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Greenpeace acampa en el “hotel ilegal” El Algarrobico
Enviado por indígena el Lun, 05/09/2011 - 10:29.Un equipo de activistas de Greenpeace se ha colado esta mañana en el Hotel El Algarrobico, un gran mastodonte de 21 plantas que se levanta inacabado al borde del mar en el parque natural del Cabo de Gata de Almería, para pedir su demolición antes de que termine la legislatura.
El hotel, que toma su nombre de la playa virgen en la que se encuentra, en la localidad de Carboneras, se ha convertido en uno de los símbolos más conocidos y denunciados de la invasión urbanística de las costas en España.
Con la convicción legal de que “el terreno en el que se encuentra El Algarrobico es público”, los activistas han entrado al amanecer en el recinto del hotel, que comienza apenas a 14 metros de mar, y se han instalado en el interior del edificio, que tiene 411 habitaciones, huecas pero casi terminadas.
El Algarrobico será su “oficina” hasta el viernes (están montando equipos de trabajo y acampada sostenible), días en los que pretenden forzar gestos de compromiso definitivo por parte del Gobierno y la Junta de Andalucía, “un acuerdo rubricado en el Consejo de Ministros del próximo viernes 9 de septiembre en el que se comprometan al inmediato derribo del hotel”. La primera acción prevista para esta misma mañana es desplegar una gran pancarta con el lema “¿A qué esperan?”.
A los pocos días de ser nombrada ministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar expresó en una entrevista su deseo de que El Algarrobico fuera demolido “con rapidez” y antes de que terminara la legislatura. El adelanto de las elecciones al 20 de noviembre acorta los plazos – las cortes se disuelven el 27 de septiembre – y aunque ya se conocen varios proyectos o iniciativas económicas que no se pondrán en marcha porque “no hay tiempo”, aquellos que ven en el hotel un despropósito tienen la sensación de que será ahora o nunca. “Si han sido capaces de reformar la Constiución en 15 días, cómo no van a poder dejar firmado que se va a demoler El Algarrobico, si además llevan años comprometiéndose a hacerlo”, nos comenta Pilar Marcos, responsable de Costas en Greenpeace.
Evolución de la costa de la Playa del Algarrobico según las imágenes satélites del archivo de Google Earth
La promotora Azata del Sol comenzó a construir El Algarrobico en mayo de 2003 sobre un suelo, dentro del parque natural, recalificado como urbanizable por el Ayuntamiento de Carboneras (entonces PSOE) y con el empeño de la Junta de Andalucía (PSOE) y el ministerio de Medio Ambiente (entonces PP). Azata del Sol tenía todos los papeles en regla y apoyo político para el proyecto, que incluía varios hoteles y un complejo turístico a gran escala, aunque según Greenpeace la compañía sabía perfectamente que la ley acabaría por volvérseles en contra.
En febrero de 2006, cuatro meses antes de su inauguración y con el 94% del hotel construído, un juez ordenó la paralización de las obras porque parte del edificio estaba dentro de los 100 metros que se marcan para separar la costa del suelo urbanizado. Tras aquello, una retahíla de recursos y pleitos relacionados. Fue entonces cuando el ministerio de Medio Ambiente (ya del PSOE) dio un giro y anunció que el hotel sería expropiado y el paraje restituido. La ministra que encabezó esta decisión fue Cristina Narbona, con buena fama en muchos entornos ecologistas y hoy coordinadora del programa electoral de Rubalcaba.
Ese cambio de discurso, secundado desde la Junta de Andalucía, entró en punto muerto cuando el 5 de septiembre de 2008, justo hace tres años, una sentencia declaraba ilegal la licencia de obras concedida por el ayuntamiento. El Gobierno (con Elena Espinosa ya como ministra) pensó que era más fácil frenar a ver si una sentencia posterior obliga a Azata Sol a tirar el edificio y dejar la playa como estaba. Así el Estado se ahorraría el dinero de la expropiación y de la rehabilitación posterior.
Y, entonces, ¿no es mejor esperar? “Antes que la justicia, primero está el cumplimiento de la ley”, nos dice Pilar Marcos. “Con voluntad política e interés real”, asegura, hay amparo legal para una demolición “en cualquier momento, sin recurrir al pago de una indemnización”, al tratarse de una edificación ilegal en espacio protegido y público. En todo caso, argumenta Greenpeace, si se concluye que las administraciones son las responsables finales de que el Algarrobico exista ilegalmente, éstas serán las que tengan que hacer frente a los costes igualmente.
Y hay ejemplos. La urbanización de bungalós del antiguo Club Mediterraneé (dentro de una reserva natural entre Cadaqués y El Port de la Selva) fue demolida por el Ministerio de Medio Ambiente en 2010. La promotora francesa Club Med recibió 4,4 millones de euros como indemnización y se gastaron otros 4 en gestión de residuos y la limpieza del terreno.
Sin embargo, Azata Sol alega que la demolición y gestión de residuos en la playa del Algarrobico es ”técnica y físicamente imposible”, decía en 2009 un portavoz, “tal y como han certificado los arquitectos de la constructora, debido a que para la construcción del hotel se han incrustado en la ladera del monte 65.000 metros cúbicos de hormigón que no podrán eliminarse”.
La intención de los activistas de Greenpeace es quedarse hasta el mismo viernes. Mientras tanto, se organizarán actividades y hay convocada una concentración el miércoles junto con otras organizaciones ecologistas como Salvemos Mojacar y Ecologistas en Acción, a la que podría sumarse el colectivo del 15M en Almería, que lleva meses realizando debates y acciones para la protección de la costa del Cabo de Gata.
fuente:
http://periodismohumano.com/sociedad/medio-ambiente/greenpeace-entra-en-...