¡La "MAE" que los parió! (o también: ¿Para esto me movilizo?)
Cuidado con animarse en demasía, con degenerar en exabruptos de optimismo aderezados con lirismo romántico en busca la curvatura del paralelogramo (razón aquí: www.paralelo36andalucia.com). Para comprender el parón educativo convocado por los estudiantes de la Universidad de Sevilla y la Universidad Pablo de Olavide conviene detenerse un momento y reflexionar acerca de las condiciones en las que éste ha hecho acto de presencia. Este es el propósito de este trabajo. De ahí su extensión.
Los nubarrones se cernían sobre nuestras cabezas al descubierto en la mañana de aquel 26 de octubre en la que la Universidad de Sevilla, vía sus representantes oficiales organizados en el Consejo de Alumnos de la Universidad de Sevilla (CADUS), convocaba una Asamblea General en la que se dieron cita varios centenares de estudiantes y trabajadores tanto del sector educativo como de otros ramos de la producción y el servicio. Nos reuníamos allí para debatir sobre las acciones a concretar como forma de protesta frente al incremento de los precios en segundas y terceras matrículas de asignaturas no superadas hasta duplicar su valor, la supresión del interés del 0% en las becas-salario concedidas por las instituciones de crédito como el Banco Santander; así como la tramitación de urgencia de la Ley Andaluza de Universidades (LAU) por el Parlamento de la comunidad que otorgaba importantes prerrogativas en materia de gobernanza de la universidad a los Consejos Sociales -organismos integrados por empresas en su mayor parte- y vaticinaba la creación de una nueva universidad privada en Andalucía que se haría espacio a fuerza de fusión entre sedes educativas que ofertasen las mismas titulaciones (ej: Universidad de Sevilla y Universidad de Málaga, ambas ofertan Periodismo).
Se aprobó la propuesta elevada desde la Facultad de Comunicación de huelga general para el día 17 de noviembre, en la que coincidía con movilizaciones estudiantiles universitarias y no universitarias en todo el estado y una nueva huelga-broma de la “marea verde”. Tras el encierro nocturno de rigor, se constituía un Comité General de Huelga integrado por dos representantes de cada campus (un solo voto) que asumía funciones ejecutivas. Los arribistas de la burocracia estudiantil fueron los primeros en darse cita, como representantes de campus, en el comité susodicho. En cualquier caso, tenían la sartén por el mango ya que en la asamblea nocturna el Secretario General del CADUS, Manuel Gómez “Lolo” (a.k.a. Lolo el del Cadus) había mostrado su disposición a financiar la actividad del comité de huelga con los cuartena mil euros del presupuesto que anualmente y con puntualidad suiza recibe el organismo de representación estudiantil de parte de la Universidad de Sevilla. Nadie cayó en la cuenta de que se estaba arrojando al movimiento a los pies de los caballos, y no supimos precavirnos a tiempo impidiendo el acceso de miembros de las delegaciones al comité de huelga y creando cajas de financiación con las aportaciones de los participantes de cada campus. La primera en la frente.
El CADUS nos la jugó. Convocó para el mismo día 17 de noviembre una asamblea de toda la universidad que, conforme al reglamento, obligaba a suspender todas las clases; y con ello, desarticulaba todo el trabajo paciente que se había venido haciendo desde los distintos campus. La existencia del Comité General de Huelga quedaba en el limbo, ya no había nada que hacer. Las pugnas contra los líderes sindicales del comité de empresa de la US, el trabajo de topo de recolección de apoyo entre grupos obreros minoritarios,... todo se daba al traste gracias a la habilidosa estratagema. El Movimiento de Acción Estudiantil (MAE), en aquel entonces medio derruido al haber volcado sus fuerzas organizativas sobre el 15-M...ierdas de la pequeña burguesía, vio la posibilidad de regenerarse. El movimiento estudiantil ya no podía deshacerse del MAE sin más porque estaba de nuevo atado de pies y manos gracias a la burocracia oficial en el punto álgido de la movilización. La manifestación del 17-N volvía a teñirse del color morado de la “MAE” que los parió. ¡Y lo creíamos pasado de moda! Días después ya se palmeaban las espaldas unos a otros. Unos cuantos se reunían (¿alguien dijo MAE y CADUS?) de nuevo en el Rectorado para dar muerte definitiva al Comité de Huelga, una estructura organizativa centralizada y autoritaria que generaba ansiedad en estos demócratas convencidos y consecuentes que rehúsan ser dirigidos cuando no ejercen ellos la dirección. Dicho sea de paso, esta estructura totalitaria se había puesto en pie siguiendo las enseñanzas que la clase obrera nos legó en sus sóviets o consejos de fábrica de los gloriosos años revolucionarios posteriores a la Gran Guerra: cualquier delegado de campus podía ser revocada inmediatamente si el grupo consideraba que no cumplía satisfactoriamente sus obligaciones, exactamente igual que en los sóviets proletarios de Rusia, Alemania o Austria-Hungría en 1917-1921. La alternativa era una meliflua “coordinación” en la que cualquiera podía ir a la reunión de los delegados de campus, hacer sus propuestas y decir sus barrabasadas sin pasar antes por el tamiz de la crítica de los niveles inferiores de la estructura organizativa. En apariencia, la cosa quedaba igual y la disputa dirimida era acerca de cómo dar nombre a la cosa. Tal es así, que la única razón argüida por los gerifaltes coordinados era que no había en el horizonte visos de huelga (lo cual es verdad a medias, porque ya se apuntaba hacia diciembre como fecha de una posible huelga general) y no tenía sentido mantener el nombre. Y por ahí nos la colaron.
