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El Movimiento 15 de mayo y la democracia en España

El Movimiento 15 de mayo y la democracia en España-

JM Delgado.

(RLI)

Una mayoría de trabajadores y ciudadanos españoles en general identifica “democracia” con elecciones, esta relación aparece así mediada por el acto personal del sufragio, altamente mitificado y sobrevalorado en relación con sus efectos (individuales) reales : todo lo que están dispuesto a hacer es acudir a votar y poco más, el ejercicio de las libertades democráticas no parece concernirles y en consecuencia todo lo que de cambio sociopolítico pueden esperar procedería de la eventual victoria de su opción electoral y del gobierno surgido de su mayoría parlamentaria. De este esquema están imbuidos, del intento de abandonar tal obnubilación da cuenta, también, el movimiento 15-M.

Así, aquilatar la verdadera diferencia entre los partidos turnantes, Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Partido Popular (PP), ambos semejantes y ambos cómplices de gobernar para los bancos y todos gobernados por una dictadura financiera, es la Gran Denuncia, creída por millones de personas que hasta la eclosión de la presente crisis creían igualmente en la autonomía de la política y en la soberanía nacional: al 15M le cabe el doloroso honor de haber sacado definitivamente esa venda de tantos ojos, si no es exactamente al revés, que es la ciudadanía, clases populares, parados, trabajadores en precario, mujeres víctimas de la creciente feminización de la pobreza, con una creciente consciencia de ser víctimas de la dictadura bancario-capitalista, quienes se juntaron un 15 de mayo de 2011, resistieron la ocupación de las plazas, soportaron la represión policial y desafiaron a los poderes judiciales, en un poco imaginable proceso autoorganizativo, quienes abandonaron e hicieron abandonar a tantos otros las últimas ilusiones puestas en el actual sistema de partidos de la democracia española.

Pase lo que pase con el movimiento 15M siempre habrá una antes y un después de las movilizaciones de este año 2011 en la conciencia de las clases populares españolas y en su relación con la democracia y el autogobierno.

Más allá del cretinismo parlamentario

Llama igualmente la atención la adicción casi electoralista de las izquierdas extraparlamentarias por "ser alguien" por "existir" donde al parecer de verdad te cuentan, en los votos siempre que por ellos consigan presencia en el Parlamento o en los Ayuntamientos. Y no se trata, lo que vendría más o menos justificado según la coyuntura electoral de que se trate, de la legitimidad para concurrir electoralmente tras una instancia o entidad que aglutine y proyecte de manera unitaria luchas reales o demandas colectivas, (como podría haber sido una candidatura surgida del 15M a las últimas elecciones, municipales y generales) sino de adicción, de "mono" auténtico para la opción política propia que aparece así como vehículo identitario, el chiringo "verdadero", tal y como una mirada libertaria creería descubrir en las organizaciones “comunistas” en El Comunismo: una ideología del Poder, para el poder, por el poder mismo. Y sin embargo en la tradición marxista-revolucionaria respecto del parlamento y el parlamentarismo y de su acción y presencia allí de la organización revolucionaria comunista, hay una clara condena del cretinismo parlamentario: distinto es que los partidos comunistas oficiales hayan recurrido apenas verbalmente a aquellas tácticas más o menos leninista que pusieron en solfa el cretinismo parlamentario y constituyan ejemplo justo en contrario, de Rusia a Italia o España, de abducción y entreguismo al más impresentable de los seguidismos e ilusiones burguesas.


Por otra parte, eslóganes democráticos como los que aluden a que no vivimos en democracia ("Le llaman democracia y no lo es") cómo la extendidísima adhesión a modelos de democracia más integrales, reales, participativos, sociales y no meramente formales, esta actitud pro y no antidemocrática, esta última tributando a la tradición "de izquierda" leninista, o incluso ácrata - a fuer de ir contra la “democracia burguesa” - o meramente fruto del desengaño tras las ilusiones desmedidas puestas en las revoluciones o restauraciones democráticas, liberales, homologadas por la "comunidad internacional" (sic), no se está dando en España, aunque parece que sí en algunos países de América Latina que habían salido de dictaduras militares de extrema derecha en los noventa. No es esa posición lo que ha salido del 15-M, mucho más matizada esta, aunque existan activistas que no se percaten que despreciar las posibilidades de audiencia, mínima defensa, visibilidad para las reivindicaciones y denuncias sociales que la presencia en los ayuntamientos y parlamentos eventualmente permitan, es el equivalente de arrojar al niño con el agua del baño.

