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Un día en la feria de Córdoba con una persona con diversidad funcional de 7 años de edad, concretamente con dificultades físicas y motoras, sentada en una silla de ruedas. Al tener solo 7 añitos su diversión en la feria eran las luces y colores que desprendían las inmensas atracciones del recinto, atracciones tan diversas que había para todos los gustos y personas, de terror, de aventureros, de los que se querían refrescar un poquito o marear con una subida de adrenalina, incluso para todas las edades, ya sean mayores o grandes, pero, ¿para las personas con diversidad funcional?.

Estuvimos toda una tarde paseando por las atracciones, entusiasmándonos cada vez más con los colores y sonidos de esas máquinas que se movían tan rápido que algunas se nos escapaban a nuestros sentidos. La persona que nos acompañaba en silla de ruedas mostró el entusiasmo de montar en varias de ellas, siempre acorde a su edad y su estatura. Pero ahí surgía el problema, ya que la mayoría de las atracciones no están adaptadas para las personas que tengan alguna dificultad física, es por ese motivo, por el que era necesario e imprescindible que una persona mayor se montara junto a ella para controlar su movimiento, mantener la posición erguida y, sobre todo, evitar lesiones.

Decidimos buscar diversas atracciones en las que la persona con dificultades físicas pudiera llevar una persona acompañante, nuestra sorpresa fue la negativa de la mayoría de los vendedores de ticket que exigían que esa persona acompañante también pagase la entrada, aunque montase solo por asegurar la integridad física de la menor con diversidades funcionales, a pesar de que era primera hora de la tarde y la mayoría de las atracciones estaban vacías o con mínimo aforo.

¿Dónde quedó la Ley 51/2003, de 2 de diciembre, de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal de las personas con discapacidad? En la que se expone lo siguiente:

"…de este concepto de eliminar barreras físicas se pasó a demandar «diseño para todos», y no sólo de los entornos, reivindicando finalmente la «accesibilidad universal» como condición que deben cumplir los entornos, productos y servicios para que sean comprensibles, utilizables y practicables por todas las personas."

"La no accesibilidad de los entornos, productos y servicios constituye, sin duda, una forma sutil pero muy eficaz de discriminación, de discriminación indirecta en este caso, pues genera una desventaja cierta a las personas con discapacidad en relación con aquellas que no lo son, …"

Entonces, ¿Qué ocurre con la "accesibilidad universal"? si es un derecho como dice la Convención Internacional de los Derechos de las personas con Discapacidad, ¿Por qué no se lleva a cabo?.

Para la consecución de estos derechos, se aprobó el Informe sobre las medidas necesarias para la adaptación de la legislación española a la Convención de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad, para ello se encomendó a los Ministerios de entonces, que impulsasen las reformas comprometidas en el mismo, siempre dentro de las disponibilidades presupuestarias existentes en cada momento. ¿Qué significa "dentro de las disponibilidades presupuestarias existentes en cada momento"? ¿Que si no hay dinero, no se trabajará por los derechos de las personas con diversidad funcional? Es decir, que cuando el gobierno español no tenga suficiente presupuesto, se verán afectadas las personas con diversidad funcional.

Caso que se esta dando en estos momentos debido a la grave crisis económica por la que estamos pasando y que conlleva a graves recortes presupuestarios en materia de acción social. Con este tipo de medidas de recortes, contribuyen a la disminución de los derechos de estas personas, ya que se verán afectados a nivel social, comunicativo, laboral, económico…

Lo mimo hay que determinar, como dice el Artículo 7, del capítulo II de esta Ley, si los costes de adaptar tales medidas son insostenibles para los presupuestos del Estado, o no supone tanta discriminación.

Quizás no tenga tanto que ver con la adaptación o accesibilidad a determinados sitios o lugares, como es en el caso de las atracciones de feria, quizás vaya más allá de la obtención de unos determinados derechos o quizás dependa más de repensar nuestros valores cívicos ante las personas con diversidad funcional, debemos exigir derechos democráticos para todos y todas, igualdad de oportunidades, tolerancia, cooperación, solidaridad, pluralismo, diálogo, y, sobre todo, respeto.