Pero lejos de retirarse de Afganistán, el gobierno español participa cada vez más en la ocupación. El envío de 220 soldados más y el hecho de asumir el mando del aeropuerto de Kabul son sólo los ejemplos más recientes de esta deriva. El gobierno intenta, en todo momento y contra toda evidencia, presentar al ejército español como a una ONG, y disfrazar la ocupación de misión humanitaria. En esto recibe la ayuda de la prensa que, a diferencia de en 2003, está casi unánimemente a favor de la guerra y la ocupación.
A pesar de todo, la mayoría de la opinión pública en el Estado español sigue oponiéndose a la actual presencia militar en Afganistán. Sólo el 3% de la población (y sólo el 1% de las mujeres) apoya la política del gobierno de enviar más tropas. Un 41% defiende la retirada (subiendo a un 47% entre las mujeres), y otro 19% favorece una reducción del contingente. (Datos del Barómetro del Real Instituto Elcano - Resultados de Junio de 2009. Pero el hecho de que el envío de más tropas a Afganistán tenga incluso menos apoyo del que tenía la guerra en Irak en 2003, es ignorado.
Las entidades abajo firmantes hemos acordado impulsar una campaña para hacer oír esta opinión mayoritaria, exigiendo la retirada de las tropas de Afganistán y rechazando el envío de más efectivos.
Al hacerlo, no nos olvidamos de los otros problemas actuales y urgentes de un mundo afligido por las crisis económica y ecológica, sino todo lo contrario. Estas crisis están íntimamente relacionadas con la guerra en Oriente Medio. Los enormes gastos militares —nunca justificables— ahora además restan recursos a fines sociales, como el apoyo a las personas sin trabajo y a sus familias. Y todo el mundo sabe que estas guerras y ocupaciones son fruto de una economía basada en el petróleo, que es la causa principal del cambio climático.
También somos conscientes de que la reputación del Estado español está en juego en Afganistán. Con su participación en la ocupación, el gobierno español busca mejorar su imagen en la OTAN y el G20. Creemos que su reputación internacional ganaría mucho más si defendiese los principios de paz, y retirase las tropas, al igual que hizo en Irak en 2004. Si esto es incompatible con la participación en la OTAN, entonces es un motivo más para retirarse de esta alianza bélica, que debería disolverse de todas formas.
No será fácil conseguir la retirada de Afganistán, pero sabemos que mientras continúe la ocupación será imposible lograr avances sociales en este país. El pueblo afgano ya ha sufrido 30 años de guerra; le debemos nuestra solidaridad y nuestros esfuerzos para contribuir a que viva en paz.
Las entidades que colaboramos en la Campaña por la retirada de las tropas españolas de Afganistán, nos comprometemos a movilizarnos para conseguir este objetivo.
Iniciamos la campaña con una jornada de sensibilizació n, acción y movilización, el sábado 28 de noviembre. Iremos enviando más detalles de las movilizaciones en las diferentes ciudades durante las próximas semanas.
Ahora como siempre, ¡no a la guerra, fuera las fuerzas de ocupación!
¡Regreso inmediato de las tropas españolas!
¡Solidaridad con el pueblo de Afganistán!
Por la paz, el trabajo y un mundo sostenible