"Una armonía secreta se establece entre la tierra y los pueblos a los que alimenta, y cuando sociedades imprudentes se permiten poner la mano sobre aquello que constituye la belleza de su país, siempre acaban arrepintiéndose. Allí donde el suelo se ha afeado, allí donde toda poesía ha desaparecido del paisaje, las imaginaciones se apagan, los espíritus se empobrecen, la rutina y el servilismo se apoderan de las almas y las disponen al letargo y la muerte".
Eliseo Reclus (1866)