Mujeres de Negro en el Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres
Un militar muerto = una medalla
Una mujer asesinada = una cifra
Con este lema queremos Mujeres de Negro contra la guerra retomar el sentido profundo y activo del por qué celebramos el Día 25 de Noviembre.
Esta fecha fue declarada Día Internacional contra la violencia hacia las mujeres gracias al 1er Encuentro Feminista de Latinoamérica que tuvo lugar en Bogota hace ya 28 años, centrado en torno a las violencias hacia las mujeres en todos los ámbitos. Escogieron la fecha del 25 de noviembre recordando a tres activistas asesinadas en 1961 a manos de la policía secreta del dictador Trujillo en la República Dominicana. Más información pincha el titular.
Con esta iniciativa hemos dado pasos importantes de un punto a otro del planeta. No hemos dejado de coger más confianza en nosotras, de rebelarnos contra algo que estaba y que está aún “normalizado”: las violencias machistas hacia nosotras. Se han tomadas medidas en muchos países pero con el tiempo la envergadura de la iniciativa inicial ha ido conociendo ciertos limites. Se ha venido a asociar la violencia de género sólo al ámbito doméstico y con tendencia en puntualizar la violencia machista como una mera desgraciada circunstancia de individuos contra mujeres. Individuos hombres que aparecen como si fuesen desfasados y que en general pasan al anonimato aunque se les condenen. Mientras las mujeres víctimas entran en la matemática de las estadísticas. El resultado se asemeja a la imagen de un monumento de los que se hacían al “soldado desconocido” en recuerdo a todos aquellos, carne de cañón, muertos en una guerra que nunca se denuncia, no obstante hoy al ser soldados profesionales tienen nombres y medallas y las víctimas mujeres siguen sin cara y voz.
Con su gesto memorial el dicho Encuentro feminista estaba subrayando como no se puede diferenciar una dictadura general contra un pueblo de la ejercida individualmente contra una mujer. Porque la violencia desde una perspectiva de género implica desenmascarar y denunciar el poder que engendra, legitima o facilita la identificación con las violencias. Nosotras le llamamos poder patriarcal ya que si bien en las sociedades llamadas democráticas no existen asesinatos ocurridos como en 1961 existen valores y actitudes sociales y culturales en el día a día laboral y lúdico y a través de la Educación, los Medios de Comunicación, la publicidad, las películas que fomentan más específicamente en los hombres una idea de supremacía de su genero con un espíritu competitivo, con miedo y agresividad hacia lo diferente. Y a la par existe este Poder patriarcal con sus estructuras y estrategias de Estado, de Instituciones y de fuerzas económicas que crean y recrean constantemente tramas muy sutiles y perversas para aparentar la igualdad y hacernos participes de él. Aquí viene una trampa terrible donde las violencias de género aparecen como estadísticas, como casos lamentables sin que realmente se ponga en cuestión el sistema que las generan. No se puede condenar actitudes machistas criminales de hombres hacia nosotras y a su vez dar pié a que:
se intervenga militarmente en un país para destruirlo y crear lazos de dependencia tal como el machismo lo hace con las mujeres,
se ocupe un país con la excusa de intervenir por la Paz y los Derechos humanos tal como el machismo hace dictando comportamientos que tienen que tener las mujeres,
se financie a paramilitares para que sigan vivas dictaduras tal como el machismo hace cuando impida la independencia de iniciativas de las mujeres,
se fabrique y se venda armas como fuentes de riquezas tal como el machismo reproduce insultos y violencias hasta la muerte de mujeres.
Podríamos dar un largo etc. de situaciones donde se da a cada hombre un poder de apropiarse de la violencia bajo cualquier pretexto hacia nosotras. Todo ello recordando que durante una guerra la tasa de malos tratos hacia nosotras aumenta a mil por ciento cuando la violación y el asesinato de mujeres no son un arma masiva de guerra.
Toda actitud, todo valor, todo gesto político, toda iniciativa económica y social, toda decisión pedagógica, televisiva, o cultural deben de estar bajo sospecha de generar idea de supremacía del hombre sobre las mujeres y en vez de competir con ella debemos marcar nuestra insumisión integral contra todo recurso a la violencia paradigma de nuestra sociedad patriarcal. Cada día es nuestro 25 de Noviembre.
Enviar un comentario nuevo