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Semana Mundial de Acción contra la Pobreza 2009. Porque una promesa no alimenta, no cura, no protege, ¡rebélate!

13/10/2009 00:00
16/10/2009 19:00

El 17 de octubre es el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Una jornada para la reivindicación anual que, en esta ocasión, nos agrupa a dos plataformas de organizaciones de la sociedad civil. De una parte, la Alianza Andaluza contra la Pobreza, que desde 2005 (dentro de la campaña Pobreza Cero) reivindica el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio firmados por la asamblea general de Naciones Unidas para luchar contra la pobreza mundial. Por otra, la Red Andaluza de Luchacontra la Pobreza y la Exclusión Social, que tiene entre sus objetivos trabajar por la inclusión de las personas y los colectivos más desfavorecidos en Andalucía, así como erradicar la pobreza y la exclusión social. Ambas compartimos nuestra preocupación por un sistema que, con diferentes caras, nos afecta aquí y afecta a la población del Sur; ambas reivindicamos que las promesas políticas en la lucha contra la pobreza no admiten excusas para su cumplimiento, y por este motivo organizamos, como en más de 100 países de todo el mundo, la Semana de Lucha contra la Pobreza del 12 al 19 de octubre

 
A falta de sólo seis años para la fecha límite de 2015, los países donantes se están quedando cortos a la hora de cumplir sus compromisos de ayuda para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio. La propia ONU alertaba recientemente de que es probable que la ayuda descienda aún más como consecuencia de la crisis económica global. Sólo para el caso de África, las ayudas comprometidas en 2005 por los estados donantes permanecen 20.000 dólares anuales por debajo de lo acordado; serían necesarios 34.700 millones de dólares más en 2010 para alcanzar el nivel comprometido. Para muchos países en desarrollo, niveles más bajos de ayuda no sólo impedirán su progreso, sino que pueden revertir los logros conseguidos en los últimos años.
 
Los adelantos logrados en la eliminación del hambre a partir de principios de los 90 se perdieron en 2008, debido en gran parte al precio mayor de los alimentos. Este año se superarán por primera vez los mil millones de personas hambrientas, y no por falta de recursos. La actual organización social y económica mundial privilegia descaradamente los intereses de las grandes fortunas sobre los derechos de las personas y los pueblos. Se invierte en salvar a los bancos de la quiebra, en el fomento del consumo desproporcionado, y se recortan acuerdos mínimos para disminuir la mortalidad materna e infantil o garantizar el derecho a la educación, la sanidad o al acceso al agua potable.
 
España y Andalucía no quedan al margen de los compromisos en cooperación internacional. El Pacto de estado contra la Pobreza, firmado en diciembre de 2007, y el vigente Plan Andaluz de Cooperación al Desarrollo, recogen las obligaciones adquiridas por nuestros gobiernos para apoyar la inversión más importante hoy en día: contribuir a la lucha contra la pobreza y la desigualdad en los países del Sur.
 
No obstante, la preocupación de la sociedad civil andaluza hacia el aumento de la pobreza también se centra en la población de esta comunidad. Cada día vemos cómo la crisis internacional afecta a más personas que se quedan sin empleo o no pueden pagar sus créditos hipotecarios. Pero hay otra cara de la moneda: por encima de las cifras que ofrecen los medios de comunicación social sobre el aumento del paro y del endeudamiento, están las que, con crisis o sin ella, siempre afectan a las mismas personas. Son aquellas que viven en situación de pobreza y exclusión social.
 
En Andalucía, 29 de cada 100 personas viven por debajo del umbral de la pobreza, según la Encuesta de Condiciones de Vida 2007. Esta cifra supone un 9,5 por ciento más que la media de personas que viven en esta situación en España, que se sitúa constantemente en torno al 20 por ciento. En Europa, 78 millones de personas viven amenazadas por la pobreza, 19 millones son niños y niñas, y 9 millones de ellas son españolas, según la Comisión Europea. Casi 18 personas de cada 100 en Andalucía están desempleadas (823.530 trabajadores), y los datos de octubre muestran que hay 20.393 andaluces más en esta situación.
 
En Andalucía, las medidas sociales anunciadas para paliar la crisis por parte de la Gobierno andaluz son una respuesta parcheada que no afronta las causas de la pobreza y la exclusión social como lo contempla la Ley Andaluza de Inclusión Social. La crisis no puede ser excusa para no presupuestar esta Ley.
 
El crecimiento económico no conlleva indefectiblemente la erradicación de la pobreza y la exclusión social, por lo que deben plantearse la lucha contra las desigualdades desde el acceso a la salud, la vivienda y la educación como pilares básicos que garantizan el respeto por la dignidad humana y una efectiva participación ciudadana.
 
Es cierto que la crisis que estamos viviendo es la más seria del último siglo, pero ¿justifica la falta de actuación global a favor de los derechos humanos? El capitalismo de la especulación financiera ha destruido el empleo y la estabilidad macroeconómica, ya de por sí precarios en los últimos años de predominio neoliberal.
 
