Indymedia Estrecho / Madiaq - cosificación http://estrecho.indymedia.org/taxonomy/term/2143/0 es Auge del hablar en torno a el Otro e interculturalidad, en la actividad antropológica de dominación de clase http://estrecho.indymedia.org/general/noticia/auge-del-hablar-torno-otro-e-interculturalidad-actividad-antropologica-dominacion-cl <p> <span>&nbsp;</span></p> <p> <b>Auge del habla en torno a el Otro e interculturalidad, en la actividad antropol&oacute;gica de dominaci&oacute;n de clase</b></p> <p align="right"> &nbsp;</p> <p align="right"> Tamer Sarkis<br /> &nbsp;</p> <p> <b>Resumen</b></p> <p> <br /> &nbsp;</p> <p> Las re-colocaciones poblacionales producidas por el desarrollo de la Econom&iacute;a Pol&iacute;tica y su generalizaci&oacute;n correlativa de la escasez, significan tambi&eacute;n una re-colocaci&oacute;n pol&iacute;tica y de control que se hace insatisfactoriamente inteligible desde nociones como &ldquo;aculturaci&oacute;n&rdquo;, &ldquo;invalidaci&oacute;n de identidades&rdquo;, &ldquo;asimilaci&oacute;n&rdquo;&hellip; </p> <p> Quiz&aacute;s ya el acto mismo de pensar a &ldquo;un Otro&rdquo; en &ldquo;manos pol&iacute;ticas&rdquo; forme parte consciente o inconsciente de la pol&iacute;tica real en curso. Pues esta &uacute;ltima va en el sentido de poner a orbitar auto-calificaciones y auto-asunciones alrededor del globo de la &ldquo;alteridad&rdquo;, que la pol&iacute;tica misma se ocupa en hinchar a trav&eacute;s de las definiciones portadas por la mediaci&oacute;n antropol&oacute;gica &ldquo;intercultural&rdquo; en barrios, por la etnograf&iacute;a al servicio de pol&iacute;ticas sociales institucionales, por la intervenci&oacute;n asistencial, de animaci&oacute;n participativa y de recolecta dial&oacute;gica de &ldquo;las voces otras&rdquo;, etc. </p> <p> La ideolog&iacute;a dominante puede as&iacute; acometer su labor de desviar las precariedades de existencia y las pr&aacute;cticas de oposici&oacute;n consecuentes, a trav&eacute;s del carril se&ntilde;alado por una cuesti&oacute;n pendiente de: A. &ldquo;Reconocimiento institucional&rdquo;, y B. &ldquo;Dotaci&oacute;n de infraestructuras para las autonomizaciones culturales de funcionamiento localizado y para sus necesidades espec&iacute;ficas de atenci&oacute;n&rdquo;. Este es el nuevo paradigma de &ldquo;inter-integraci&oacute;n&rdquo;, que jubila a la rancia y ya hiper-exprimida &ldquo;integraci&oacute;n&rdquo; de connotaciones unilaterales. </p> <p> Ello mientras esta ideolog&iacute;a pone a desfilar, ante un proletariado &ldquo;restante&rdquo; previamente separado de aquellas din&aacute;micas de respuesta por su misma &ldquo;culturalizaci&oacute;n&rdquo; medi&aacute;tica, un conjunto de im&aacute;genes que inhiben la visi&oacute;n de la diversidad de circunstancias <i>como multiplicidad</i> que obedece al fin y al cabo a una condici&oacute;n social <i>com&uacute;n</i>. Y por eso diversidad de carencias &ndash;particulares o no- superables &uacute;nicamente en el encuentro de una perspectiva com&uacute;n. </p> <p> &nbsp;</p> <p> <b>Palabras clave:</b> pol&iacute;tica, cultura, intercultural, ideolog&iacute;a, endogenizaci&oacute;n.</p> <p> <br /> &nbsp;</p> <p> <b>I. Inexistencia de la Antropolog&iacute;a separada idealmente de su gen&eacute;tica pol&iacute;tica: intervenci&oacute;n antropol&oacute;gica en la cosificaci&oacute;n segmentaria &ldquo;cultural&rdquo; del sujeto de clase</b></p> <p> <br /> &nbsp;</p> <p> A primera vista, puede pensarse en aplicar a la relaci&oacute;n Antropolog&iacute;a-pol&iacute;tica un esquema fundamentado en la instrumentalizaci&oacute;n, colonizaci&oacute;n, corrupci&oacute;n, falsificaci&oacute;n pol&iacute;tica de ese particular modo de conocer. En