Indymedia Estrecho / Madiaq - Muerte digna http://estrecho.indymedia.org/taxonomy/term/2977/0 es Se nos fue un compañero de lucha y de vida. Hasta siempre, Piterón http://estrecho.indymedia.org/general/noticia/se-nos-fue-un-companero-lucha-y-vida-siempre-piteron <p> <em>El Pais, 22 de diciembre de 2011</em> EL DEBATE DE LA MUERTE DIGNA</p> <p> Vivo en una c&aacute;rcel que se estrecha Pedro, que sufr&iacute;a ELA, ha luchado hasta el final para decidir cu&aacute;ndo y c&oacute;mo morir El s&aacute;bado reuni&oacute; a su familia para despedirse; el lunes falleci&oacute; tras una sedaci&oacute;n.<br /> Cinco d&iacute;as antes de la fecha que eligi&oacute; para morir, las manos en el regazo de Pedro Mart&iacute;nez no son una se&ntilde;al de entrega o mansedumbre. Hace ya meses que las tiene continuamente as&iacute;, porque la&nbsp;<a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Esclerosis_lateral_amiotr%C3%B3fica" style="border-bottom: 1px dotted rgb(0, 154, 149); outline-style: none; color: rgb(0, 154, 149); padding-top: 2px; padding-bottom: 1px;" target="_blank">esclerosis lateral amiotr&oacute;fica</a>&nbsp;(ELA) que las atenaza las dej&oacute; inertes. Pero este hombre que naci&oacute; en Teruel hace 34 a&ntilde;os ha mantenido la lucha en la mirada y en la determinaci&oacute;n de controlar el devenir de su enfermedad hasta conseguir una sedaci&oacute;n terminal que, para cuando se publican estas l&iacute;neas, ya ha puesto fin a su vida. En los d&iacute;as previos a la sedaci&oacute;n que termin&oacute; con su sufrimiento, Pedro Mart&iacute;nez se despide de los suyos y comparte su experiencia con EL PA&Iacute;S.</p> <p> Pedro ha llegado al l&iacute;mite. La ELA es una enfermedad que ataca de fuera adentro: empieza por las extremidades y va acerc&aacute;ndose al t&oacute;rax, hasta que paraliza los m&uacute;sculos necesarios para tragar o respirar. En Espa&ntilde;a&nbsp;<a href="http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Alrededor/4000/personas/sufren/esclerosis/lateral/amiotrofica/Espana/elpepisoc/19970623elpepisoc_12/Tes" style="border-bottom: 1px dotted rgb(0, 154, 149); outline-style: none; color: rgb(0, 154, 149); padding-top: 2px; padding-bottom: 1px;" target="_blank">la padecen unas 4.000 personas</a>&nbsp;y se diagnostica a unas 900 al a&ntilde;o. No tiene una causa conocida y, lo que es peor, tampoco hay tratamiento. Afecta casi siempre a gente joven y la supervivencia media desde el diagn&oacute;stico no excede de los tres a&ntilde;os. Pedro estaba ya en ese plazo. &ldquo;Tuve los primeros s&iacute;ntomas hace cuatro a&ntilde;os. Dolores, calambres&hellip; Pero no me dijeron lo que ten&iacute;a hasta hace dos. La verdad es que ah&iacute; los m&eacute;dicos dejaron mucho que desear&rdquo;, dice socarr&oacute;n horas antes de morir. En esos dos a&ntilde;os, Pedro ha perdido la movilidad y la funcionalidad de los brazos y las piernas. Para fumar, un amigo le ha construido un soporte a partir de un perchero en el que su novia Lola sujeta el pitillo que otro amigo acaba de liar. Una m&aacute;scara del personaje de dibujos animados del inspector Gadget da un toque humano al invento. Puesto a la altura de la cabeza, el hombre solo tiene que acercar la boca para dar una calada. Pero, enfrascado en la conversaci&oacute;n como est&aacute;, a Pedro se le olvida fumar y el cigarrillo se apaga, as&iacute; que Lola tiene que ir a cada rato a encenderlo de nuevo.</p> <p> Quiero reivindicar que, al menos, se despenalice el suicidio asistido&rdquo;</p> <p> Cinco d&iacute;as antes de morir, como todos los d&iacute;as, pasa el d&iacute;a postrado, porque las piernas ya no le sostienen. &ldquo;Veo la tele, porque no puedo sujetar un libro o un&nbsp;<em>fanzine</em>&nbsp;[que es lo que prefiere] para leer. No puedo ni pasar las hojas. A veces, alg&uacute;n amigo me lee algo, pero me canso&rdquo;.