Un año después del desalojo, continúa la lucha en la Casa del Aire

  Tras este año la situación de la casa y sus vecinas es la siguiente:

 

§                En la casa aguantan dos vecinas, uno con contrato indefinido, y otra en proceso judicial de desahucio desde el verano pasado, después de 21 años habitando su vivienda.

 

§                A pesar de que los propietarios, EDIVARA-VARASOL, se hicieron con la casa, y de sus continúas promesas de rehabilitación, el inmueble no sólo no ha sido rehabilitado sino que ha empeorado su estado. Viviendas vacías apuntaladas y tapiadas, humedades y otros factores como el corte de luz de la escalera desde marzo del año pasado o intentos de cortar el agua, y que continúan dificultando la vida de los dos vecinos que quedan en la casa.

 

§                La Gerencia de Urbanismo ha firmado el decreto firme de incumplimiento de deber de mantenimiento de la casa. Este decreto traslada el expediente a la sección de Gestión donde decidirán si expropian el inmueble o lo sacan a venta forzosa. En cualquiera de los casos implicaría que EDIVARA-VARASOL dejaría de ser su propietario.

 

Todo lo vivido confirma lo que las vecinas han denunciado desde los comienzos de su lucha: el proceso especulativo que afecta no sólo a la Casa del Aire, sino al conjunto del Albayzin, donde con el objetivo de llenar sus bolsillos, estas grandes empresas en connivencia con las administraciones públicas y la normativa vigente en la que se basan, se dedican a destruir el patrimonio cultural de un barrio histórico, tanto las casas, monumentos, etc. como la vida de la vecindad que dota de sentido el espacio.

 

La lucha de la Casa del Aire está siendo reprimida tanto en las calles, con cuantiosas sumas en multas (muchas de ellas por denunciar públicamente los acontecimientos), como en los juzgados, con penas de 21 días de cárcel (permutable por 514€) a un compañero que repartía panfletos delante de la puerta de la inmobiliaria y con juicios pendientes por usurpación, calumnias, amenazas e injurias.

 

A pesar de todo, no estamos dispuestos a parar. Nuestra lucha continúa. Y necesitamos de vosotras y vosotros para que nos ayudéis a difundir el conflicto y a plantarle cara a esta lacra social que en mayor o menor medida nos afecta a tod@s.