Indymedia Estrecho / Madiaq - postfordismo http://estrecho.indymedia.org/taxonomy/term/3586/0 es ¿Y si fuera una crisis de sobreproducción? http://estrecho.indymedia.org/sevilla/noticia/y-si-fuera-una-crisis-sobreproduccion <p> En los &uacute;ltimos a&ntilde;os he o&iacute;do hablar de que la causa de la crisis es el sistema financiero, las hipotecas basura, la codicia de los mercados, la mala gesti&oacute;n de los pol&iacute;ticos y las instituciones reguladoras, etc&eacute;tera, etc&eacute;tera. Probablemente todas esta tienen parte de raz&oacute;n, algunas bastante m&aacute;s que otras. Sin embargo, como dec&iacute;a hace alg&uacute;n tiempo David Harvey, parece que lo &uacute;ltimo que se les ha pasado por la cabeza a la mayor parte de economistas y/u opinadores profesionales es que la causa de la crisis sea el propio sistema, que se trate de una crisis estructural. Tambi&eacute;n hace a&ntilde;os, alguien pregunt&oacute; en un grupo de discusi&oacute;n en el que participaba si la crisis que entonces empezaba a vislumbrarse era una t&iacute;pica crisis de producci&oacute;n. Entonces consideraba que s&iacute;, y es una opini&oacute;n que sigo manteniendo.</p> <p> <em>La teor&iacute;a cl&aacute;sica de la crisis</em></p> <p> En la teor&iacute;a marxista cl&aacute;sica las crisis capitalistas tienen su origen en empresas que no encuentran mercado para su producci&oacute;n, sobreproducci&oacute;n por lo tanto que tiende a coexistir con una situaci&oacute;n de desempleo, que no es en conjunto sino capital y fuerza de trabajo (otro tipo de capital) que no encuentran oportunidades para ser invertidos y generar beneficios. Esto no quiere decir que no haya escasez. La sobreproducci&oacute;n implica excedentes de mercanc&iacute;as y las mercanc&iacute;as no se dirigen a cubrir las necesidades humanas sino la demanda solvente. As&iacute;, podemos encontrar un stock de mercanc&iacute;as, por ejemplo mercanc&iacute;a-vivienda, que no encuentra salida al mercado y por lo tanto se acumula sin ser utilizado. &iquest;A alguien le suena esto? En este pa&iacute;s hay 3.5 millones de viviendas vac&iacute;as y, sin embargo, en un contexto de destrucci&oacute;n de empleo, miles de familias encuentran problemas para solucionar una necesidad tan b&aacute;sica como es la de tener un techo.</p> <p> La causa de que el sistema capitalista tienda a desembocar en este tipo de crisis es que, tras un periodo de expansi&oacute;n, la diferencia entre la capacidad de producci&oacute;n y la demanda solvente se hace cada vez m&aacute;s profunda, as&iacute; que la demanda cae, los precios se estancan y bajan, caen las ganancias, las empresas quiebran y los trabajadores se quedan en el paro. As&iacute; que, para enfrentarse a la crisis o para evitarlas, hay que crear oportunidades donde invertir capital y mano de obra y/o incrementar la demanda solvente. Ambas cosas est&aacute;n &iacute;ntimamente relacionadas, dado que si se destruyen puestos de trabajo, la demanda solvente se reduce y viceversa.</p> <p> As&iacute; las cosas, dir&iacute;a que las &uacute;ltimas crisis del capitalismo global, desde la d&eacute;cada de los setenta, han sido crisis de las soluciones para evitar la crisis de sobreproducci&oacute;n. Estas soluciones han sido, primero, la intervenci&oacute;n del Estado sobre la econom&iacute;a y, segundo, la liberalizaci&oacute;n del sistema financiero y la creaci&oacute;n de complejos sistemas de deuda. En ambos casos la cuesti&oacute;n de la vivienda y la urbanizaci&oacute;n en general han jugado un papel fundamental y esta &uacute;ltima es una idea que tomo directamente de David Harvey.