos culpables y no menos numerosos exponentes. No obstante el gobierno actual sí que es el principal
responsable de que no se haya producido ni el debate, ni el análisis adecuado para resolver
la situación, y de participar en el continuismo y la magnificación de las anomalías llevando
los desequilibrios hasta un extremo tan inaceptable como peligroso.
Vista esta situación límite y las pocas alternativas que está ofreciendo el principal partido de
la oposición a este respecto, creemos que sólo una movilización ciudadana firme y
constante podrá instar a nuestros gobernantes a buscar nuevos esquemas económicos y
sociales que nos aseguren un mínimo nivel de bienestar social y económico en el futuro.
Alguien tiene que decir basta, esto tiene que cambiar y quizás una huelga general –a la que
deben suceder más movilizaciones futuras- sea el mecanismo que propicie que la sociedad
española abandone el letargo en el que parece inmersa ante tanto despropósito político.
Es por todo ello y por la completa insatisfacción con una clase política que no esta velando
por nuestros derechos más básicos y en particular por el derecho a poder comprar o alquilar
una vivienda a precios justos y razonables, por lo que la Plataforma por una Vivienda Digna
ha decidido animar a sus afiliados y simpatizantes a secundar la huelga general del próximo
29 de septiembre. Desde la PVD, animamos también a participar de las distintas
movilizaciones que se producirán en ese día tratando de hacer visible que los inmensos
problemas relacionados con la vivienda, esos que tienen mucho que ver con la crisis, siguen ahí sin resolver.
Plataforma por una Vivienda Digna
Comité Interterritorial
info@viviendadigna.org
http://www.viviendadigna.org
Información relacionada:

40 propuestas por una Vivienda Digna

http://www.viviendadigna.org/docs/plataformavd/40_propuestas_plataforma_...
Más comunicados relacionados:
http://www.viviendadigna.org/?documentos.php

Estimados compañeros

Estimados compañeros españoles,

Algunas informaciones que debeis saber sobre el syndicato PAME de grecia:

* PAME es el syndicato totalmente controlado de KKE (Partido Comunista Griego)

* Todas las decisiones sobre sus practicas son ordenes de los presidentes del partido y no de los obreros

* Los obreros de sus syndicatos deben que aceptar y apoyar todos los puntos de vista y los ordenes de su comisaria

* Sus practicas siempre estaban totalmente anti-solidarias a todos los movilizaciones que no son controlados del partido

* Para ellos casi todos los movimientos en grecia, que no llevan su control, o no existan o son anti-revolucionarios

* Los movimientos de PAME nunca estaban revolucionarios en verdad, sirven solo para colectar votos

* PAME y KKE habian condenado la rebelion de deciembre 2008

* Anteayer fui a una charla de un syndicalista griego aqui en Cordoba. El responsando a una pregunta sobre el movimiento anarquista en grecia, ha dico que no hay movimento anarquista en grecia(!!!!). Son provocadores de la policia (!!!)

Hay muchos mas interesantes puntos de ese partido y sus practicas pero no tengo tiempo y no conozco español tan bien para analyzar los...

Perdon por los errores en español.

Un compañero griego

Presentación, en Murcia, de la Plataforma Ciudadana de apoyo a l

Presentación, en Murcia, de la Plataforma Ciudadana de apoyo a la Huelga General del 29-S

En la mañana del martes, la Plataforma Ciudadana de apoyo a la Huelga General del 29-S de Murcia se presentó a los medios de comunicación.
España | Diego Jiménes - TerceraInformación | 22-07-2010 | facebook yahoo twitter Versión para imprimir de este documento

En la mañana del martes, día 20 de julio, la Plataforma Ciudadana de apoyo a la Huelga General del 29-S de Murcia se presentó a los medios de comunicación, mediante rueda de prensa, en la puerta principal del Banco de España de esa capital. Este lugar fue elegido, según comunican los organizadores de este acto, “para denunciar la responsabilidad de esta institución, teóricamente independiente y profesional, en la actual crisis que padecemos” recordando, además, que “el Banco de España financia con dinero público la destrucción de empleo en el actual proceso de las fusiones entre cajas de ahorro”.

