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Este escrito surge de la indignación que nos causa ver que el movimiento “democracia real ya” se presenta como una verdadera revolución, cuando lo que realmente representa y defiende es la continuidad del sistema capitalista, parcheándolo con algunas reformas que no hacen más que otorgarle legitimidad. Las ideas reflejadas en el manifiesto de este movimiento son interpelaciones a los políticos, exigencias a un sistema que funciona perfectamente, a una democracia que permite una disidencia canalizada y controlable, mientras no se ponga en riesgo su perdurabilidad.