Hemos podido comprobar cómo es posible transformar un lugar seco, frío y vacío, en un enjambre de calor y de lucha. Olivos, muchos olivos y celdas, muchas celdas. Frío, sequedad y en medio de este lugar, personas dando calor a otras personas.
Llegamos a Morón, un grupo de 40-50 personas de distintos puntos de Andalucía, sobre las 14 horas y comenzamos a caminar hacia la prisión, rompiendo los terrones del camino como si de muros se tratara. >>>