Las organizaciones convocantes calificaron de “multitudinaria” la asistencia de medios de comunicación, y la presentación de la plataforma y de los motivos que llevan a su constitución corrió a cargo de Patricio Hernández, Presidente del Foro Ciudadano, Pedro Luengo, portavoz de Ecologistas en Acción, Paco Cutillas, de Murcia No se Vende, y Paco Morote, del Foro Social.

La Plataforma ha editado un díptico explicativo, cuyo contenido es el que sigue:

“UNA HUELGA JUSTA PARA DEFENDER DEMOCRATICAMENTE NUESTROS DERECHOS. UNA HUELGA NECESARIA PARA DESTERRAR LAS POLÍTICAS NEOLIBERALES”

Las organizaciones que suscribimos este documento apoyamos la Huelga General del 29 de septiembre de 2010, y hacemos un llamamiento a toda la ciudadanía de la Región de Murcia para que se sume a la jornada de protesta convocada por los sindicatos para defender los derechos laborales y sociales amenazados por el giro de la política del gobierno de España y detener las agresiones que pueden seguir a las ya decretadas.

Consideramos que la Huelga del 29‐S es una huelga justa porque ha sido convocada para enfrentarse a medidas profundamente injustas como han sido la congelación de las pensiones en contra de la Ley de Seguridad Social, la rebaja salarial a los empleados públicos y la congelación de sus plantillas, y la reciente reforma laboral que, entre otras cosas, facilita y abarata los despidos y entrega la gestión del Servicio Público de Empleo a la ETT’s. La privatización de las Cajas de Ahorro constituye también un atentado a las exiguas obras sociales que se extinguirán por la búsqueda del beneficio.

Igualmente, debe servir para enfrentarnos al próximo recorte, el pensionazo, que nos jubilará más viejos (la UE habla de 70 años) y con pensiones más bajas aún. Denunciamos la campaña desatada por la derecha en contra del movimiento sindical, que únicamente persigue dejar a los trabajadores y trabajadoras sin sus organizaciones imprescindibles para la defensa de sus intereses.

Recordamos que sólo con estas medidas y otras de este tipo se sanearía rápidamente el déficit, se crearía más empleo y se podría aliviar un poco el injusto reparto de la riqueza. La Huelga general del 29‐S es un ejercicio democrático y legítimo para impedir que los intereses de una minoría prevalezcan sobre los del conjunto de la sociedad a través de una dócil clase política que reniega de sus compromisos electorales. Es necesaria para desterrar las políticas neoliberales que, desde la UE, y los Gobiernos de España y de la Región, aumentan la injusticia enriqueciendo más a los más ricos a costa del resto. Hay otra forma de salir de la crisis, repartiendo con justicia los esfuerzos y respetando los derechos de los trabajadores y los sectores populares.

La experiencia demuestra que, contra cualquier resignación, las huelgas generales han conseguido parar los retrocesos que han querido imponernos en el pasado, y esta huelga general lo va a conseguir nuevamente. El 29‐S tenemos una oportunidad, y debemos aprovecharla entre todos.

Murcia, julio de 2010

Plataforma Ciudadana de Apoyo a la Huelga General del 29‐S:

Ecologistas en Acción, Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Alianza Regional contra la Pobreza, Asamblea de Personas Paradas y afectadas por la crisis de Molina de Segura, Foro Ciudadano de la Región de Murcia, Foro Social de Murcia.