 

Un espontáneo igualitarismo

Para algunos que hemos creído reconocer en las movilizaciones del 15M una vez más la confirmación de las tesis de Rosa Luxemburgo en relación con la primacía del movimiento de masas respecto de las “hojas de ruta” de cualesquiera vanguardia más o menos autodesignada, (justamente esa relación o comportamiento que se denomina “espontaneísmo”) resulta inevitable recordar, con Rosa, que de lo que se trata no es de abolir la democracia formal, aunque burguesa desde su misma raíz, así tomamos nota de la creciente incompatibilidad entre el capitalismo y la democracia tal y como se está poniendo cada día más en evidencia por la sumisión explícita, enfatizada incluso, de los gobernantes a “los mercados” – eufemismo para designar el capital financiero - y las instancias no democrática que actúan como sus voceros, así el FMI, la Comisión Europea, las agencias de rating, el Banco Mundial, que han llegado a derribar directamente, sin el menor pudor, gobiernos como los de Papandreu y Berlusconi, dictando los planes de ajuste económicos, tomando bajo su control y diktak directamente la política económica de los estados de la UE, haciendo por primera vez en la historia contemporánea tabla rasa de la soberanía nacional, fundamento y legitimación última de la existencia de los estados. Ciertamente, la democracia realmente existente solo puede representar un punto de partida para su ampliación, crecimiento y cambio de naturaleza, desde la actual "democracia representativa" hasta la adopción de todas las formas practicables de democracia directa y participativa, no obstante la defensa de la Democracia atacada hoy por el Capitalismo exige no despreciar, ni tomar en poco, las formas tradicionales de las democracias representativo-burguesas de los estados llamados (hoy suena con un timbre de ironía) “social y democráticos de derecho”.

En este comienzo de año vuelven las dudas sobre la continuidad, incluso sobre su existencia real, del Movimiento 15M, algo así se dijo a finales del pasado verano, antes de las manifestaciones del 15 de octubre cuándo el éxito de centenares de manifestaciones coordinadas el mismo día de octubre de 2011 bajo el lema explicito "Unidos por el cambio global" (y tras sublemas variados a favor de la democracia considerada como ideal y contra la mercantilización y financiarizacion de la vida) supone las más avanzada realización hasta el día de hoy de la contraofensiva popular respecto del ataque del capitalismo financiarizado.

Resurrección en octubre

El 15-O fue una jornada de manifestaciones y movilizaciones cosmopolítica o transnacional, las especificidades de cada país o estado en el sentido de la crítica de las formas que revistan las democracia burguesas, no alcanzaron a oscurecer la confrontación con "los mercados" y con los políticos a su servicio, calificando de verdaderas dictaduras a los estados que se tienen por democráticos.
Con la convocatoria del 15-O, el movimiento convocante, el 15-M, toma el relevo, redefine y radicaliza el movimiento alterglobalización e invita a no caer en nacionalismo económico, cual si de nuevo pendulazo hacia el marco estatal como ámbito exclusivo (en la práctica) de la lucha de clases pudiera tratarse, cómo en efecto así han actuado sectores de “notables, asociaciones y ongs del Foro Social Mundial, seducido por los regímenes de Chávez, Morales y Castro, como Ramonet, Cassen y parte de la cúpula de ATTAC.
El 15-M no inspira ni apunta a negación alguna de la Democracia, sabida burguesa ("le llaman Democracia y no lo es", eslogan muy popular en España en estos dias), la exigencia de DEMOCRACIA REAL se orienta preferentemente en dirección a los contenidos socioeconómicos, de manera explícita y coherente con sus demandas sociales inspira y apoya acogerse a los derechos sociales recogidos nominalmente en la constitución: derecho a una vivienda digna, a la sanidad universal y gratuita, a la enseñanza, forzando a los poderes institucionales a confrontarse con la legitimidad del supuesto "estado social y democrático de derecho" en cada ocasión en que actúan (policías, jueces, gobernantes) como representantes de los propietarios y del poder financiero. Abierta queda la vía para exigir la protección judicial efectiva del derecho a la vivienda y al trabajo, derechos reconocidos si bien tan solo como “principios inspiradores”, en la Constitución vigente, eufemismo con el que pretende eludir la responsabilidad del estado,

Empoderando a la ciudadanía

El 15-M socializa, en tanto que democratiza en el sentido de empoderar a la ciudadanía, y por tanto debería ser capaz de evitar las trampas de formular demandas democratizadoras de poderes que deberían ser negados en cuanto tal, en particular del poder financiero.

