Comunicado de la Casa Invisible frente al desalojo de Valcárcel Recuperado
Una vez más el mal gobierno actúa con alevosía. La ciudad de Cádiz es hoy un poco peor que ayer, pero el mal gobierno no entiende que al cerrar Valcárcel abre al mismo tiempo la posibilidad de la proliferación. Valcárcel Recuperado no es un edificio, y el mal gobierno no se había enterado. Valcárcel está hoy, más que nunca, en las calles de Cádiz, creciendo, extendiéndose. Valcárcel prolifera.
En la Casa Invisible sabemos lo que supone la construcción de un sueño como el de Valcárcel, sabemos lo que supone crear lo intolerable, eso que los poderes no pueden soportar: un espacio tallado con las manos de todas y todos allí donde el mercado no pone sus sucios dedos ni la Administración ahoga con los suyos. Valcárcel es también nuestras manos, y por eso sentimos como propio, como una herida en nuestra carne hermana, un desalojo que retrata a la perfección a quienes lo han ordenado: sin voz para el diálogo, sin oídos para las propuestas, sin inteligencia para la compresión, sin virtuosismo para la novedad, este desalojo es el cuadro exacto de quienes dicen representar a una ciudadanía a la que solo interpelan a golpe de violencia. Cuando la gente habla, el poder desaloja.
Valcárcel, más que nunca, será recuperado, no nos cabe duda. Solo el mal gobierno creía que su corazón estaba encerrado en las paredes de un edificio.
Nosotras ya lo sentimos latir.
Comunicado de la Casa Invisible frente al desalojo de Valcárcel
Comunicado de la Casa Invisible frente al desalojo de Valcárcel Recuperado
En la Casa Invisible sabemos lo que supone la construcción de un sueño como el de Valcárcel, sabemos lo que supone crear lo intolerable, eso que los poderes no pueden soportar: un espacio tallado con las manos de todas y todos allí donde el mercado no pone sus sucios dedos ni la Administración ahoga con los suyos. Valcárcel es también nuestras manos, y por eso sentimos como propio, como una herida en nuestra carne hermana, un desalojo que retrata a la perfección a quienes lo han ordenado: sin voz para el diálogo, sin oídos para las propuestas, sin inteligencia para la compresión, sin virtuosismo para la novedad, este desalojo es el cuadro exacto de quienes dicen representar a una ciudadanía a la que solo interpelan a golpe de violencia. Cuando la gente habla, el poder desaloja.
Valcárcel, más que nunca, será recuperado, no nos cabe duda. Solo el mal gobierno creía que su corazón estaba encerrado en las paredes de un edificio.
Nosotras ya lo sentimos latir.