Fin del Contrato Social. Pinchemos el balón del capitalismo

Fin del Contrato Social. Pinchemos el balón del capitalismo

Si el capital nos arrebata nuestras conquistas históricas, destruyendo el Contrato Social en el que basan 'su paz', nosotras estamos legitimados para devolverles su violencia
Marat
Acabado por fin el pico álgido del dopaje patriótico-rojigualdo-futbolero, y vueltos a la realidad de las cotidianas miserias a las que nos arroja la involución del capitalismo hacia una marcha acelerada a las precariedades obreras del siglo XIX en el XXI, parece oportuno recuperar el símil balompédico que, en la cultura popular, equivale a romper la baraja.
Decía J.J. Rousseau en su obra “El contrato social”: “Supongo a los hombres llegados al punto en que los obstáculos que impiden su conservación en el estado natural superan las fuerzas que cada individuo puede emplear para mantenerse en él. Entonces este estado primitivo no puede subsistir, y el género humano perecería si no cambiaba su manera de ser.
Ahora bien, como los hombres no pueden engendrar nuevas fuerzas, sino solamente unir y dirigir las que existen, no tienen otro medio de conservación que el de formar por agregación una suma de fuerzas capaz de sobrepujar la resistencia, de ponerlas en juego con un solo fin y de hacerlas obrar unidas y de conformidad. Esta suma de fuerzas no puede nacer sino del concurso de muchos; pero, constituyendo la fuerza y la libertad de cada hombre los principales instrumentos para su conservación, ¿cómo podría comprometerlos sin perjudicarse y sin descuidar las obligaciones que tiene para consigo mismo? Esta dificultad, concretándola a mi objeto, puede enunciarse en los siguientes términos: "Encontrar una forma de asociación que defienda y proteja con la fuerza común la persona y los bienes de cada asociado, y por la cual cada uno, uniéndose a todos, no obedezca sino a sí mismo y permanezca tan libre como antes." Tal es el problema fundamental cuya solución da el Contrato” (1)
Es frecuente que se atribuya a Bismarck en el Estado prusiano, lo mismo que al caritativo cristianismo fabiano británico o a la derecha del Marqués de Comillas y a otros prohombres de la Restauración del XIX, español, como el Cardenal Herrera Oria, el origen de lo que luego se llamaría Estado del Bienestar, a partir de 1945.
Lejos de cualquier utopía revolucionaria, estas almas pías pretendían restañar las más graves lacras de un proletariado carente de derechos políticos, sociales, económicos y culturales, que vivía en las condiciones más precarias y antihumanas de la entonces pujante segunda etapa de la Revolución Industrial, evitando los riesgos de que se aventurasen por las procelosas aguas del marxismo o el anarquismo y se sintieran tentados de una sed de justicia que pudiera dar al traste con el orden burgués, triunfante en la Europa de las grandes potencias.
Atribuir a tales personajes el origen del Estado del Bienestar tiene una intención claramente ideológica: la de negar la importancia de las luchas del movimiento obrero en su búsqueda de unas condiciones de vida más dignas para la clase trabajadora.
El origen del Estado del Bienestar es, antes que nada, consecuencia de un triple efecto:

* La acción de las organizaciones de la I Internacional, sindicatos, partidos y organizaciones obreras de todo tipo, en su origen. Una labor de socialistas-comunistas (cuando los términos no estaban aún delimitados históricamente), libertarios, sindicalistas y ateneos obreros de diversa tendencia que buscaban no sólo la emancipación de la clase sino la dignificación de la vida de los trabajadores.
* Los procesos revolucionarios en Europa, dentro de los que la Revolución de Octubre significó una ruptura del tiempo, la evolución histórica y los procesos gradualistas de cambio social, alumbrando una nueva esperanza para toda una clase social. La dinámica posterior que dicho proceso revolucionario tuviese no afecta, en este caso, al hecho de que se había puesto en píe un intento proletario de crear otro mundo y otro orden social al que el capitalismo debía dar respuesta. Y el corporatismo fascista, con su discurso obrerista y “anticapitalista” era una de tantas señales de que el sistema capitalista había tomado nota de la necesidad de dar respuesta a las ansias de justicia social para evitar los peligros de revolución social en los años de la Gran Depresión.
* El keynesianismo, que de modo independiente en USA, y en alianza con la socialdemocracia después, entiende la necesidad de dar una salida a la gran crisis capitalista surgida tras el crack del 29 y la Gran Depresión Americana que llevarían a la II Guerra Mundial. El modelo económico de Keynes partió del presupuesto de que sin la creación de una gran clase media y el incremento del nivel de vida de los trabajadores no habría salida a la madre de todas las crisis capitalistas del momento. El objetivo era salir de la crisis a través del consumo.

