La energía nuclear en tela de juicio
Una inesperada, espontánea y original acción de calle sorprendio el sábado a vecinas y turistas de Córdoba en las inmediaciones de la mezquita.
De repente, las calles de la judería se llenaron de animalitos mutantes: una mosca-leopardo, una tortuga de dos cabezas, un extraño pájaro y un pez de tres ojos repartían un manifiesto a las paseantes, proponiéndoles el abandono de energías fósiles (incluida la nuclear) por la vía de una drástica pero paulatina reducción del consumo, a la vez que denunciaba la reciente catástrofe de Fukushima y, de manera mas local, la amenaza que supone el cementerio nuclear de el Cabril, situado a escasos 70km de la capital cordobesa.
Junto a los animales, dos "agentes nucleares" con trajes de aislamiento efectuaban mediciones sobre las transeuntes, que en general aceptaron con humor estas pruebas. Mientras, eran informadas de las mismas por un megáfono que también les proponía medidas para bajar los niveles de radiactividad, tales como ver televisión, leer prensa y dejar de pensar por si mismas.
Esta acción se suma a las protestas antinucleares que han tenido lugar por todo el mundo las últimas semanas, y a la masiva contestación popular de ayer en Alemania, en la que mas de un cuarto de millón de personas -cifra sin precedentes- salieron a la calle en diferentes ciudades a decir "no" a un modelo energético suicida que esta poniendo en peligro a las personas y los ecosistemas.
Incluimos el comunicado que fue repartido en Córdoba:
Desde la situación de amenaza nuclear mundial y fin de la era del petróleo barato en que nos hallamos se esbozan dos escenarios a seguir:
1. Huida hacia adelante
El que promueven las multinacionales como Endesa o Iberdrola, negando que nuestro ritmo de vida, basado en el mito de consumo = felicidad, sobrepasa la capacidad de recuperación del planeta y nos aleja de todo aquello no valorable económicamente, incluídos los ineludibles trabajos de mantenimiento de la vida.
El mismo que plantea como solución energética indispensable la energía nuclear, agotable y de producción centralizada y oligopólica, como el petróleo y el carbón. Además de ser altamente peligrosa y contaminante, como ha quedado patente por 3ª vez en la Historia en Fukushima, Japón, incidente que actualmente amenaza a todas las personas del planeta.
Si cree que el caso de Fukushima sólo ocurre al otro lado del televisor se equivoca. Sin ir mas lejos, a escasos 70km de donde lee este papel, se encuentra el almacén de residuos radiactivos del Cabril, en Sierra de Hornachuelos (Córdoba). En él los desechos de 8 centrales nucleares españolas se almacenan en naves en superficie. El Cabril funciona desde 1961, cuando se creo clandestinamente. Actualmente está legalizado y recibe mas de 1000 metros cúbicos de residuos anuales de media y baja intensidad. Se estima que estos residuos pueden tardar hasta 300 años en dejar de ser peligrosos.
2. Menos para vivir mejor
En un plano más amable para la vida, se presenta el segundo escenario en el que comenzaríamos con urgencia la transición hacia una sociedad de decrecimiento armónico. No una vuelta a las cavernas, pero si una reducción del consumo energético hasta lo imprescindible para cubrir nuestras necesidades básicas, eliminando lo superfluo. Una sociedad menos urbanizada, globalizada e interdependiente, y por el contrario basada en lo local, la descentralización, la solidaridad entre los pueblos y la soberanía regional de los recursos.
Un cambio a un sistema basado en responder a nuestras necesidades básicas sin recurrir a energías contaminantes y agotables, y que por tanto nos permitirá recuperar el tiempo de vida y asumir de manera compartida las tareas realmente imprescindibles de conservación y perpetuación de la vida.
Bravo
Buena acción, habeis demostrado que unas pocas personas conscientes pueden hacer algo. No podemos esperar más para actuar.
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