</p> <p> <em>La soluci&oacute;n estatal</em></p> <p> Vamos con la crisis de los setenta. Esta fue una crisis del sistema de regulaci&oacute;n fordista-keynesiano, que se habr&iacute;a desarrollado a su vez como respuesta a la terrible crisis del 29 y a la depresi&oacute;n de los a&ntilde;os 30 del siglo XX. El problema era alcanzar un conjunto de estrategias que pudieran estabilizar el capitalismo en las cuales la intervenci&oacute;n del Estado, frente al liberalismo predominante con anterioridad, iba a jugar un papel crucial. Frente a la crisis de sobreproducci&oacute;n Keynes propugnaba la intromisi&oacute;n del Estado en la gesti&oacute;n de la relaci&oacute;n entre las fuerzas de trabajo y acumulaci&oacute;n del capital. El principal problema a solucionar era mantener el poder adquisitivo, distribuir salario y renta para conseguir un alto nivel de consumo y la salida de la crisis. Tras una crisis de la actividad en la que econom&iacute;a se estanca, la &uacute;nica forma de salir del circulo vicioso de &ldquo;reducci&oacute;n del consumo=reducci&oacute;n de la producci&oacute;n=desempleo= reducci&oacute;n del consumo&rdquo; es incrementar el consumo mediante la intervenci&oacute;n del Estado en la econom&iacute;a.</p> <p> En este periodo el Estado asumi&oacute; varias obligaciones. En la media en que la producci&oacute;n en masa fordista (que ya ven&iacute;a desarroll&aacute;ndose antes de la crisis, pero que alcanza su madurez tras la IIGM) exig&iacute;a fuertes inversiones en infraestructuras y necesitaba a su vez condiciones de demanda relativamente estables para ser rentable. As&iacute;, durante el per&iacute;odo de posguerra el Estado trat&oacute; de dominar los ciclos de los negocios por medio de una mezcla apropiada de pol&iacute;ticas fiscales y monetarias. Estas pol&iacute;ticas estaban dirigidas hacia aquellas &aacute;reas de inversi&oacute;n p&uacute;blica (transporte, servicios p&uacute;blicos, etc.) que eran vitales para el crecimiento de la producci&oacute;n y del consumo masivo, y que tambi&eacute;n garantizar&iacute;an el pleno empleo. Los gobiernos tambi&eacute;n se dedicaron apuntalar fuertemente el salario indirecto a trav&eacute;s de desembolsos destinados a la seguridad social, al cuidado de la salud, la educaci&oacute;n, la vivienda y cuestiones semejantes. Adem&aacute;s, el poder estatal afectaba, de manera directa o indirecta, los acuerdos salariales y los derechos de los trabajadores. Esta fue base para el prolongado boom de posguerra, en el que los pa&iacute;ses capitalistas avanzados alcanzaron fuertes tasas de crecimiento econ&oacute;mico, se elevaron los niveles de vida y se frenaron las tendencias a la crisis.</p> <p> Un elemento al que Harvey concede un gran peso en esta ola de expansi&oacute;n es el crecimiento urbano y, para el caso anglosaj&oacute;n, la suburbanizaci&oacute;n. El auge de los espacios residenciales suburbanos, se produce en EEUU y RU especialmente tras la IIGM. Este modelo de urbanizaci&oacute;n se basaba en la compra de viviendas en propiedad y la construcci&oacute;n de zonas residenciales de bajas densidades, dando lugar a un inmenso mercado del suelo y la vivienda, adem&aacute;s del desarrollo de potentes sistemas de cr&eacute;dito a las familias. Adem&aacute;s otros aspectos fundamentales de la misma era el autom&oacute;vil privado como soluci&oacute;n primordial al desplazamiento y la construcci&oacute;n de autopistas. As&iacute; que los crecientes capitales y la mano de obra eran absorbidos por la f&aacute;brica fordista, pero tambi&eacute;n por la construcci&oacute;n de grandes infraestructuras y por la construcci&oacute;n y reconstrucci&oacute;n de ciudad. En la Europa continental, la suburbanizaci&oacute;n tiene un peso menor y su desarrollo es m&aacute;s tard&iacute;o, de hecho su verdadero auge comienza a partir de la d&eacute;cada de los setenta. No obstante, el mismo papel que juegan los suburbios en el caso estadounidense, lo juegan los barrios funcionalistas promovidos por el sector p&uacute;blico y la intensa renovaci&oacute;n urbana de los centros urbanos, tan necesaria en una Europa castigada por la guerra.