Consciente o semiconscientemente, muchos estudiantes intuían que les estaban dando gato por liebre y abandonaron los grupos de trabajo de cada campus tras el 17-N. Tal es así que en Comunicación tuvieron que sacar las reuniones a la puerta de la calle para que se les viese que estaban allí. En las postrimerías de la huelga educativa que se había convocada para el 29 de marzo (luego del anuncio de huelga general por los sindicatos nacionalistas vascos y la CIG gallega, y antes de que se conociese que CCOO y UGT habían llegado un acuerdo con Rajoy para hacerla ese día) los estudiantes volvimos a nutrir los grupos de trabajo de la coordinadora. ¡Sorpresa! En todas las facultades se reunían no como coordinación, sino como MAE. ¡La Coordinadora solo existía en la Facultad de Comunicación, origen de la propuesta de huelga del 17-N! Entonces, ¿cómo es que la Coordinadora no se sumaba a la Huelga General, el MAE sí y se había creado otro Comité de Huelga para trabajar con los sindicatos? Tal desbarajuste sólo se explica si se comprende que el Movimiento de Acción Estudiantil tenía que jugar a ser y no ser MAE, según el lugar y el propósito. El nuevo comité de huelga supuestamente se había creado en la Coordinadora (que no adscribía la huelga) y hasta estaba integrado por elementos independientes, pero hablaba a los sindicatos en nombre de MAE y así era que el MAE había colapsado todas las vertientes del movimiento estudiantil en la Universidad de Sevilla.
Lo dicho hasta el momento puede concebirse como fruto de circunstancias contigentes e incluso de casualidades y errores fruto de la falta de experiencia. Mas aquellos acontecimientos pretéritos nos llevan a la situación actual que se vive en el marco del parón educativo convocado en la US y en la Universidad Pablo de Olavide. Necesitamos extraer las enseñanzas de la experiencia adquirida con anterioridad para juzgar lo que actualmente se cuece en la formación superior hispalense. Así pues, lo que tenemos son dos estructuras burocráticas y oportunistas, la oficial y la oficiosa, integradas por prácticamente los mismos individuos, con puestos de responsabilidad en la gestión interna de la univerisdad (claustros, etc.); magistralmente coordinadas entre sí para cabalgar a lomos de la lucha estudiantil, movilizando cuando están al frente, desmovilizando cuando están al fondo. Podridas de oportunismo hasta la médula. Por cierto que la mayoría de sus miembros, sobre todo los más conocidos, militan en Izquierda Anticapitalista y En Lucha, que está recogiendo lo más granado del movimiento estudiantil a nivel nacional. Carácter de clase de la militancia acorde con su corpus teórico-político. No hemos vuelto a ver a Esther Vivas “tomando” bancos después de las elecciones generales. No hemos conocido partido que se burle más abiertamente de las tradiciones revolucionarias del proletariado como estos mercachifles del marxismo mal digerido y del anticapitalismo pequeño burgués.
Ya esto suena más habitual. Tanto en el movimiento estudiantil como en el movimiento obrero conocemos de sobra a personas y organizaciones que cumplen los requisitos arriba mentados: los contrarrevolucionarios declarados, los oportunistas de tapadillo (¿alguien dijo sindicatos alternativos?); todos ellos “buena gente”, eso sí, que actúan siempre sin ningún tipo de “maldad” ni “mala intención”. Podríamos preguntar a los profesores madrileños organizados en la ya extinta Asamblea independiente de zonas acerca del papel jugado por CGT, CNT o el 15-M.