El eslogan "no nos representan" alude tanto a la actual composición parlamentaria española, al odiado bipartidismo PPPSOE, como a la democracia representativa en sí misma, al acto de delegación a través de la representación, en este sentido los tradicionales mecanismos de rotación y revocación presentes en los movimientos obreros asamblearios, de larga tradición en España, suponen una mediación de la democracia directa hacia la representación obligada por obvias razones de escala. El mandato imperativo, la revocabilidad en cualquier momento, la rotación, mecanismos sobre los que el movimiento obrero asambleario español se sustentaba y articulaba entre la última década de la dictadura franquista y mediados los ochenta, caben ser interpretado en tanto que formas de mediación o transición entre democracia directa de inspiración rousseauniana (o marxista, justamente del Marx que elogió la Commune cómo la forma de gobierno proletaria por fin hallada) y democracia representativa. En este sentido el asamblearismo del movimiento obrero español, con la asamblea como forma organizativa y soberana, fue elogiosamente comparado por Guy Debord con los soviets o consejos alemanes que lo eran de delegados, escorándose, así pues, estos hacia la democracia representativa.
El movimiento democratizador y más o menos explícitamente anticapitalista mundial inspirado en la Primavera Árabe, ha sido capaz de sustraerse a la posible manipulación del Sistema tratando de convertirlo en especie de "revoluciones naranjas", yendo en la práctica más allá del posible mínimo umbral democrático pensado desde el Imperio de EEUU y sus aliados occidentales como “adecuado” a la salida de las dictaduras árabes, en la Plaza Tahrir, a cuestionar el capital financiero bajo las barbas del mismísimo Wall-Street, en Nueva York mismo y en decenas de ciudades de EEUU, rebotando desde la Puerta del Sol de Madrid, donde quedó palmario que ninguna revolución más o menos "naranja" ni democracia de mínimo umbral iba a prevalecer y que no es deseable ni sería admisible otro "umbral" que no sea el ideal democrático, por su extensión al ámbito económico indistinguible de una democracia socialista.

El eslogan de propósitos cosmopoliticos #SPANISH-REVOLUTION, reconoce internacionalmente el liderazgo y la iniciativa del nuevo movimiento alterglobalizador nacido en España, como asimismo evoca toda la legitimidad, la ambición reformadora anticapitalista y de resistencia al fascismo residente en el eslogan revolucionario: NO PASARAN de los defensores del Madrid sitiado de la Guerra Civil.

Responsabilidades tras la debacle electoral

A pesar de que el movimiento 15M se desentendía formalmente del resultado de las elecciones generales del 20 de junio de 2011, su efecto sobre el resultado electoral no ha dejado de notarse: ha funcionado como acelerador y multiplicador de la indignación popular con el partido gobernante y en especial con su presidente José Luis Rodríguez Zapatero ante el ataque a los salarios de funcionarios y pensiones, las nuevas y antiobreras leyes laborales y su vergonzosa sumisión y puesta a disposición explícita de los poderes financieros de la Unión Europea y de la banca alemana y francesa en particular, que es exactamente lo que significa haber procedido a una reforma urgente de la constitución de 1978 en su artículo 135 al dictado de la Sra. Merkel, con la anuencia de la oposición del PP hoy gobernante, sin otro propósito que blindar constitucionalmente un techo de gasto así como la atención prioritaria al pago del servicio de la deuda pública, esto es, aunque ello significara dejar de pagar salarios de funcionarios y pensiones, al tiempo que se impide constitucionalmente el recurso a la reordenación de la deuda, consustancial a un estado soberano: así dice el artículo reformado:

135.3.2
Los créditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones se entenderán siempre incluidos en el estado de gastos de sus presupuestos y su pago gozará de prioridad absoluta. Estos créditos no podrán ser objeto de enmienda o modificación, mientras se ajusten a las condiciones de la Ley de emisión.