</p> <p> Es solo una muestra de la dependencia absoluta que ha vivido Pedro en los &uacute;ltimos tiempos. &ldquo;Cuando ya no puedes valerte por ti mismo no es una vida digna&rdquo;, dice convencido. Y eso que &eacute;l tiene una amplia red de apoyo. Si algo puede decirse, es que no est&aacute; solo en ning&uacute;n momento. &ldquo;Al principio, cuando me dieron el diagn&oacute;stico, nos fuimos a vivir seis al campito&rdquo;. Ahora, Pedro y Lola viven en un pisito de un barrio modesto cerca de la estaci&oacute;n del AVE de Sevilla. &ldquo;Es de un familiar y de renta antigua&rdquo;, dice Pedro, que explica que &eacute;l solo cobra 509 euros de una pensi&oacute;n no contributiva. &ldquo;Pedimos la ayuda de la dependencia hace dos a&ntilde;os, pero hasta ahora, nada&rdquo;. Mientras tanto, Lola se encarga de todo, de darle de comer, del aseo&hellip; una amplia red de amigos, huella de una vida intensa, hacen de soporte para una situaci&oacute;n que no tiene salida. La casa est&aacute; muy caliente. &ldquo;Es que tengo fr&iacute;o siempre&rdquo;, dice &eacute;l.</p> <p> Pedimos la ayuda de la dependencia hace dos a&ntilde;os, pero nada&rdquo;</p> <p>&lt;<br /> Cuesta entenderle cuando habla. La paralizaci&oacute;n ya le afecta a la capacidad de vocalizar, y Lola tiene que hacer a veces de traductora. Es la mejor pedr&oacute;loga, dice con buen humor. Pero eso no es lo peor. El hombre empieza a tener problemas con la garganta y tragar cada comida es una tortura y una amenaza. &ldquo;No quiero morir ahogado. Ya me ha pasado varias veces que la comida se me ha ido hacia los pulmones. Adem&aacute;s, me cuesta mucho masticar. Tengo que pasarlo todo con mucho l&iacute;quido, y eso es m&aacute;s peligroso&rdquo;.</p> <p> Esta situaci&oacute;n es la que le ha llevado a tomar una decisi&oacute;n, a estas horas irreversible: quiere que le seden. No quiere tener m&aacute;s la angustia, el sufrimiento. Y, sobre todo, &eacute;l, que se define como un &ldquo;antitodo&rdquo;, entiende que ya lo que tiene por delante es solo una agon&iacute;a de un par de meses como mucho, siempre con el riesgo de asfixiarse, de ahogarse. Pero Pedro se ha encontrado con un escollo. &Eacute;l, que ha sido un poco de todo &mdash;un buen estudiante que sac&oacute; el t&iacute;tulo de t&eacute;cnico de laboratorio y que ha trabajado de alba&ntilde;il, de camarero, de lo que surg&iacute;a, o de nada&mdash;, quiere estar seguro de que va a vivir con dignidad hasta el final. &ldquo;Uno debe tener el control de su propia vida. Yo he apurado la vida. He dormido en casas de campo, en un banco y en el talego. Particip&eacute; en la&nbsp;<a href="http://www.elpais.com/articulo/espana/Adios/Casas/Viejas/elpepuesp/20071129elpepunac_13/Tes" style="border-bottom: 1px dotted rgb(0, 154, 149); outline-style: none; color: rgb(0, 154, 149); padding-top: 2px; padding-bottom: 1px;"><em>okupaci&oacute;n</em>&nbsp;del t&uacute;nel de Casas Viejas</a>&nbsp;[una acci&oacute;n en 2007 que acab&oacute; con un desalojo por la polic&iacute;a ]. No se trata de morir con dignidad. Se trata de vivir con dignidad hasta el final, llevando el control de lo que se hace&rdquo;.</p> <p> <img alt="" height="352" src="http://ep00.epimg.net/sociedad/imagenes/2011/12/21/actualidad/1324491408_088893_1324493270_sumario_normal.jpg" style="display: block; width: 460px; height: auto;" title="" width="560" />GARC&Iacute;A CORDERO Por eso se desespera cuando ve que los servicios de cuidados paliativos no le ofrecen lo que pide. &ldquo;Han venido a verme y dicen que no me estoy muriendo, aunque saben que no voy a vivir mucho. Que esto no es una agon&iacute;a. Me han llegado a decir que deje de comer y beber unos d&iacute;as, y que as&iacute;, cuando me deteriore, podr&aacute;n aplicarme la sedaci&oacute;n paliativa; los he echado de casa&rdquo;, cuenta encendido, y Lola tiene que hacer de traductora porque las palabras se atropellan y el hombre se fatiga. &ldquo;Es lo malo de esta enfermedad. Es como una c&aacute;rcel cada vez m&aacute;s estrecha. No puedes ni pegar un golpe en la mesa y salir corriendo cuando te desesperas&rdquo;. No quiero morir ahogado. Ya me ha pasado varias veces que la comida se me ha ido hacia los pulmones&quot; Por eso ha decidido contarle a EL PA&Iacute;S su caso. Lo hizo el mi&eacute;rcoles 14, cuando ya ten&iacute;a todo decidido. Estaba pendiente de una visita del servicio de paliativos del hospital Virgen Macarena de Sevilla, para repetirles su petici&oacute;n. &ldquo;No voy a ir m&aacute;s al hospital. No quiero que me sonden ni que me pongan un respirador. &iquest;Para qu&eacute;? &iquest;Para durar tres meses en vez de dos? Lo que