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Lo subscribo desde la primera línea. Esto es lo que nos hace diferentes y plantea un reto grande, como nos gusta, desde la base. El coraje de decir lo que estás diciendo... Lo veo cada día en los barrios ricos y castizos de Sevilla, aunque podría ser Madrid, Granada o Jerez. Ese bombardeo constante desde que nace una pequeña a este mundo, un mundo hecho por los hombres y para los hombres, donde ocurre algo curioso: que muchas mujeres nunca se sienten participes, sino supervivientes. También a muchos hombres nos ocurre lo mismo. Por eso deberíamos entenderlas mejor aún.

Muchas veces no tenemos la suficiente capacidad para abstraernos y pensar que todo esto: la democracia, la política, las leyes, las calles, los edificios, lo que pasa en el interior de cada hogar (el que tenga la "suerte de disfrutarlo") DEBERIAN ESTAR HECHOS PARA NOSOTROS Y NOSOTRAS Y NO NOSOTRAS Y NOSOTROS PARA ELLO. Este es el pilar de la Revolución humana (la política es inherente a ésta) que estamos viviendo muchos y muchas. Mientras sigamos sintiendo que nuestro único papel es sostener este sistema fabricando, consumiendo, respirando y follando seguiremos siendo esclavos de él y seguiremos trayendo al mundo pequeños esclavitos y esclavitas que repetirán los mismos patrones que ven. Miren a donde miren.