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De la crisis mundial a la expropiación de los expropiadores: el Movimiento Negación de la Negación

“La producción capitalista produce, con la inexorabilidad de un proceso natural, su propia negación. Es la negación de la negación.”
—Marx, El capital, Libro I, Capítulo XXIV, 1867.

Ahora es realmente innegable que la crisis coyuntural mundial del capitalismo, que comenzó en 2007, por lo tanto, alrededor de casi tres años, comienza a dar señales de que está llegando a un cierto proceso de recuperación o, por lo menos, de suspensión provisoria de sus convulsiones. Sin embargo, dejémoslo claro, pensamos que se trata solamente de una breve pausa, ya que el capitalismo vive una crisis estructural y, como dijimos y repetimos muchas veces, agoniza como sistema productivo mundial desde hace varias decenas de años.

Sin embargo, estas señales de la superación relativa de la crisis coyuntural ahora son bastante evidentes. Pero, como en toda crisis capitalista, evidentemente, mientras millones pierden sus trabajos y millares pierden sus empresas, algunos salen ganando: son los que, aprovechando la situación específica, debido a circunstancias coyunturales diversas, ocupan los lugares que dejaron las empresas más debilitadas por la crisis. Ocurren dimisiones en masa, reducción media de los salarios, reducción media en las planillas de pago y, particularmente, bancarrotas, fusiones o compras de empresas. Las empresas más fuertes tragan a las débiles y los trabajadores son sometidos a formas más grandes de explotación. Se trata de una gran concentración de capital. Se trata de los capitalistas expropiándose entre sí, y se trata también de una masacre de gran parte de la fuerza de trabajo activa.

En cuanto a las señales evidentes de recuperación relativa, podemos citar al Goldman Sachs Group, un enorme grupo financiero norteamericano que anunció esta semana utilidades de US$ 3.19 mil millones en el tercer trimestre de 2009. De la misma forma, una de las instituciones de actividades bancarias más tradicionales de los EE.UU., JP Morgan, anunció utilidades de US$ 3.6 mil millones. El grupo Goldman Sachs, inclusive, devolvió ya al gobierno US$ 10 mil millones que había recibido de ayuda en el auge de la crisis. Estas recuperaciones, sin embargo, no son acompañadas por todas las empresas. Están vinculadas, generalmente, con bancos que no actúan tanto con consumidores directos, siendo así, no son alcanzados por los altos índices de desempleo e insolvencia, que continúan aumentando en la economía norteamericana.

En este sentido, recordemos que el Citigroup, el grupo financiero norteamericano que también habría salido de un balance negativo, solamente lo consiguió por medio de una manipulación relativa de los datos, no contabilizando ciertos pagos. Según analistas, el Citigroup, en el caso de contabilizar tales gastos, todavía tendría pérdidas por US$ 3.2 mil millones, más grandes que las de US$ 2.9 mil millones que tuvo en uno de los trimestres de 2008. Según ciertas fuentes, el banco todavía debe al tesoro norteamericano gran parte de las “inyecciones” que lo salvaron en el auge de la crisis. Se calcula que las deudas al gobierno alcanzaron alrededor de los US$ 45 mil millones.

La situación, todavía deficitaria del Citigroup, sería ocasionada, justamente, porque muchas de sus líneas de crédito están ligadas a consumidores directos, es decir, los que han sido afectados por el desempleo masivo que continúa aumentando en la economía de los EE.UU. El banco tenía y todavía tiene grandes perjuicios con las tarjetas de crédito y las hipotecas no pagadas, que también son resultado directo de los cerca de 10% de desempleados que afectan a la economía norteamericana y que deben continuar creciendo en 2010, alcanzando una probable tasa de desempleo del 11%. En una situación similar al Citigroup se encuentra el Bank of America, que estaría lejos de salir de las deudas no pagadas, reflejos del aumento masivo del desempleo.

Como así puede verse, la crisis coyuntural ya ha pasado o se calmó relativamente, para los sectores que han ganado con la crisis, expropiando a otros grupos capitalistas. Pero para amplios sectores, aún del gran capital, la crisis está lejos de ser superada y no aparecen buenas perspectivas en un período a corto o medio plazo. Con respecto a los trabajadores, sobre todo, la crisis no sólo continúa, sino que se va profundizando sin grandes perspectivas de salida.