El nuevo orden capitalista asentado en Breton Woods, tras la última Gran Conflagración, era consciente de la necesidad de asentar un modelo estable de desarrollo que soslayara las grandes tensiones sociales y políticas del tiempo precedente y asegurara la viabilidad del sistema, mediante una estabilidad social y económica que permitiese la paz social.
He aquí, en el vértice resultante de la triple conjunción de fuerzas –reformismo/ revolución del lado de los trabajadores, adaptación sistémica desde el lado capitalista- el auténtico origen del Estado del Bienestar. Y en este origen la idea del Contrato Social y de su plasmación más específica, el Pacto Social teorizado por J.J. Rousseau, cobrará un nuevo sentido: ya no es el de los límites de la acción de cada individuo, de su libertad política y de su búsqueda de seguridad el campo de aplicación de ambos conceptos sino que se extiende a los aspectos sociales, económicos, culturales y de vida de las personas. Y dentro de las personas, los trabajadores y las clases populares serán las llamadas a integrarse en la paz social que Contrato y Pacto social pretenderán en las Constituciones de los países capitalistas surgidas a partir de los últimos años de la primera mitad del siglo XX.
El capitalismo, y su forma jurídico-legal, el orden político fundado tras la II Guerra Mundial adquiere una nueva forma de legitimación: el Estado del Bienestar o Estados Sociales dentro del modelo político liberal. Las Constituciones consecuentes, de las que la española de 1978 es heredera tardía, serán la sanción política de la nueva estabilidad capitalista.
La extensión universal de la sanidad pública, del derecho a la educación, a una vivienda digna, a un salario justo, al descanso, al acceso a la cultura, al transporte público y a una serie de fórmulas que podríamos denominar como formas de salario indirecto del trabajador, serían el óbolo a pagar por los capitalistas para alcanzar la paz social, el compromiso de los sindicatos con la empresa y de la izquierda política a no rebasar “ciertos límites” en el conflicto social. La clase capitalista pagó un precio por la seguridad de su orden económico, social y político.
Las luchas antiimperialistas de los años 60 y 70 (Vietnam, Nicaragua,...), las movilizaciones obreras de esos años, tanto en USA como en Europa y la primera gran crisis energética de 1973 (petróleo), entre otros factores, significaron la conciencia, por parte del capital de que su tasa de ganancia estaba siendo erosionada y que era necesario invertir dicha dinámica con el objeto de transferir las rentas del trabajo a las del capital.
Se inicia entonces una triple estrategia: deslocalización de industrias del Primer Mundo al Tercero para limitar las demandas salariales de los trabajadores, guerras locales, estimuladas o provocadas directamente por el Imperialismo y los países centrales, por el control de las riquezas nacionales y las fuentes de energía de los países de la periferia y voladura, inicialmente controlada, del Estado del Bienestar.
Privatizaciones de los seguros de pensiones en USA o en países bajo su control (Chile de la dictadura pinochetista), limitaciones de los derechos adquiridos en cuanto a derechos y protección sociales en el trabajo en Alemania a finales de los 80, desregulación del sistema laboral en Europa a finales de los 80-principios de los 90, Tratado de Maastrich, con el gran objetivo de la privatización de las empresas públicas europeas, bajo la coartada del déficit 0.
