La última guerra impulsada por la OTAN y Estados Unidos, en Libia, ha causado miles de muertos y la práctica destrucción del país. En la última década, la ferocidad del nuevo colonialismo norteamericano y europeo ha destruido países (Iraq, Afganistán, Libia) para apoderarse de sus recursos y para reafirmar su supuesto derecho a imponer su dominación en el mundo.