realidad, su sujeto productor mismo pertenece a la pol&iacute;tica, y los cambios morfol&oacute;gicos, funcionales, presenciales, etc., experimentados por la Antropolog&iacute;a son el correlato de desaf&iacute;os pol&iacute;ticos mutantes. Las sociedades cuyos Estados se hallaban volcados hacia el Otro m&aacute;s o menos silenciosamente, y que manifestaban indiferencia o curiosidad, han pasado a ser sociedades receptoras del ruido incesante que sobre el Otro arman, <i>pensando en ellas</i>, las estancias emisoras de imagen. No carece de importancia en este encerrar con palabras a la sociedad entera en la cuesti&oacute;n de el Otro<sup><a class="sdfootnoteanc" href="#sdfootnote1sym" name="sdfootnote1anc"><sup><u>1</u></sup></a></sup>, el hecho de que esas gentes, lejos de continuar siendo solamente una figura externa a dominar, a vender, a explotar, a contraponer a la Virtud moral o social &ldquo;propia&rdquo;, a emplear militarmente, deben ahora ser tambi&eacute;n la materia con que dominar, en el interior &ndash;social y de cada sujeto-, <i>la vivencia</i> de los procesos en que esta sociedad est&aacute; actualmente atrapada. </p> <p> Dominaci&oacute;n al nivel de la representaci&oacute;n y de la experiencia subjetiva de la realidad social, pero que est&aacute; cargada de efectos objetivos porque incide sobre las tolerancias, sobre las relaciones, sobre las pr&aacute;cticas, que los sujetos afirman, imprimiendo a esas representaciones y a esas experiencias en esos procesos reales mismos. Por tanto, la creaci&oacute;n de falsa consciencia es creaci&oacute;n de principios defensivos de los procesos tal y como son encauzados por los aparatos pol&iacute;ticos de la burgues&iacute;a, y es tambi&eacute;n disuasi&oacute;n/canalizaci&oacute;n rentable de la intervenci&oacute;n colectiva en estos. </p> <p> Por ejemplo, respecto de un proceso social dram&aacute;tico como es la migraci&oacute;n masiva forzosa porque el capitalismo no es capaz de asegurar la subsistencia a gran parte de la poblaci&oacute;n mundial ni siquiera en el plano elemental biol&oacute;gico, la ideolog&iacute;a dominante basa su ofensiva en pintar el proceso como si se tratara del &ldquo;ejercicio de un derecho a buscar una vida mejor&rdquo;<sup><a class="sdfootnoteanc" href="#sdfootnote2sym" name="sdfootnote2anc"><sup><u>2</u></sup></a></sup>, bello ejercicio democr&aacute;tico &ldquo;que debemos reivindicar, defender, practicar, celebrar que otros puedan practicar&rdquo;. La ideolog&iacute;a dominante <i>disfraza as&iacute; la verdad del proceso</i>, que estriba en ser <i>necesidad sin m&aacute;s para millones de personas.</i> Esta tergiversaci&oacute;n que representa a la migraci&oacute;n como una opci&oacute;n, o como una decisi&oacute;n de b&uacute;squeda de utilidades comparativamente mayores, es, en su &eacute;xito sobre la consciencia de masas, una colosal apolog&iacute;a asumida a prop&oacute;sito de las condiciones de existencia de las propias masas. Porque su vida se les aparece as&iacute; como una cuesti&oacute;n cualitativamente valorable &ndash;o valorada- aunque sea en t&eacute;rminos comparativos; cuando en realidad la persona migrante usa sencillamente la &uacute;nica puerta de salida que tiene o que cree tener frente a la encerrona segura que constata, directamente para ella o para los seres vinculados a ella, desde la l&oacute;gica de la necesidad de supervivencia, y no desde l&oacute;gica alguna de &ldquo;calidad de vida&rdquo;<sup><a class="sdfootnoteanc" href="#sdfootnote3sym" name="sdfootnote3anc"><sup><u>3</u></sup></a></sup>. </p> <p> Los aparatos burgueses se permiten estas <i>frivolit&eacute;s</i> &ndash;y hablo especialmente de cierta l&iacute;rica en torno a la dicha &ldquo;existencia