La recesión mundial de 1991-93, y una “superación posterior” sin una auténtica recuperación del empleo, salvo el precario, estimulada por el hundimiento de los países del llamado “socialismo real”, creará las condiciones idóneas para la globalización capitalista (la imposición en todo el orbe de las leyes del mercado, el rigor presupuestario, la flexibilidad laboral y la circulación sin trabas de capitales) y, a partir de él, la desregulación del control financiero por los Estados (privatización del regulador en USA), permitiendo una “economía de casino”. El capitalismo financiero, ya liberado de toda traba, se hace alquimia pura, ingeniería, economía imaginaria. El riesgo es el precio de la acción y los productos/servicios se desproveen de su valor para alcanzar el delirante precio de lo que la “confianza del mercado” cree que podrán llegar a valer.
El semihundimiento del sistema financiero entre finales de 2007 y principios de 2008 hará que los Estados acudan al salvataje de las grandes corporaciones (bancos y financieras).
Evitado el primer golpe al sistema, y salvadas las principales enseñas del capital financiero mundial, los Estados se ven afectados por graves riesgos de default financiero (países bálticos, Grecia, Islandia, amenazas en Irlanda).
Debilitada la capacidad de los Estados para controlar la economía, al haber renunciado a su papel regulador y a la economía mixta, para ser autosuficientes económicamente, quebrada la confianza en la capacidad fiscal de los mismos, los antes moribundos tiburones de las finanzas, se han lanzado sobre el olor de la presa herida: sus anteriores salvadores.
La exigencia ha sido sencilla: lo queremos todo. Ahora la privatización del Estado del Bienestar (salud, educación, pensiones,...). Mañana el poder político sin mediadores. Berlusconi en Italia, George Bus en USA y Sebastián Piñera en Chile han sido sólo una avanzadilla. La corrupción del PP en España un modo de contribuir a la burbuja capitalista y su maximalismo liberal, del que el PSOE se ha transformado en obsceno converso, un modo de abrir nuevos mercados al capital.
Llegados a este punto, para los trabajadores y para la izquierda radical y revolucionaria se hace oportuno el segundo aserto de J.J. Rousseau: “Las cláusulas de este contrato están de tal suerte determinadas por la naturaleza del acto, que la menor modificación las haría inútiles y sin efecto; de manera, que, aunque no hayan sido jamás formalmente enunciadas, son en todas partes las mismas y han sido en todas partes tácitamente reconocidas y admitidas, hasta tanto que, violado el pacto social, cada cual recobra sus primitivos derechos y recupera su libertad natural, al perder la convencional por la cual había renunciado a la primera” (2).
Si la discontinuidad histórica del proceso revolucionario siempre ha estado justificada para la izquierda de combate por la conciencia de que el reformismo es una vía muerta, ahora puede encontrar una segunda razón histórica de primer orden para llamar a la revuelta: el pacto que el capital creó con los trabajadores ha sido roto por él mismo y por sus servidores políticos, lo que deja a los trabajadores la libertad de responder con la desobediencia civil y la rebeldía

