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El edificio de La Huelga estaba abandonado y seguirá abandonado seguramente durante tiempo. La gente que lo había ocupado, como la mayor parte del movimienrto ocupa, lo hizo como una acción política de reivindicación de otra forma de hacer ciudad y ciudadanía. Para mí y para muchos son un ejemplo muy preferible al del uso de la ciudad y sus edificios como una mercancía para la especulación - que como quizás muchos seais conscientes es una de las principales cosas que nos han traído a la actual crisis - y que terminará por dejar a España en manos del mercado financiero global, esto es de los bancos y los grandes inversores globales - ni siquiera de los bancos españoles...-, si es que ya no estamos a sus pies...

Normalmente, que yo sepa, no se ocupa el pisito o el local de gente normal, sino edificios que llevan largo tiempo vacíos y abandonados... Y sí que hay muchos casos de ocupaciones que están dando alojamiento a gente desahuciada, sin casa, etc. Más debería de haber. En un trabajo universitario, creo que bastante "científico", un grupo de estudiantes proponía como una medida muy concreta y viable la expropiación pública de todas las sedes bancarias que se están quedando vacías y su cesión temporal a ciudadanos para viviendas, espacios de trabajo, centros sociales... Por ahí debería ir la cosa, y no por el camino que sugieren algunos de los despropósitos que se leen en este hilo de comentarios.

En este sentido el Centro Vecinal Pumarejo es un excelente ejemplo de una buena gestión del patrimonio, con costes reducidísimos para lo público, independencia y autonomía ciudadana, democracia de base y un enriquecimiento enorme para la comunidad local de su entorno que es la responsable de lo que allí ocurre.

Levantar un centro social es un trabajo duro y generoso, de un gran valor social y que, generalmente, supone una creación de riqueza para la comunidad mucho mayor que la que genera el que trabaja para intentar llenar su propio bolsillito, y de camino el bolsillo algo mayor de los que lo explotan.

Conviene intentar pensar de vez en cuando... Y a veces también cuestionar las leyes, cuando sentimos que son injustas o que pueden mejorarse.

¡Solidaridad con los activistas de La Huelga!

José Pérez de Lama / Universidad de Sevilla