</p> <p> No obstante, este modelo colapsar&iacute;a en los a&ntilde;os setenta, cuando empezaron a aflorar los problemas de rigidez de la industria de tipo fordista, basada en inversiones a largo plazo y a gran escala, que daba por supuesto el crecimiento estable del consumo. Surgieron tambi&eacute;n problemas de rigideces en los mercados de la fuerza de trabajo y todo intento de superar estas rigideces chocaba con la fuerza de los sindicatos y de la clase obrera organizada en general, poco dispuesta a ceder la estabilidad y el nivel de vida que hab&iacute;a alcanzado en las d&eacute;cadas anteriores. En este contexto, la competencia de los nuevos pa&iacute;ses industrializados empezaba a hacer mella en la industria occidental. Adem&aacute;s, las rigideces de los compromisos estatales tambi&eacute;n se agravaron cuando el gasto en salarios indirectos (seguridad social, pensiones, sanidad,&hellip;) creci&oacute; por la presi&oacute;n de mantener una cierta legitimidad en el contexto de recesi&oacute;n. Ante esta situaci&oacute;n, el &uacute;nico instrumento con capacidad de dar una respuesta flexible era la pol&iacute;tica monetaria, por su capacidad de imprimir moneda cuando hac&iacute;a falta para mantener la estabilidad de la econom&iacute;a. Y de este modo comenz&oacute; la ola inflacionaria que pondr&iacute;a fin al boom de la posguerra cuyos hitos fundamentales para Harvey (ver&nbsp;<em>Breve historia del neoliberalismo</em>, editado por AKAL) fueron las quiebras de Reino Unido y de Nueva York.</p> <p> <em>La nueva econom&iacute;a</em></p> <p> De la crisis de los setenta surgir&iacute;a un nuevo modelo para el capitalismo occidental y, paulatinamente, una nueva estructura geopol&iacute;tica y geoecon&oacute;mica. As&iacute;, una parte importante de los problemas de la rigidez del fordismo y de los crecientes costes de una fuerza de trabajo organizada fue la reconversi&oacute;n industrial, que fue en parte automatizaci&oacute;n, en parte deslocalizaci&oacute;n y en parte pura y simple desindustrializaci&oacute;n durante las d&eacute;cadas de los setenta y ochenta. Por su parte, los grandes centros urbanos occidentales se ir&iacute;an especializando en una econom&iacute;a terciaria fundamentada en un sector financiero cada vez m&aacute;s determinante y sobredimensionado. Creo que un buen ejemplo de esto es el caso de Reino Unido. Aqu&iacute;, mientras la industria naval y automovil&iacute;stica se desplazaba al sureste asi&aacute;tico y el norte industrial y minero de Gran Breta&ntilde;a se hund&iacute;a y su caracter&iacute;stica clase obrera se lumpenproletarizaba, el centro financiero de Londres no hac&iacute;a sino crecer hasta convertirse en la base de la econom&iacute;a del Estado. El proyecto de renovaci&oacute;n urbana de los docklands resulta paradigm&aacute;tico en este sentido, eliminando los hist&oacute;ricos astilleros de Londres y su principal enclave industrial hist&oacute;rico para sustituirlo por un parque de oficinas, el nuevo centro financiero de Canary Wharf. Un nuevo modelo econ&oacute;mico en el que se multiplicaban los directivos y profesionales bien pagados, pero tambi&eacute;n un proletariado del sector servicios sometido a una precariedad extrema, una sociedad cada vez m&aacute;s dualizada, t&eacute;rmino que empez&oacute; a popularizarse en este contexto.</p> <p> Uno de las bases del nuevo modelo fue la desregulaci&oacute;n del sistema financiero, que hab&iacute;a estado rigurosamente controlado por el estado desde 1930. A partir de la crisis de 1973 la presi&oacute;n para la desregulaci&oacute;n financiera gan&oacute; fuerza y para la segunda mitad de los ochenta era un hecho. La desregulaci&oacute;n y la innovaci&oacute;n financiera se convirtieron en ese momento en una condici&oacute;n de supervivencia para cualquier centro financiero mundial dentro de un sistema global altamente integrado, resultando adem&aacute;s fundamental para incentivar el