No podemos pensar, sin embargo, en que la lucha tomaría los cauces adecuados de no existir tales figuras ni organizaciones. Muy al contrario, existen dadas las condiciones en las que el movimiento toma forma. La inercia de dos décadas de contrarrevolución, de fogozanos de lucha proletaria aislados y condenados a la asfixia; de maniataje sindical y maniobrabilidad antiobrera no se rompe en un momento. A escala internacional, el movimiento obrero muestra las mismas debilidades y las mismas falsas soluciones para problemas acertados. Las dinámicas de autoorganización asamblearia en el marco de las luchas salariales (las que, en estas condiciones, son las que el proletariado puede impulsar más decididamente) han aparecido tímidamente en los últimos años (Francia, Turquía, China) y en Europa el abrevadero pequeño burgués del asambleismo del 15-M ha descargado como una losa sobre la conciencia de la clase obrera. Entre los estudiantes, la cuestión organizativa viene a sumarse a las ilusiones “democratistas” tan propias de una pequeña burguesía que se revuelve contra la proletarización (¿o qué pretende el Estado sino devaluar la fuerza de trabajo mediante el endurecimiento del acceso a la universidad, la restricción en becas o la Reforma Laboral? ¿Y por qué nadie ha dejado de hablar de la cosa pública y ha empezado a hablar de las cosas del proletariado?) y que han hollado a gusto durante los años de bonanza en los que el “Estado del bienestar” (el Estado totalitario de la plusvalía sobreacumulada empleada en servicios improductivos para elevar a muchos sectores de la población obrera hacia la clase media y oxigenando la tensión entre las clases). Partiendo de la idea de que el Estado es de todos y que la democracia es el gobierno del pueblo (esto es, de la gran, media y pequeña burguesía) se hace difícil asumir una línea clasista de acción revolucionaria frente al capital (término muy alegremente usado, demasiado alegremente usado); y así nos quedamos en pelotas como los estudiantes de Málaga, con performance, clases en la calle y alguna que otra manifestación para que mamá nos vea en la tele.
Y así volvemos de nuevo a Sevilla en pleno mayo de 2012. Martes 22 del presente mes. Rectorado de la Universidad de Sevilla. Un millar de estudiantes se dan cita en la asamblea convocada por el CADUS. La semana anterior, la convocatoria de parón educativo se había movido entre las distintas facultades. La prerrogativa de su convocatoria queda reservada, conforme al Reglamento, al mismo CADUS. Por abrumadora mayoría, en casi todas las facultades se vota a favor del suspenso de la actividad lectiva por dos semanas. No ganan los estudiantes, ganan sus líderes, que logran eludir que desde las distintas facultades se lleven propuestas a la asamblea central enfrascándose en cuestiones estériles sobre las condiciones regladas del parón (exámenes, entregas de trabajos, etc.). Se sacrifica la actividad e iniciativa de las facultades en aras de una supuesta centralización. Seguiremos el hilo que nos lleva de cada facultad a la asamblea para luego retornar a las facultades. ¡Lo que nos vamos a reír!
Hacen presencia en la asamblea central los delegados del CADUS que llevarán el cotarro. Su propuesta es encierro, y no hay más que hablar. Encierro para estudiar, para que la tele saque a los estudiantes estudiando y no vagueando. Se pasa por encima sobre la existencia de un Comité General de Huelga compuesto por ¡TRES PERSONAS! Y no se vuelve más al tema. Encierro tal día o tal otro. Y punto. En el encierro se tomarán las decisiones sobre las propuestas recogidas en urnas dispuestas en las facultades, que deben ser “creativas y novedosas”, según doña Nerea de Tena, líder de los pijoflautas. Además, ¿qué se va a decidir? Si lo importante es constituir un “centro neurálgico del movimiento” y las clases en la calle. Todo lo demás es radicalidad y bolchevismo puro. Nada de trabajadores de enfermería protestando en los aledaños del rectorado, que impiden el buen funcionamiento de la asamblea conquistada por el oportunismo. Y la jugada de distraer la atención les vino de perilla: metieron prisa para quitarse de encima las intervenciones, centraron el debate en torno al encierro; y más de mil estudiantes reunidos fueron INCAPACES de plantar cara a esta estrategia de delación y desmovilización. Algunos elementos del MAE, entre los que se encontraban miembros de Corriente Roja o el Sindicato Andaluz de Trabajadores (es que en esas siglas cabe casi todo), organizaciones ambas tan poco dadas a defender los intereses de las burocracias; comenzaron a increpar para que terminasen las intervenciones y comenzase la votación. Tan demócratas ellos, no dejan que su “pueblo” se exprese. Se votó y la asamblea comenzó a vaciarse. Allí se iba la vanguardia estudiantil, los que habían comprendido que les habían tomado el pelo. Eran esqurioles en potencia, o cuanto menos, personas a las que difícilmente se les vería en el encierro. Y eso para el CADUS-MAE era lo idóneo: cuantas menos personas en el encierro, más fácilmente colarían ellos su calendario de “movilizaciones” pacíficas y mediáticamente bienpensantes. Por eso habían presentado como ya dada su propuesta de encierro. Por eso embrollaron el debate para llevarlo a ese punto. Porque así el movimiento no les desbordaría y luego podrían permitirse insultar a los estudiantes porque no van a las asambleas y así no hay quien pare a Wert.
