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¿Por qué el sindicalismo capitalista rechaza la renta básica universal?

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Porque una renta básica universal, en todos los países, como hoy es desde luego económicamente viable y posible sobre la base de las riquezas acumuladas y con la aplicación del principio de la deuda social mundial (1), es la única forma de eliminar el exterminio por hambre de 1/7 o 1/6 del género humano. Una situación extrema absolutamente inaceptable, que se suma al otro 1/3 de humanidad, por lo que la renta básica nos alejará de las actuales e inaceptables condiciones de graves aprietos que vivimos.
La renta básica romperá una parte importante del predominio y control del poder capitalista sobre los obreros, y por consiguiente la influencia de las grandes organizaciones mundiales como la OIT, y de los sindicatos que no luchan para la abolición del capitalismo: por desgracia ahora la mayoría (2).

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Porque una renta básica, que garantice a todos de forma universal e incondicional, un mínimo vital de existencia según las condiciones de cada biodiversidad, rompería la condena obrera fundamental: LA ABSOLUTA NECESIDAD DE BUSCAR Y ACEPTAR UN TRABAJO SALARIADO PARA SOBREVIVIR (3). Por lo tanto, reduciría el chantaje laboral del empleo, mal retribuido y precario en general, sobre lo que se funda actualmente gran parte del poder del sindicalismo metropolitano capitalista. Adalid de la repartición del salario de guardia por estados, como garante de la seguridad política mundial del Capital.

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Porque una renta básica significa, para la clase obrera mundial, un reconocimiento de la prerrogativa a una existencia digna por el sólo hecho de nacer y vivir, lo que se opone radicalmente a la ideología capitalista y laborista de la dignidad del trabajo salariado (??!) como condición necesaria para el reconocimiento cívico (?!) individual y social.

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Porqué la renta básica, al permitir una mayor libertad a la hora de elegir un empleo capitalista (es decir salariado, bajo patrono privado o institucional) para asegurarse un plus para una supervivencia más llevadera, reduciría asimismo el poder de contratación y control social por parte del sindicalismo sobre concretas fracciones del sector empleado de la clase. Por supuesto, no de los raros sindicatos no capitalistas que incluyen a toda la clase en sus luchas, y no únicamente el sector empleado/trabajador más estable.

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Porque una mejor distribución a nivel mundial de la renta, compensando así la deuda social creada por el capitalismo entre metrópolis y regiones periféricas, reduciría también las funciones institucionales y el poder político y estructural del sindicalismo capitalista occidental, que domina actualmente el espectro internacional de organizaciones de los sectores trabajadores o empleados más estables de la clase obrera mundial.

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Porque la garantía de una renta básica incondicional permitiría más organización obrera en todos los países, reforzando sectores de clase hasta ahora marginados y aplastados por la miseria, el hambre y las enfermedades, permitiendo más y mayores movimientos sociales de todo tipo. Reduciendo al mismo tiempo, en todos los países, la hegemonía social, política e ideológica laborista de los sectores empleados fijos, garantizados y capitalizados, sobre los que se apoya la mayor parte de la partidocracia institucional, y los mecanismos electorales de la burguesía mundial, naturalmente siempre en colaboración con el sindicalismo para-institucional de acompañamiento capitalista.

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Porque la renta básica universal aumentaría los lazos y movimientos de amistad inter-nacional, y reduciría las migraciones por urgencia económica, DISMINUYENDO ASÍ TAMBIÉN EL CHANTAJE SALARIAL DE LAS PATRONALES SOBRE LOS AUTÓCTONOS de las metrópolis, donde actualmente los migrantes conforman un verdadero ejército semi-esclavo relativamente subpagado, funcional a la deflación del SALARIO GENERAL de la clase obrera mundial. ¿Cómo puede asumir el sindicalismo de acompañamiento la defensa de estos obreros sin reincidir en la deflación del salario general?

