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Las medidas de ajuste: ni imprescindibles, ni equitativas, ni eficientes
Enviado por Anónima el Vie, 14/05/2010 - 20:05.**_Comunicado de Attac España_** sobre el sacrificio de la ciudadanía al
doblegarse el gobierno a la voracidad de la dictadura del capital financiero
Frente a crisis del mercado, remedios del mercado, y a
través de los actores en el mercado. El FMI, Bruselas y todos los
banqueros alaban las medidas y el “coraje” para adoptar decisiones
impopulares pero imprescindibles. Zapatero se doblega y quiere aplacar a
la “bestia” de los especuladores sacrificando a la ciudadanía. ¡¡Se
equivoca!!
Desde el momento en que se renuncia a regular y controlar los mercados
financieros desde los Gobiernos y a frenar la especulación por ley se
desencadena la espiral de la miseria: hay que pedir préstamos para pagar
la deuda; reducir el déficit para pedir préstamos; recortar el gasto
público para reducir el déficit; bajar los salarios, las prestaciones
sociales y “reformar” las jubilaciones para reducir el gasto público.
Otras tantas medidas que empobrecen los hogares, reducen las
perspectivas de actividad económica productiva generadora de empleo y,
consiguientemente, los futuros ingresos públicos que, a su vez,
incitaran a las agencias de calificación a degradar los títulos de la
deuda soberana provocando nuevas crisis bursátiles, con sus pánicos
mediáticos y de nuevo la necesidad de otros ajustes y planes de
austeridad. Nunca serán medidas eficientes.
El recorte de gastos sociales, y no otros, es una imposición de la UE y
del FMI que nunca ayudan gratuitamente, pues tienen un empeño especial
en la defensa del modelo económico neoliberal que han impuesto. Es la
misma política seguida en América Latina durante la década de los
noventa. El FMI y la UE quieren un Estado débil para poder imponer sus
políticas, y los gobiernos han claudicado. ¿Cuanto han dejado de pagar
los ricos y se ha dejado de ingresar en la Hacienda Pública por la
bajada del tramo más alto del IRPF? ¿Por qué no se restablece el
Impuesto sobre Patrimonio si se acepta que fue un error suprimirlo, un
0,2% del PIB? ¿Por qué no suprimir las SICAV que permiten a Emilio Botín
del Banco Santander, Francisco González del BBVA, Amancio Ortega y
Rosario Mera de INDITEX, las hermanas Koplowitz, la Duquesa de Alba,
Florentino Pérez, etc. pagar el IRPF al 1%? ¿Por qué no se suprime el
FROB, bajando el déficit un 0,9%, y suprimimos el riesgo de un
incremento del déficit futuro de hasta el 10% (99.000 millones de euros)
que tan sólo sirven para regalarles más dinero a la banca privada? ¿Por
qué no establecer un impuesto en toda la zona euro a los especuladores
con deudas soberanas como el de Brasil o sólo en España? ¿Por qué no
eliminar la Declaración Conjunta en el IRPF? Son casi 2.000 millones de
euros al año. La Declaración conjunta es una desgravación para las
rentas medias y altas (y es creciente con el nivel de renta). Es un
gasto antieconómico, antisocial, regresivo y discriminatorio para las
mujeres (desincentiva su pertenencia a la economía regular). ¿Por qué no
se revisan las pensiones de viudedad para eliminar su derecho para las
personas viudas con un patrimonio superior al millón de euros o con
otras rentas patrimoniales superiores a los 50.000€/año? No sólo se
renuncia a regular y controlar los mercados financieros y a frenar la
especulación, sino también a implantar sistemas o modelos fiscales
nacionales justos, progresivos, del estilo de los países del norte de
Europa. Estos modelos al aumentar los ingresos nacionales contribuyen a
que dependamos menos de la deuda pública internacional y refuerzan la
soberanía y la democracia del país. No son medidas imprescindibles las
adoptadas, son posibles otras. No pagamos todos, no son medidas
equitativas.
