Se anuncian vientos privatizadores en el gobierno de centro-izquierda que recién asume. Para ejecutar tal maniobra, Dilma Rousseff (Partido de los Trabajadores – PT) y su equipo económico tendrán que librar batallas –como en toda gestión que se inicia– para someter o derrotar fuerzas sociales con algún nivel de autonomía organizativa, a ejemplo de entidades sindicales y movimientos populares.