n&oacute;mada&rdquo;, extrapolada <i>a tutti</i>- porque apenas han de explicitarlas discursivamente, ejercicio que desvelar&iacute;a la banalidad de los enunciados. Pueden ahorr&aacute;rselo, no teniendo m&aacute;s que proyectar bien alto sus insinuaciones con el extraordinario trampol&iacute;n que les resulta nuestra propia conciencia colectiva cosmopolita, aplaudidora de un individualismo vers&aacute;til y adaptativo, y acorde a grandes rasgos con el aforismo de los c&iacute;nicos: Sentirse en la tierra de uno all&aacute; donde se est&eacute; a placer. Estas ideas son del todo leg&iacute;timas e interesantes sin duda, pero desde luego no sirven para designar el proceso vivido por millones de personas cuyo desarraigo del entorno pr&oacute;ximo de cotidianeidad les reporta una &ldquo;peque&ntilde;a muerte&rdquo;. Y ese sentimiento no est&aacute; separado de sus condiciones materiales de vida: no pueden seguir <i>siendo con integridad</i> trat&aacute;ndose de sujetos muy tenuemente individualizados, y quienes solamente <i>llegan a ser </i>a partir del v&iacute;nculo en que se insieren, y que <i>tiene lugar</i> en la regi&oacute;n: v&iacute;nculo de parentesco y su polifuncionalidad para la reproducci&oacute;n social; v&iacute;nculo de econom&iacute;a marcadamente local en lo que se refiere a las l&iacute;neas de cooperaci&oacute;n y mecanismos de distribuci&oacute;n establecidas &ndash;lo que no significa econom&iacute;a exenta de determinaci&oacute;n por procesos internacionales-; v&iacute;nculo de alianza como uno de los momentos centrales y en cualquier caso subyacente al &ldquo;enfoque existencial&rdquo; que hacen los sujetos cuando preparan o recorren otros muchos momentos y actividades; v&iacute;nculo de valoraci&oacute;n respecto a la actividad y pr&aacute;cticas compartidas, que se enuncia mediante la ritualizaci&oacute;n de las formas, las pausaciones de tiempo, la preponderancia de la calidad del proceso sobre la pragm&aacute;tica de su finalidad, v&iacute;nculo que queda pulverizado por las nuevas condiciones de existencia de los sujetos en el pa&iacute;s &ldquo;de destino&rdquo;; etc. No se trata de idealizar nada o de sustraerlo a su propia cr&iacute;tica, sino sencillamente de intentar investigar y transmitir <i>lo que es</i>. Y, por supuesto, eso que pueden ver en las migraciones nuestras subjetividades muy escasamente territorializadas, asociativas m&aacute;s que comunitarias, funcionales m&aacute;s que identificativas, regidas por el principio del contrato m&aacute;s que por el del contacto con lo inmediato<sup><a class="sdfootnoteanc" href="#sdfootnote4sym" name="sdfootnote4anc"><sup><u>4</u></sup></a></sup>, <i>no es</i> correspondiente a la realidad de disrupci&oacute;n devastadora entre los sujetos migrantes y su ser social, <i>por m&aacute;s miserias y extremos de imposibilidad subsistencial que &eacute;ste entra&ntilde;e</i><sup><i><a class="sdfootnoteanc" href="#sdfootnote5sym" name="sdfootnote5anc"><sup><u>5</u></sup></a></i></sup>.</p> <p> <br /> &nbsp;</p> <p> Una segunda muestra de la reciente <i>puesta espectacular de el Otro en consumo y conversaci&oacute;n p&uacute;blicos</i>: </p> <p> Cuando las capas m&aacute;s depauperadas del proletariado se rebelan en el extrarradio, a los medios les es relativamente f&aacute;cil mistificar a la &ldquo;opini&oacute;n p&uacute;blica&rdquo; enumerando &ndash;o exhibiendo con im&aacute;genes- un conjunto de caracter&iacute;sticas fenom&eacute;nicas seleccionadas como materia prima de fabricaci&oacute;n informativa: &ldquo;negros&rdquo;, &ldquo;faltos de integraci&oacute;n&rdquo;, &ldquo;<i>lumpen</i>&rdquo;, &ldquo;lumpenizados&rdquo;, &ldquo;v&iacute;ctimas del racismo institucional o