quiero es acabar tranquilo y dejar de sufrir. Que cada comida no sea una amenaza&rdquo;. No le hicieron caso. Pero Pedro se guardaba un as en la manga. &ldquo;Contact&eacute; con&nbsp;<a href="http://www.eutanasia.ws/" style="border-bottom: 1px dotted rgb(0, 154, 149); outline-style: none; color: rgb(0, 154, 149); padding-top: 2px; padding-bottom: 1px;" target="_blank">Derecho a Morir Dignamente</a>&nbsp;hace mucho. Y ellos me han dado tranquilidad. Si he seguido hasta ahora, ha sido porque s&eacute; que ellos me van a ayudar. Si no, habr&iacute;a tomado la decisi&oacute;n de quitarme la vida antes&rdquo;, afirma. &ldquo;La ley de muerte digna andaluza no prev&eacute; casos como el m&iacute;o. Est&aacute; pensada para gente con c&aacute;ncer. Pero a m&iacute; me dicen que no estoy terminal&rdquo;. La verdad es que la norma andaluza no puede ir m&aacute;s all&aacute; de lo que establece la legislaci&oacute;n estatal: en Espa&ntilde;a la eutanasia se considera un homicidio y la ayuda necesaria al suicidio est&aacute; castigada por el C&oacute;digo Penal, aunque con atenuantes. Tampoco la ley de muerte digna que el Gobierno envi&oacute; al Congreso antes de la convocatoria de las &uacute;ltimas elecciones cambia esta situaci&oacute;n. A imagen de la norma andaluza, en la que se basa, deja claro que debe prevalecer la voluntad del paciente de renunciar a un tratamiento, que eso no debe impedir que los m&eacute;dicos le ofrezcan otras alternativas y, adem&aacute;s, defiende a los profesionales que act&uacute;en por respeto a la voluntad de los enfermos, aunque la consecuencia sea acortar su vida. &iquest;Mi epitafio? &lsquo;Muerte al Estado y viva la anarqu&iacute;a&rsquo;. Dilo as&iacute;&rdquo; Cinco d&iacute;as antes de morir, Pedro lo tiene todo preparado. Y sabe que es su &uacute;ltima lucha. &ldquo;Quiero reivindicar la eutanasia legal, o, por lo menos, que se despenalice el suicidio asistido. Ojal&aacute; con mi caso se reabra el debate&rdquo;, dice. Pero, a falta de que la legislaci&oacute;n le ampare, va a ir lo m&aacute;s lejos que puede, exigiendo que acaben con su sufrimiento. &ldquo;Eso es legal&rdquo;, insiste. Dos d&iacute;as antes de morir, el s&aacute;bado, Pedro organiz&oacute; una fiesta. 80 personas, entre familiares y amigos. &ldquo;Como una boda&rdquo;. &ldquo;Todos saben mi decisi&oacute;n, y me apoyan. Va a ser muy emotivo&rdquo;, dice en uno de los pocos momentos en que su firmeza parece que se rompe. &ldquo;Yo invito. Bueno, pagar&aacute; el Estado&rdquo;, bromea refiri&eacute;ndose a que se va a gastar su &uacute;ltima pensi&oacute;n en el convite. El domingo, m&eacute;dicos de la asociaci&oacute;n DMD le visitaron. &ldquo;Hicimos una valoraci&oacute;n de su estado de sufrimiento, que &eacute;l considera ya intolerable. Dado que en su estado no hay alternativa, y contando con el consentimiento del paciente, se procedi&oacute; a la sedaci&oacute;n&rdquo;, cuenta el m&eacute;dico que le visit&oacute;. Falleci&oacute; el lunes, en su casa, despu&eacute;s de despedirse de su novia, sus amigos, su familia y su perro. El martes fue enterrado.</p> <p> El hombre sabe perfectamente lo que quer&iacute;a. &ldquo;Cuando todo se acabe, que me incineren y me entierren bajo un nogal. Imag&iacute;nate un mundo donde en vez de cementerios hubiera bosques. As&iacute;, por lo menos, una vez muerto podr&eacute; servir de abono y ayudar a luchar contra la deforestaci&oacute;n&rdquo;, dice. No sabe qu&eacute; habr&aacute; despu&eacute;s &mdash;&ldquo;No tengo ni idea. Ojal&aacute; volvamos a la vida para seguir aprendiendo. Cuando nos veamos ah&iacute;, y que sea muy tarde, ya lo sabremos&rdquo;&mdash; pero, vaya donde vaya, llevar&aacute; su lema: &ldquo;&iquest;Mi epitafio? Lo que ha sido mi vida: &lsquo;Muerte al Estado y viva la anarqu&iacute;a&rsquo;. Dilo as&iacute;&rdquo;, insisti&oacute;. Y queda dicho.</p> <div> <a href="http://sociedad.elpais.com/sociedad/2011/12/21/actualidad/1324491408_088893.html">http://sociedad.elpais.com/sociedad/2011/12/21/actualidad/1324491408_088893.html</a></div> http://estrecho.indymedia.org/general/noticia/se-nos-fue-un-companero-lucha-y-vida-siempre-piteron#comments General Muerte digna Piter Fri, 23 Dec 2011 23:30:11 +0000 4828 at http://estrecho.indymedia.org