En el verano de 2007 los hogares estadounidenses se vieron incapaces de
devolver los préstamos inmobiliarios concedidos sin ninguna garantía por
los bancos ávidos de dinero; burbuja especulativa promovida desde la
propia Reserva Federal dirigida por Alan Greenspan. En septiembre de
2008 la crisis de las subprimes degeneró en una crisis bancaria. Lehman
Brothers se hundió. Los bancos dejaron de conceder préstamos y la
economía cayó al borde de la asfixia. En vez de nacionalizar el sector
financiero en bancarrota, los gobiernos aceptaron reflotarlo dejándolo
con la misma desregulación, sin condiciones de ningún tipo. Los Estados
se endeudaron fuera de toda lógica para salvar a los bancos privados y
reactivar la economía. Pero tras veinte años de neoliberalismo y
descenso continuado de la fiscalidad directa, los ingresos públicos se
desplomaron. La deuda pública se dispara y, con ella, aparece la crisis
social. En los países occidentales se dispara el desempleo, y con él la
deslegitimación de los gobiernos democráticos y la desafección de la
ciudadanía con sus gobernantes.
La afluencia de dinero público y el retorno a la especulación en las
Bolsas da nuevos bríos a los bancos privados. Estimulados por los tipos
de interés casi nulos, bancos y fondos de inversión reanudan su
actividad especuladora. Durante la tormenta bursátil muchos trasladaron
sus activos del mercado de acciones hacia el de las deudas públicas
provocando una nueva burbuja financiera que sólo proporciona una pequeña
tasa de interés. Hay que hacerla crecer, y comienzan los ataques
especulativos a las deudas soberanas de los países periféricos de Europa
con el pretexto del maquillaje del déficit griego efectuado con la ayuda
del banco de negocios Goldman Sachs. La factura enviada por los bancos
para pagar el precio de su propia incompetencia cae sobre su
destinatario final, la ciudadanía trabajadora y pensionista, los gastos
sociales del Estado. Las medidas aprobadas no atacan la raíz del
problema, y no solucionaran nada.
Las discusiones para aprobar el Fondo de los/as ministros europeos para
defender al euro y la necesaria intervención del FMI y de Obama reflejan
la desunión europea y la perdida de soberanía dentro de la zona euro.
Estamos ante un verdadero ataque a la democracia y a la soberanía de los
pueblos.
Consecuencia del miedo y la resignación frente a las imposiciones de los
especuladores, la reacción de los Estados, de la UE y del FMI se
caracteriza por limitarse a imponer la coacción de los mercados mientras
juran que resistirán a estos. Esta política dominada por el miedo y la
claudicación a la dictadura de la minoría que se denomina así misma como
“los mercados financieros” incita a los países miembros a desmarcarse
unos de otros con la esperanza de salvarse de las apuestas a la baja de
los especuladores. Una vez colocados los diferentes Estados europeos en
situación de competencia entre sí, se trata de quién exhibirá el plan de
austeridad más drástico. En Lisboa, Atenas, Dublín, Madrid, Berlín,
París, etc. se llama a “apaciguar los mercados” Nadie se acuerda que
hace un año los dirigentes del G20 prometieron a la ciudadanía del mundo
domarlos.
ATTAC España cree necesario que la ciudadanía sea la que se movilice y
se rebele por la defensa de la democracia, porque de eso se trata, y se
manifieste en contra de la “dictadura del mercado" y de los que son sus
dirigentes: esta UE construida de espalda a la ciudadanía europea, el
FMI y las entidades financieras. Se impone pues que la ciudadanía
española, y toda la europea sea la que se levante para exigir a sus
gobernantes que adopten otro tipo de medidas en defensa de la soberanía,
la dignidad y la democracia de los pueblos
13 de Mayo de 2010 --