El mismo escenario vivido en los EE.UU., en cierto sentido, sucede en la economía europea y japonesa. Algunos aspectos de esta situación mundial también se repiten en ejemplos de Brasil, India, China y Rusia. La mayor parte de las máquinas ociosas en la economía europea y norteamericana ha sido transferida, particularmente para Brasil, que está recibiendo un volumen bastante alto de inversiones extranjeras. Fábricas enteras se han transferido a Brasil donde, principalmente una mano de obra más barata y una estructura productiva relativamente razonable facilitan los costes de producción, volviéndolos más competitivos en el mercado mundial.

Por otra parte, en el propio Brasil, se repite el proceso de expropiación de grupos capitalistas. La transferencia de fábricas extranjeras está destruyendo sectores enteros de la producción, anteriormente realizados completamente en Brasil. Particularmente, el sector productivo de máquinas industriales viene siendo reducido sustancialmente con la entrada de máquinas extranjeras y fábricas enteras que realizan su migración para Brasil. No por casualidad, el número de bancarrotas en Brasil ha llegado a récords históricos. También se trata de la expropiación de los expropiadores en la cual los capitalistas tragan a otros capitalistas.

Sin embargo, como en Europa y en los EE.UU., en Brasil, y particularmente en las regiones más industrializadas como San Pablo, debido a estos fenómenos, el desempleo y la miseria aumentan de manera alarmante. Sin duda, para los trabajadores, la crisis continúa y de forma cada vez más aguda. ¡Como en los EE.UU., muchos de los trabajos perdidos en Brasil jamás volverán a existir!

Como decía Marx en El capital, capítulo XXIV, libro I, este proceso de expropiación de los expropiadores, es decir, la expropiación de los capitalistas por los mismos capitalistas es una tendencia irreversible del capitalismo, pero, según el mismo autor, la expropiación de los expropiadores va profundizando el proceso de crisis, polarizando la contradicción entre el capital y el trabajo, conduciendo a un nuevo proceso de la expropiación de los expropiadores. En esa otra fase de este proceso, debido al aumento de las contradicciones, la expropiación comienza a volverse contra el propio capitalismo. Los productores directos, los primeros expropiados por el capitalismo naciente, acaban expropiando a los primeros expropiadores, los propios capitalistas.

Este movimiento objetivo sería el movimiento de la negación de la negación, es decir, los productores directos negados por los primeros capitalistas comenzarían a expropiar a los propios capitalistas, los que han realizado la primera negación. Éste sería el movimiento de la negación de la negación. Este movimiento no sería, así, un movimiento ideológico o moral, sino mucho más, la expresión objetiva de un proceso contenido en el propio desarrollo del capitalismo y de sus crisis sucesivas.

Evidentemente, sin embargo, cabe a los trabajadores realizar este proceso objetivo y, para eso, la clase trabajadora tiene en el marxismo la comprensión teórica de este proceso de expropiación de la expropiación o, si queremos, la expresión teórica consciente del movimiento de la negación de la negación, que puede transformarse en partido político de masas, pues, estaría apoyado en un proceso puesto objetivamente por el propio desarrollo del capitalismo.

Curiosamente, sin comprender este análisis marxista, muchos sectores identifican el Movimiento Negación de la Negación, hoy existiendo, como un movimiento anárquico, ideológico o moral, un movimiento que estaría contra todo y contra todos. En verdad, el Movimiento Negación de la Negación es la expresión teórica de un proceso objetivamente puesto por el propio desarrollo del capitalismo y de sus crisis siempre inevitables y siempre crecientes. Buscar hacer consciente (y, así, subjetivo) ese movimiento de la negación de la negación es un esfuerzo que se hace cada vez más necesario.

El capitalismo del siglo XX y de este comienzo del siglo XXI solamente nos ha mostrado y nos muestra una crisis detrás de otra, guerras, epidemias, aumento de la miseria y del hambre, en una palabra: barbarie. La expropiación de los expropiadores y la negación de la negación necesitan recibir su forma teórica consciente; de lo contrario, las contradicciones objetivas de estos procesos pueden solamente llevar a los trabajadores, a la humanidad y a la propia Naturaleza (de la cual somos parte) a la destrucción más catastrófica jamás vista en la historia.

¡CONSTRUIR EL MOVIMIENTO NEGACIÓN DE LA NEGACIÓN!

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