La reforma del mercado de trabajo, recientemente aprobada, con el giro de tuerca a la desregulación del mercado de trabajo, las nuevas leyes de desprotección de los parados, el próximo pensionazo, con la ampliación de la edad de jubilación, la amenaza del fin de las prestaciones de jubilación en el futuro, la bancarización de las Cajas de Ahorro, la amenaza de inicio del fin de la representación y la negociación sindicales, con apuntes legales sobre la misma, son una razón más que justificada para quebrar la paz social, los límites de la acción política dentro del sistema, la conculcación desde la izquierda de lo que aceptamos como legal e ilegal en nuestra acción, la justificación para el derrocamiento del orden político y económico en el que se asienta el capitalismo y el inicio de la toma de las calles.
Esta respuesta al capital, que la izquierda revolucionaria siempre ha tenido claro como su razón de ser y su tarea histórica tiene, no obstante, en el momento actual, una validez especial por cuanto que, en el momento presente, la coyuntura económica, social y política puede permitir que nuestro mensaje radical y anticapitalista adquiera la entidad necesaria para ser comprendida y asumida por una parte creciente de los trabajadores.
Que el proyecto transformador y socialista tenga, en su carácter emancipador, de su lado el sentido de justicia no significa necesariamente que sea compartido por los trabajadores, como demasiadas veces hemos podido amargamente comprobar.
Sin embargo, la quiebra de legitimidad que el capitalismo ha introducido con el asalto y destrucción de las conquistas sociales, con tanto esfuerzo construidas por los trabajadores a lo largo de siglos, y del Estado del Bienestar, nos da sobrados argumentos para decirles a los trabajadores: si el capital y sus servidores políticos incumplen el Contrato, en el que han basado su paz social durante todo este tiempo, estamos más que justificados para pinchar su balón y rebelarnos, con todos los medios a nuestro alcance, contra su desorden económico, político y social. Si nos agreden sin límites, nosotros tenemos todo el derecho a devolverles los golpes y luchar para impedir que nos arrebaten lo que es nuestro. Su violencia extrema contra nosotros los trabajadores nos legitima para pagarles con la misma moneda y para derrocar su injusto sistema.
Esta idea puede ser un ariete de lucha clave para quienes defendemos una sociedad basada en el fin de la explotación del hombre por el hombre porque es indiscutible que la agresión contra nuestra clase es global y frontal –no hay posibilidades de interpretarlo de otro modo- y ese sentimiento de estar siendo atacados del modo más bárbaro imaginable está extendiéndose de forma plena entre los trabajadores, por encima del estado en el que se encuentre su conciencia de clase y de lucha.
En este sentido, la técnica, el modo de articular las luchas políticas y sociales será un problema al que deberemos enfrentarnos pero no tiene porqué serlo, en modo alguno, el carácter legítimo y justificado de la protesta. Rebelarse, en este caso, debe quedar claro para los trabajadores que es un derecho natural que legítimamente nos asiste.
Hacer de esta idea el elemento central de las luchas que hemos de poner en práctica puede favorecer que nuestro mensaje de la razón para rebelarse logre crecientes apoyos entre los sectores agredidos por la involución del capitalismo.
Pero este proceso, objetivamente justificado, tiene en frente la desmovilización de los trabajadores, una rabia contenida, sin salida, el miedo a la pérdida del puesto de trabajo por la movilización, la falta de conciencia política y social sobre la importancia de la lucha y una resignación brutales.
Frente a ello es necesario convencer a los trabajadores de que las medidas tomadas no son coyunturales sino definitivas, que no habrá una vuelta a las condiciones de vida y de trabajo previos a la crisis capitalista, una vez superada ésta, independientemente de que el capitalismo pueda o no recuperarse, porque su estrategia de supervivencia pasa por nuestra miseria y que, con cada paso sin respuesta, se afianza el camino salvaje tomado por el capitalismo para volvernos a las condiciones del siglo XIX.
Y a la vez es necesario ser didácticos, hacer entender a la clase trabajadora que el gran desastre que se abate sobre sus vidas, no sucederá a largo ni a medio plazo, cuando sea otra la generación que se enfrente a él, sino que les ocurrirá muy pronto a ellos mismos. Que, ya que han perdido el coraje de luchar por sus hijos, es por su futuro inmediato por el que deben combatir.
Es necesario explicar lo que significa cada medida tomada, en toda su dimensión, con ejemplos concretos, alejados de terminologías abstractas o complejas, e insertados en su realidad cotidiana.
Del mismo modo, hace falta comunicarles que la lucha es el único medio del que disponen y que la Huelga General del 29-S no puede ser una procesión educada y respetuosa del orden y la libertad de no hacerla sino que cada esquirol que decide hacer uso de su “libertad” a no ir a la huelga y que no le descuenten el día no trabajado está derrotando a sus compañeros y a sí mismo, no a un determinado sindicato, y siembra un futuro de pobreza y miseria para sí y para los demás.
Y hay que hacer entender a los trabajadores que, por encima de las posiciones políticas particulares de cada uno, lo que defendemos es nuestro mañana inmediato y poner pie en pared a los intentos de devolvernos a unas condiciones de vida tercermundistas porque el ideal del capital es crecer poniéndonos en las mismas condiciones de miseria de los trabajadores más pobres y sin derechos del mundo.
Hay que explicar que de ésta crisis no nos sacará ninguna derecha que proclama derechos en los que no cree y que, íntimamente goza con ver a un supuesto gobierno socialista hacer lo que ella haría, pero sin el coste de estar en el poder.
Y, por último, debemos hacer pedagogía en explicar que si la crisis es mundial sólo luchas coordinadas, unitarias y solidarias, primero a nivel europeo, como lo será el 29-S, y luego a nivel global, pueden sacarnos de ésta porque los trabajadores pueden hacer funcionar las empresas en todo el Planeta sin capitalistas, ya que no son estos los que generan la riqueza sino el trabajo de quienes aportan valor a lo que producen, pero ellos no pueden hacer que trabajen solas las máquinas.

(1) “El contrato social”. Capítulo VI: “Del pacto social”. Jean-Jacques Rousseau.
(2) Idem anterior

A la Huelga General