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Porque una renta básica UNIVERSAL e INCONDICIONAL, liberando la humanidad del chantaje absoluto del empleo capitalista para sobrevivir, destruiría progresivamente también la ideología laborista, los principios éticos y culturales capitalistas del Deber del Trabajo (?!), de la dignificación ideológica del Trabajo Salariado Capitalista, como todas las demás ideologías laboristas sobre las que se funda el capitalismo, y por ende el sindicalismo laborista, ESE QUE AFIRMA LA EXISTENCIA DE UNA clase TRABAJADORA, DE POR SÍ PRESUNTAMENTE ANTICAPITALISTA. Cuando en realidad muchas fracciones y estatus del sector trabajador de la clase obrera están políticamente integradas en el sistema, capitalizadas y alienadas para su reproducción, llegando a formar en muchos países una base social reaccionaria, ventajista y hasta fascista para los regímenes capitalistas.

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Porque el establecimiento de una renta básica universal, al obligar los países que han vivido hasta ahora de la explotación y expolio de trabajo y riquezas de los demás pueblos a poner en cuestión sus modelos de crecimiento productivista e hiperconsumista, modificando costumbres y valores sociales, disminuiría el poder de las organizaciones que, como los sindicatos capitalistas, están también en las bases del funcionamiento de esas sociedades enfermas. Por lo que, además, los mismos estados podrían dejar de legitimar y financiar estas organizaciones sectoriales, muchas de ellas muy integradas, en fin de cuentas, en los procesos económicos y políticos estatales capitalistas (2).

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Porque una renta básica universal podría permitir una reorganización mundial de la economía, en el respeto de las exigencias sociales, ecológicas y culturales, con un mayor poder de todos los pueblos actualmente sometidos por menos de 200 estados-nación y empresas transnacionales, gracias precisamente a la división interestatal de la producción y del trabajo. Lo que el sindicalismo de acompañamiento capitalista no puede desear, al reducir las bases, fuentes y estructuras económicas de donde surge su actual razón de existir: la absoluta explotación del proletariado mundial y, más directamente, la de los trabajadores empleados más estables, a pesar de que estos últimos componen un sector actualmente ya muy minoritario de la clase obrera mundial (4).

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Porque la renta básica general, universal e incondicional, al romper los mecanismos de repartición absolutamente criminal que están en la base de la deuda social inter-nacional, tampoco puede ser digerida por las fracciones dominantes del sindicalismo laborista occidental, al frenar la incorporación a la clase capitalista, como nuevos propietarios, de determinados sectores trabajadores capitalizados. Los que viejas escuelas ideológicas llamaban aristocracia obrera (occidental). Cuyos lazos estructurales con los procesos sindicales de acompañamiento se manifiestan abiertamente en la política salarial. Generalmente conservadora del modelo capitalista de producción, de organización del trabajo y asimismo de gestión, aunque sea pasiva, de la formación de nuevas figuras de empleo cada vez más flexibles, variables e indeterminadas. Que se mantienen separadas de las demás y, sobre todo, de las mayorías obreras mundiales más marginadas y oprimidas.

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Notas.

(1)
La deuda social, creada por la explotación y empobrecimiento de muchos países por parte de las clases capitalistas metropolitanas, tendría que tener la misma prioridad que la deuda ecológica y, por supuesto, que la fraudulenta deuda financiera de los grandes bancos mundiales. Los recursos necesarios existen de sobra; únicamente necesitan de las decisiones políticas correspondientes.

(2)
Hay que distinguir con cada vez más atención las funciones obreras u anti-obreras en el sindicalismo, diferenciando las organizaciones más coherentes de empleados que militan en asociaciones internacionales como la FSM o la antigua AIT, con respeto a las conservadoras, y hasta reaccionarias, como la CSI, las AFL-CIO, etc. Es decir, esas burocracias laboristas que, por ejemplo, no mueven ni tan siquiera un dedo por la masacre permanente de sindicalistas luchadores de Colombia. O en solidaridad con otras situaciones totalitarias extremas como Palestina, Turquía, Tailandia, etc.

(3)
Por esto su denominación socialmente correcta es: Renta Obrera de Seguridad.
Se le llama también Renta Social Universal, Renta de Supervivencia, etc. y se caracteriza siempre por su INCONDICIONALIDAD (contra el workfare que estados y sindicatos están actualmente promocionando) y por su UNIVERSALIDAD, con mínimas condiciones de residencia.
(Euskaraz: langilea es trabajador, ekilea es obrero).

(4)
Ver: Clase Obrera Mundial y exclusión capitalista (  http://euskalherria.indymedia.org/eu/2005/10/23225.shtml )