Los dirigentes políticos no asumen las alternativas comprometidas, las entidades financieras (verdaderas y directas causantes de la crisis) tratan de evadir sus responsabilidades mientras utilizan las billonarias ayudas que reciben de los estados para sanear en la medida en que pueden sus balances. Mientras tanto, se niega un puñado de miles de euros para evitar que cada día se sigan muriendo de hambre más de 25.000 personas y más de 6.000 por falta de agua en todo el mundo. La ciudadanía asiste perpleja al aumento vertiginoso del desempleo, a las quiebras de empresas y al incremento de la deuda.
Las razones de la desigualdad y la pobreza se encuentran en la forma en que los seres humanos organizamos nuestra actividad política y económica. El comercio internacional y la especulación financiera que privilegia las economías más poderosas, una deuda externa asfixiante e injusta para muchos países empobrecidos, así como un sistema de ayuda internacional escaso y descoordinado hacen que la situación actual sea insostenible.
Es el momento de actuar, de tomar conciencia de que hay realidades intolerables ante las que no podemos permanecer pasivos. No queremos medir la crisis por sus aspectos financieros, sino por su carácter sistémico y político, por el fracaso que muestra del modelo de desarrollo predominante. Por este motivo, apostamos por que la sociedad en general, y los gobiernos en particular, contemplen la crisis como una oportunidad de cambio, y que las personas y los pueblos sean el objetivo principal de todas sus actuaciones.
 
REIVINDICACIONES y PROPUESTAS
 
1º. Nuestras administraciones deben cumplir sus compromisos en cooperación internacional:
-Más ayuda oficial al desarrollo, priorizando a los sectores sociales básicos, hasta alcanzar el compromiso del 0,7%.
-Mejor ayuda, desligada de intereses comerciales, orientada a los países más pobres y coherente con los Objetivos del Milenio.
-Más coherencia en las diferentes políticas de nuestros gobiernos para que todas ellas contribuyan a la erradicación de la pobreza.
-Cancelar la deuda impagable: los países ricos, el Banco Mundial y el FMI deben cancelar el 100% de la deuda de los países más pobres.
-Deuda por desarrollo: invertir los recursos liberados por la cancelación de la deuda de los países empobrecidos para alcanzar los Objetivos del Milenio.
-Cambiar las normas del comercio internacional que privilegian a los países ricos y a sus negocios e impiden a los gobiernos de los países empobrecidos decidir cómo luchar contra la pobreza y proteger el medio ambiente.
-Eliminar las subvenciones que permiten exportar los productos de los países ricos por debajo del precio de coste de producción, dañando el sustento de las comunidades rurales en los países empobrecidos.
-Proteger los servicios públicos de liberalizaciones y privatizaciones con el fin de asegurar los derechos a la alimentación, y de acceso al agua potable y a medicamentos esenciales.
-Favorecer el acceso a la tecnología por parte de los países menos desarrollados, de acuerdo a sus necesidades, para que puedan disfrutar de sus beneficios.
 
2º. Situar a las personas en el centro de la agenda política de lucha contra la pobreza y la exclusión social:
-Dar prioridad a la cohesión social, la lucha contra la pobreza y la desigualdad y la promoción de la igualdad global dentro y fuera de la UE en el Año Europeo 2010 de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social. Convertirlas en pilares de la Estrategia de Lisboa posterior a 2010 y como base de las medidas para la recuperación económica.
-Apoyar estas medidas por parte del Gobierno de España y la Junta de Andalucía, asumiendo los compromisos que les competen y que están recogidos en documentos como el Pacto de Estado contra la Pobreza y el Plan Andaluz de Cooperación al Desarrollo 2008-2011.
-Aprobar la Ley Andaluza de Inclusión Social como norma que reúne todas las medidas necesarias para erradicar las situaciones de exclusión y pobreza.
-Garantizar la renta básica como derecho subjetivo de las personas a tener los medios necesarios para la subsistencia en su proceso de integración social. 
-Apostar por la inversión social frente a “gasto social”, porque los derechos sociales también son generadores de empleo estable y riqueza.
-Fomentar la integración real entre el Tercer Sector Social y la Administración, porque las ONG y el voluntariado somos las energías limpias del sistema, no contaminamos y producimos avances en participación social.
-Poner en marcha planes de inclusión social, porque por encima del paisaje viven los hombres y mujeres. Del mismo modo que hay planes de impacto ambiental y nadie los cuestiona, son necesarios los planes de impacto social.



PROGRAMA DE ACTIVIDADES
 
13 DE OCTUBRE
Rueda de prensa
Centro Cívico Las Sirenas. Alameda de Hércules (Sevilla).
 
14 DE OCTUBRE
Conferencia: ‘La crisis global: ¿dónde estamos? Su impacto en los países del Sur y en los Objetivos de Desarrollo del Milenio
Ponentes:
·          Juan Torres López. Catedrático de Economía Aplicada del Departamento de Teoría Económica y Economía Política. Universidad de Sevilla
·          D. José María Castells Caballos. Portavoz de la Alianza Andaluza contra la Pobreza.
Aula 101 de la Facultad de de Ciencias Económicas y Empresariales de La Universidad de Sevilla. Avenida Ramón y Cajal 1. Sevilla.
19.30 horas.
 
15 DE OCTUBRE
Jornada: ‘Tendencias legislativas en los servicios sociales’
Ponencia marco a cargo de Antonio Vilá, profesor de la Universidad de Gerona. Mesas de trabajo.
Centro Cívico Hogar San Fernando. C/ Don Fadrique 57-59. Sevilla.
10-14 horas.
                                        
14, 15 Y 16 DE OCTUBRE
Mesas informativas
De 10 a 14 horas. Campus Ramón y Cajal. C/ Enramadilla 18-20. Sevilla.
De 17 a 20 horas. Avenida de la Constitución. Sevilla.
 
16 DE OCTUBRE
Manifestación. ‘Una promesa no alimenta. Manifiéstate y exige que se cumpla’
Puerta de Jerez-Campana-Plaza Nueva.
19 horas