La Invisible celebra su aniversario ante la impotencia del Ayuntamiento
La Invisible celebra su aniversario ante la impotencia del Ayuntamiento
El centro social y cultural La Casa Invisible celebra su cuarto aniversario y el acuerdo de permanencia alcanzado con el Ayuntamiento de Málaga. La "victoria ciudadana" de la Invisible contrasta con la sucesión de fracasos de las políticas de marca cultural del consistorio.
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Diego Sanz Paratcha (Redacción)
Como si se tratara de una broma, esta semana la gestión cultural y social del Ayuntamiento de Málaga se está mostrando como el reflejo negativo del centro social y cultural de gestión ciudadana La Casa Invisible. Una polémica sobre el uso de la antigua fábrica de tabacos de Málaga ha dañado la imagen del consistorio, ya maltrecha después de que en septiembre fuera rechazada su candidatura para la capitalidad cultural europea de 2016.
La polémica enfrenta al consistorio del PP y a Royal Collection, la empresa concesionaria que tenía que dar vida a la mayor parte de los 30.000 metros cuadrados de la antigua fábrica de tabacos malagueña. El escaso éxito de las primeras iniciativas desplegadas (un museo del automóvil) y el retraso en la puesta en marcha del otro gran proyecto, el museo de la gema, llevó a Royal Connection a anunciar que demandaría al Ayuntamiento y que se retiraría del proyecto. Un bloguero local comentaba: “parece que el contrato se firmó bajo los efectos psicotrópicos de la candidatura para 2016”. La inversión inicial en el proyecto ha sido de 30 millones de euros.
Esa es la Málaga en la que ha tenido que instalarse y hacerse visible la Invisible. A tres meses de firmar un acuerdo cuyo precedente inmediato fue la cesión temporal entre el ministerio de Cultura y La Tabacalera de Madrid en junio de 2010, la Invisible celebra a un tiempo su cuarto cumpleaños y su legalización como proyecto en un inmueble céntrico de 2.000 metros cuadrados. El contrato entre el Ayuntamiento y la Invisible tiene un año de duración, pero desde la Invisible se habla de “experiencia irreversible”.
Llegaron y se quedaron
En marzo de 2007 la ciudad oficial y visible celebraba el Festival de Cine, otro de los jalones en el camino a la capitalidad cultural. En el marco de una acción llamada “Alfombra roja para tod@s”, decenas de personas entraron en un enorme edificio novecentista abandonado y lo ocuparon “para crear un centro social y cultural de gestión ciudadana”.
Con cuatro años y una crisis económica de por medio, la Invisible ha sobrevivido a las amenazas de desalojo y a la presión que imponen las estrecheces bajo la forma de estrés y emigración (la tasa de paro en la provincia es la más alta de Andalucía, con cerca del 30% de la población activa desempleada).
El proceso para crear, como cuentan las invisibles desde su web, “una institución anómala, abierta, libre, experimental, en continua mutación (la que sus habitantes van marcando), pero que llegó con la firme determinación de quedarse, permanecer”, ha sido complejo. Diagonal intentará desentrañarlo estos días a través de su web.
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