El movimiento 15M cuestionando y poniendo en solfa la tradicional y resignada opción electoral de “votar lo menos malo”, al paso que demostraba y recordaba que el formidable ataque neoliberal, financiero empresarial contra las rentas salariales (que está en el origen del descrédito sindical y el abandono sindical y político de los más de cuatro millones de parados), se ha producido mientras era generalizado el seguimiento entre las clases populares a votar mal menor, recurso vergonzante que ha presidido la acción sindical desde el advenimiento de la democracia, (y que desde el sindicalismo institucional de CCOO y UGT ha sindicalizado la actitud hacia la política de la clase trabajadora) ha contribuido decisivamente a abandonar esa supuesta y equívoca línea de defensa que no podía por menos que tener su reflejo en alguna forma de recomendación de voto: NO votar PPSOE, no votar bipartidismo, contra el bipartidismo, ha tenido sin duda sus efectos.

Más de cuatro millones de electores abandonaron al PSOE en las elecciones generales de 20 noviembre, los que median entre 6.973.880 obtenidos y los 11.289.335 votos de 2008, la subida del PP desde los 10.278.010 de 2008 a los 10.830.693, poco más de medio millón, da cuenta del escaso trasvase de votos del partido de Zapatero al de Rajoy, pero es en la gran subida de UPyD (un partido de corte liberal burgués, marcadamente antinacionalista) de 306.079 hasta 1.140.242 por donde se manifiesta el fuerte descontento de las clase medias urbanas votantes anteriores del PSOE, básicamente, con la política complaciente y hasta estimuladora de las reivindicaciones nacionalistas en Cataluña principalmente del gabinete Zapatero. La coalición de izquierdas (así fue en sus orígenes, ya hace años fuertemente hegemonizada por el Partido Comunista de España) Izquierda Unida (IU-LV) como era de prever, en uno de esos trasvases de votos desde o hacia el PSOE en cada convocatoria, ha pasado de contabilizar 969.946 a 1.680.810 y de 2 a 11 diputado con el 6’92%, coalición que junto con UPyD con el 4’69% y 5 diputados protagonizan el ejemplo vivo y el fuerte descontento y protestas en el entorno 15M en la red internet más proclive a las reforma de la ley electoral, en especial al comparar estas opciones de ámbito nacional-estatal con la relación votos/escaños conseguidos por los partidos nacionalistas: así AMAIUR (coalición vasca abertzale, mas independentistas burgueses de Euzko Alkartasuna) con apenas 333.628 y el 1’37% haya obtenido 7 diputados o el partido de la burguesía catalana nacionalista CiU, con 1.014.263 saca 16 parlamentarios, ¡5 más que IU y con seiscientos mil votos menos!

Es bien conocido y mal soportado pero sin que hasta el 15M haya generado protestas, que la ley electoral española penaliza a las candidaturas de ámbito nacional no mayoritarias, o más bien beneficia a las que consiguen las mayores concentraciones de votos en una o pocas circunscripciones, que, como es sabido, es provincial, y ello se deriva de contemplar un número fijo de dos diputados a los que sumar los correspondientes a la adjudicación proporcional por número de votos. La resultante es un sistema que a pesar de ser formalmente proporcional llega a ser más desigual y por tanto menos democrático que algunos sistemas electorales mayoritarios.

 

Reiniciar ante un horizonte inquietante.-

A dos meses vista del triunfo electoral del PP el 20 de noviembre pasado y ante la realidad de la acción política del gobierno Rajoy, justo en la misma dirección que el tan denostado Zapatero: aumento de los impuestos directos de manera que el 75% de su volumen es soportado por la rentas salariales, congelación del gasto en infraestructura y en I+D+i, proyecto de reforma laboral en la dirección de abaratar aún más las indemnizaciones por despido, amenaza de subida del IVA, sumisión total a los dictados de Merkel, a los interés de los grandes tenedores de deuda pública española, recorte del déficit público hasta el 4’4% del PIB en 2012 que muchos consideran tan imposible como suicida, hasta el extremo criminal de estar poniendo las bases de una imposible recuperación económica, de hacer lo necesario para que este proceso deflacionario lleve a una verdadera depresión.

