Jornada de lucha contra el pensionazo: Sevilla, 27 de enero
No es VERDAD que sea inevitable aumentar la edad legal de jubilación a los 67 años. Se pueden hacer cotizar los contratos ocultos y destapar el fraude de un 30% de economía sumergida que no se declara de las empresas, se puede elevar las cotizaciones a los más ricos y grandes empresas, que es ahora muy bajo, se puede evitar que las mujeres ganen un 30% menos que los hombres y, por tanto, coticen menos, se puede elevar el salario, se puede hacer cotizar las becas se pueden elevar las cotizaciones máximas (la base más alta son 3.198 euros/mes; a partir de ahí ya no se cotiza más).
No es VERDAD que el aumento de la esperanza de vida hace necesaria la reforma. Es verdad que habrá más pensionistas, pero también es verdad que habrá más cotizantes y con cotizaciones más altas.
No es VERDAD que el gasto en pensiones es muy alto. Nuestras pensiones medias son de las más bajas de Europa y el número de pensionistas comparado con la población también es de los más reducidos. La Seguridad Social tiene superávit y el Fondo de reserva está aumentando hasta alcanzar casi los 70.000 millones de euros.
No es VERDAD que las medidas que se toman ahora son para consolidar el sistema y garantizar las pensiones del futuro. La realidad es que las medidas que se toman tienen por objetivo reducir las pensiones, la reforma se aplicará para dentro de 30 años que es cuando el sistema se supone que quebrará.
NO es VERDAD que el Gobierno defienda el sistema público de pensiones: lo han entregado a los mercados, los bancos y las compañías de seguros.
SÓLO LA LUCHA Y LA MOVILIZACIÓN PUEDE IMPEDIR QUE REFORMEN LAS PENSIONES
El gobierno continúa en al senda de impulsar reformas regresivas para la población como manera de salir de la crisis. Ahora le toca el turno a la reforma de las pensiones, una de las patas del Estado del bienestar y uno de los mayores equilibradores del sistema de la Seguridad Social para limar las grandes desigualdades del reparto de la riqueza. El capitalismo occidental se encuentra en una crisis sistémica de difícil solución: sus mercados ya no son competitivos y para mantener los beneficios las élites económicas han decidido que la salida a esto es rebajar derechos sociales y laborales, y aumentar el grado de explotación en sus poblaciones. El objetivo de las reformas es desmontar el Estado del bienestar para así conseguir nuevos negocios y aumentar beneficios.
Aduciendo que el sistema públicas de las pensiones está en crisis debido al número elevado de pensionistas frente a trabajador@s en activo y la subida de la edad de vida en las poblaciones europeas, proponen retrasar la edad de jubilación y aumentar el cálculo de la misma como forma de conseguir menos prestaciones y que más capas de la población queden desamparadas, obligándolas a tener que financiarse planes de pensiones privadas. Esto supone la pobreza para la población con menos recursos y la precarización en las condiciones de vidas para millones de personas.
Es por ello que necesitamos de una respuesta social en la calle para frenar estas contrarreformas que tan graves consecuencias tendrán. Pero las dos grandes centrales sindicales, que anunciaban lucha y conflicto frente a la reforma de las pensiones, han dado un viraje de 360º al aceptar negociar a la baja esta reforma y ampliarlo a la negociación colectiva y al desarrollo de la perversa reforma laboral con el Gobierno y la Patronal, cuando saben que el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero insiste en no saltarse un milímetro el estricto guión que los mercados y las instituciones financieras le imponen al lado de la Patronal, que insiste en adelgazar la administración del Estado e impulsar un cambio en las relaciones entre el capital y el trabajo, quitar derechos a los trabajador@s y rebajar sus nóminas, como forma de dinamizar la economía.
La renuncia de las centrales sindicales a montar una más que necesaria 2ª Huelga General puede ser un golpe mortal para la lucha contra la reforma de las pensiones y dejar el camino expédito para aprobar dicha reforma regresiva. Hemos de sumarnos e imitar las Huelgas Generales convocadas en Esuskadi, Catalunya y Galiza por los sindicatos nacionalistas y la CGT contra la reforma de las pensiones. La izquierda transformadora, alternativa y anticapitalistas consecuentes hemos de organizarnos para impedir perder otro derecho más que se ganó en la lucha, para alertar a la población de lo que esto supone y para hacer lo que estos convulsos tiempos nos demandan: LUCHAR, PELEAR POR NUESTRA DIGNIDAD.