Y cuando parece que las maniobras de los oportunistas han alcanzado su máximo exponente, nos vuelven a sorprender llevando de nuevo las propuestas a las facultades vacías el miércoles 23 de mayo (el 22 era huelga educativa. No hubo piquetes en ninguna facultad. El 23 no comenzaba el parón, pero pocos profesores dieron clase normal y aún menos estudiantes fueron a poner su oído) mediante asambleas de facultad que sufrieron un severo estiaje en comparación con las de la semana anterior.Quelle surprise! ¡Cuando hay gente no se decide nada y cuando no la hay se toman todas las decisiones y se argumenta que, si no se está allí, es porque la lucha no interesa! ¿Se puede ser más cínico? Sí, se puede. El martes en la tarde-noche se había convocado una manifestación. Por miles abarrotamos la emblemática Plaza de España. La marcha se partió en dos: institutos y colegios hacia Plaza Nueva (Ayto.), universidad hacia el Parlamento. Llegados allí, algunos comentan en voz alta la posibilidad de cortar la S-30 (arteria fundamental de la ciudad, más a las nueve de la noche). Los líderes se lo piensan, asienten. Marchamos quince metros. Nos detienen. Dicen que por detrás están en plena sentada y lo están comentando. Mentira. Nadie les había dicho nada porque ni el CADUS ni el MAE querían llegar a tanto. Esperamos. A los dos minutos, Manuel Gómez Lolo el del Cadus dice que lo mejor es que nos recojamos en el resguardo del hogar, que los de atrás no se van a enterar de qué vamos a hacer y no se nos van a sumar. Otra mentira puesto que por detrás se hablaba de marchar hasta el Puente del Alamillo y cortarlo. Había predisposición. DEMASIADA predisposición. Un avance del movimiento era un retroceso en las firmes posiciones de los líderes estudiantiles.
Y teniendo en cuenta tales prolegómenos, ¿qué podemos esperar de estas dos semanas de paro que ahora arrancan en la universidad hispalense? El año que viene no va a estudiar ni dios con el tajo de Wert a las becas y el incremento del precio de las matrículas, trabajes o no (endurecimiento acceso condiciones a beca); los profesores cobrarán menos impartiendo más horas de clase dada la dificultad de acumular sexenios de investigación; los de secundaria serán más por aula, el profesorado trabajará más en peores condiciones. El rendimiento escolar caerá en picado. Si reniegas y quieres trabajar, habrás de ponerte a la cola junto a los seis millones de parados que se espera que este país tenga a finales de 2012; y si encuentras un trabajo, te explotarán (como siempre ha sido, la Reforma Laboral de Rajoy no inaugura las relaciones de producción capitalistas) en condiciones misérrimas, por salarios de hambre, sin protección social ante la baja, la enfermedad o la maternidad, etc. y te despedirán gratis. Y el dinero que no hay para garantizar la reproducción de la fuerza de trabajo (Sanidad, Educación) se destina a rescatar bancos y a dárselo a los pequeños empresarios como recompensa por tenerte trabajando de sol a sol y cuando éste cae. A la aristocracia obrera y a la burocracia estudiantil todo esto le queda bien lejos. Por eso se concentran por las noches, firman pactos onerosos, convocan huelgas con servicios mínimos de un 30% y hacen clases en la calle. Y el resto, a jodernos, más aún si ni tan siquiera somos capaces de extraer las lecciones pertinentes de esta experiencia de cara a luchas venideras.
Más desmovilización
Hay más. Después de no cortar la SE-30 se hizo una sentada frente al arco de la Macarena y la policía amenazó con cargar. Llegaron dos del MAE, uno de ellos famoso por tener el megáfono siempre en la boca dispuesto para cantar, y nos informó de que "la manifestación había terminado". Una compañera suya, también del MAE, nos indicó con gestos que nos levantásemos que se nos iba a informar de algo. La mayoría de la gente se levantó de la sentada para ver a qué se referían y... a la mierda la protesta, cada uno a su casa.
revientaprotestas
van de revolucionarios y están al servicio del poder...
¡ojo con los "estudiantes" de 30 años con carné!
MAE=fraude
esquiroles
con paguita de ong también me voy yo de cañitas todas las tardes al Barcon...
cuanto hipócrita que vive de la utopía de otros
Y los maderos
Y los maderos infiltraos...........
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