Tales medidas no sólo no están contribuyendo a la salida de la crisis y de la recesión, sino que la están empeorando. Los datos reflejan claramente que tales políticas están reduciendo todavía más la demanda necesaria para estimular la economía. La burbuja inmobiliaria está produciendo mas de cien mil desahucios por impago, asimismo en virtud de la negativa de los bancos a reconocer en sus ingentes activos inmobiliarios la bajada de precios, contenida, no publicada en sus cifras reales y ralentizada, pero que se acerca al 30% y en picado, han cortado el crédito para empresas y particulares mientras hacen gran negocio tomando prestado del BCE al 1% y comprando deuda pública al 4%, por lo que al propio tiempo se benefician de los movimientos especulativos contra la deuda que hace subir el interés a pagar por ella por el estado. Y puesto que la demanda generada en el sector privado está estancada el único sector que podría estimular la economía es el sector y el gasto público. De ahí que la reducción del gasto público sea un gran error que no se verá compensado con el aumento de la recaudación fiscal pues con las medidas de austeridad puestas y por poner en práctica no hará más que disminuir y por tanto aumentar el déficit, que llevaría (¡y lleva!) a nuevas des-calificaciones de la deuda pública ante el imposible cumplimiento de los objetivos de Merkel-Bruselas y al tener que pagar aún mas intereses a nuevos y más acentuados déficit.

Ante estos escenarios muchos se han interrogado sobre las posibilidades de salida de la crisis mediante un abandono de España del euro (€), los sufrimientos populares, de las clases no poseedoras, de funcionarios y pensionistas, de las personas endeudas en euros, serían de tal índole que solo ante la esperanza y la promesa (y las garantías) de un futuro igualitario, justo y justiciero a corto-medio plazo, es decir de un horizonte socialista, cabría considerar tal salida como opción defendible.

El despropósito de la política llamada de austeridad impulsada por Merkel es de tal envergadura que en modo alguno pueden disfrazar el verdadero objetivo: la socialización a toda la ciudadanía del endeudamiento de la banca por la burbuja especulativa inmobiliaria a partir del trasvase de deuda privada a pública, cómo, principalmente, un feroz e indisimulable ataque a las rentas salariales y a las pensiones, un ataque a las conquistas proletarias fruto de la lucha de tres generaciones obreras.
Muchos activistas y ciudadanos de izquierdas se han interrogado, con no poca nostalgia, sobre la idoneidad que hubiera supuesto que “el 15M se hubiera presentado a la elecciones”, reflexión legítima cuya aparente ingenuidad viene contrapesada por el temor ante la apabullante victoria electoral del PP en el gobierno central, ayuntamientos y la mayoría de comunidades autónomas. Algo si no imposible si extraordinariamente difícil, en primer lugar porque al interior del movimiento existían fuerzas interesadas

en concurrir en solitario bajo sus propias siglas y programas, como IU, pero también como Izquierda Anticapitalista que con el apoyo de otras dos entidades trotskistas lo hacían bajo las siglas “Anticapitalistas” (y que tras una campaña ruidosa y electoralista obtuvo la ridiculez de 24.456 papeletas), en segundo lugar porque una fuerte y diversificada presencia libertaria (autónomos, ácratas, okupas) era enemiga declarada de hacerlo, otros eventualmente interesados simpatizaban mas o menos con UPyD, finalmente resultaba sumamente probable que forzar consensos en el sentido electoral era poco menos que dinamitar el movimiento. Comoquiera que fuere se comprende que una presencia anticapitalista no profesional en las actuales circunstancias hallaría en el congreso una importante caja de resonancia para la luchas que van a llegar, asimismo que dada la influencia de las luchas y las opiniones generadas o impulsadas por el 15M en el resultado electoral, protagonistas y seguidores se interroguen sobre la responsabilidad que a tal efecto les cabe.

Con el 15M la “cuestión social” como no podía ser de otra manera con más de un 20% de desempleados, con un horizonte ruinoso para la economía española, se ha impuesto además sobre el discurso y la visibilidad de los nacionalismos “de izquierdas” periféricos y ha demostrado que la consigna/medicina ante contagios del “derecho de autodeterminación” wilsoniano-leninista no es más que una pobre hoja de parra ineficaz ante las razones de la lucha de clases, que, por lo demás, en modo alguno es vehiculada por el discurso social-patriótico ni en Euzkadi, ni en Cataluña ni en ningún otro lugar.

Volverá o no volverá bajo esas siglas, no podemos saberlo, pero la experiencia de lucha que ha significado, la ruptura con la pseudo defensa socialdemócrata-sindical ante la ofensiva neoliberal presente, su triunfo frente a las dinámicas nacionalistas, el nuevo horizonte de anhelo y compromiso democrático en torno a una democracia digna de tal nombre, su enemiga contra “los mercados” y la mercantilización de la vida, son conquistas, nuevos baluartes desde los que la lucha de clases se ha de desplegar en el futuro.

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