endeudamiento a trav&eacute;s de formulas para la financiaci&oacute;n de viviendas y cr&eacute;ditos para el consumo, al mismo tiempo que crec&iacute;an los nuevos mercados de acciones, divisas o futuros de deuda. La consecuencia ha sido una econom&iacute;a sometida a ciclos cortos cada vez m&aacute;s violentos y muy vinculados a los vaivenes del mercado inmobiliario. As&iacute;, el ciclo hiperespeculativo de la segunda mitad de los ochenta acabar&iacute;a con el estallido de la burbuja inmobiliario financiera de EEUU, Reino Unido y Jap&oacute;n en 1990, que en este &uacute;ltimo pa&iacute;s dar&iacute;a lugar a la que se conoce como d&eacute;cada perdida. En Espa&ntilde;a el estallido se prorrog&oacute; un poco m&aacute;s, gracias a los macreventos de 1992 que permitieron seguir canalizando inversiones especulativas en el mercado inmobiliario y creando oportunidades de inversi&oacute;n a trav&eacute;s de la creaci&oacute;n de las grandes infraestructuras que requer&iacute;an eventos como la Exposici&oacute;n Universal o las Olimpiadas de Barcelona. Tras esto, un periodo de estancamiento y vuelta a empezar en 1997 y hasta el nuevo estallido, infinitamente m&aacute;s violento, 10 a&ntilde;os despu&eacute;s. De esta forma, la actual crisis encuentra su detonante precisamente en los disparatados productos financieros desarrollados para permitir que el endeudamiento familiar de los estadounidenses, contra toda raz&oacute;n, siguiera increment&aacute;ndose. Un dato que evidencia la necesidad de seguir ampliando mercado y seguir firmando hipotecas para que los precios siguieran subiendo y no explotase la enorme burbuja de especulaci&oacute;n y deuda que se hab&iacute;a conformado en los tres lustros anteriores.</p> <p> Quiz&aacute;s la interpretaci&oacute;n de la crisis como una crisis esencialmente urbana y de la vivienda no sea v&aacute;lida para todos los pa&iacute;ses, pero al menos resulta evidente en los casos de algunas de las econom&iacute;as m&aacute;s importantes del mundo, como Reino Unido o EEUU, o de algunas de las econom&iacute;as que han sufrido el hundimiento m&aacute;s acelerado desde 2007 como Grecia, Irlanda o Espa&ntilde;a. Actualmente, los pa&iacute;ses que est&aacute;n en una mejor situaci&oacute;n son precisamente aquellos que han desarrollado una econom&iacute;a productiva en el contexto postfordista y que, en la &uacute;ltima d&eacute;cada, han llegado a desarrollar un cierto mercado interno. No obstante, los efectos sobre la econom&iacute;a mundial del hundimiento del consumo en los pa&iacute;ses occidentales no pasan desapercibidos para nadie. De poco sirve que ciertos pa&iacute;ses mantengan una poderosa econom&iacute;a productiva si sus principales clientes no pueden seguir compr&aacute;ndoles.</p> <p> En definitiva, resulta evidente que los salarios indirectos que pagaba el Estado, y que lo hac&iacute;an deficitario, y la seguridad y estabilidad laboral, fruto del poder de los sindicatos y de la negociaci&oacute;n colectiva, han venido siendo sustituidos en occidente por cr&eacute;ditos e hipotecas, por un terrible endeudamiento familiar que ha permitido hasta ahora el continuo incremento del consumo, los precios y las plusval&iacute;as. As&iacute; que, esta es, de nuevo, una crisis de los instrumentos dispuestos para evitar la crisis de sobreproducci&oacute;n. Y lo peor de todo es que dentro del discurso hegem&oacute;nico no se atisba ninguna esperanza m&aacute;s all&aacute; de poder repetir en un futuro pr&oacute;ximo otro violento ciclo especulativo que nos lleve a una crisis a&uacute;n mayor. Visto esto, deber&iacute;amos estar pensando en c&oacute;mo acabar con este sistema antes de que &eacute;l acabe con nosotros.</p> http://estrecho.indymedia.org/sevilla/noticia/y-si-fuera-una-crisis-sobreproduccion#comments Sevilla crisis economía postfordismo Fri, 06 Jul 2012 12:05:05 +0000 5824 at http://estrecho.indymedia.org