Este barrio, del distrito Macarena, zona obrera donde las haya de la capital sevillana, ha amanecido en el día de hoy con un aspecto más rejuvenecido. Y es que un grupo de compañeros libertarios han quitado una decena de placas franquistas que había en varias calles del lugar, así como han sustituido sus huecos con pintadas anarquistas.
Las placas, que llevan en el barrio desde mediados de los años 50, con la construcción del mismo, eran una muestra más de que la memoria histórica no es más que un parche, una tapadera para que las grandes estatuas si desaparezcan, pero los vecinos de los cinturones obreros de las grandes ciudades tengan que agachar literalmente la cabeza, cada vez que entran en su casa, bajo el yugo y la flecha falangista.