social&rdquo;, &ldquo;excluidos de oportunidades&rdquo;, &ldquo;desempleados&rdquo;, etc. Como si <i>el fondo gen&eacute;tico</i> del proceso social notificado y &ldquo;debatido&rdquo; por radio y televisi&oacute;n tuviera que ver sin m&aacute;s con una condici&oacute;n &ldquo;particular&rdquo; de ciertos sujetos sociales. Es as&iacute; escondido el hecho de que las Relaciones de Producci&oacute;n, en su definir las condiciones de existencia de las dos clases principales en relaci&oacute;n, tienden en &uacute;ltima instancia a irradiar atravesando las varias capas que segmentan al proletariado, en un proceso &ndash;reitero, en &uacute;ltima instancia- de homogeneizaci&oacute;n relativa &ldquo;a la baja&rdquo;. De este modo, los intentos de respuesta &ndash;acertados o t&aacute;cticamente equivocados- que se sucedan son explicables &uacute;nicamente asumiendo la Variable condici&oacute;n de clase. Y eso por m&aacute;s &ldquo;ciegas&rdquo; o contraproducentes que sean estas t&aacute;cticas de lucha, o por m&aacute;s que consistan en puro cebarse contra la clase misma &ndash;incendiando los barrios propios, los coches, las infraestructuras de alumbrado o de telefon&iacute;a; impidiendo el desplazamiento hacia el medio de subsistencia a sabiendas de que el empresario lo tiene f&aacute;cil para sustituir por otro al obrero o al empleado que no llega; etc. En estos casos, la hipocres&iacute;a burguesa clama contra las acciones y recuerda sus consecuencias a los espectadores, mientras se frota las manos pensando en las rentabilidades que ingresa con su continuidad &ndash;rentabilidades represivas, de reforma jur&iacute;dica para un control poblacional m&aacute;s estrecho, de divisi&oacute;n dentro de la clase a la que pertenecen las capas en movimiento, de nihilismo y desorientaci&oacute;n de clase respecto de sus propias posibilidades de ser portadora de alternativa socio-econ&oacute;mica, etc.<sup><a class="sdfootnoteanc" href="#sdfootnote6sym" name="sdfootnote6anc"><sup><u>6</u></sup></a></sup> Y la validez &uacute;nica de esa perspectiva explicativa se debe a que son las relaciones entre las clases aquello que produce una multitud de situaciones &ldquo;de grupo&rdquo;, &ldquo;espec&iacute;ficas&rdquo; o &ldquo;particulares&rdquo;, as&iacute; como su nivelaci&oacute;n material a medida que se extiende y se acent&uacute;a <i>la escasez nuclear</i> <i>que la Econom&iacute;a Pol&iacute;tica estructurando las sociedades significa</i>. </p> <p> Esconder esta realidad substancial detr&aacute;s del discurso que consiste en citar &ldquo;un Otro y sus d&eacute;ficits de encaje, de comprensi&oacute;n, de atenci&oacute;n, de asistencia social, de libertad para la afirmaci&oacute;n cultural, de sociabilidad en el barrio e ideaci&oacute;n de soluciones locales y participativas a escaseces y conflictos, etc.&rdquo;, presenta para la clase dominante tambi&eacute;n la rentabilidad funcional de inducir al resto del proletariado &ldquo;simpat&iacute;as&rdquo;, &ldquo;antipat&iacute;as&rdquo;, &ldquo;aversiones&rdquo;, e incluso &ldquo;apoyos&rdquo; <i>ante un panorama de supuesta &ldquo;lucha de ellos, de el Otro&rdquo;</i> por conseguir &ldquo;otras condiciones de existencia, de respeto o de participaci&oacute;n&rdquo;. Con esa operaci&oacute;n medi&aacute;tica &ndash;en la que los antrop&oacute;logos del campo burgu&eacute;s hablan en primera l&iacute;nea-, la burgues&iacute;a mete de lleno a esas luchas en el callej&oacute;n sin salida de &ldquo;el rumbo propio&rdquo;, al tiempo que el resto de la clase no se ve incumbida en esa acci&oacute;n colectiva <i>por ella en s&iacute; como totalidad</i>. As&iacute;, las capas aisladas en movimiento, carentes de perspectiva <i>de conjunto</i>, son incapaces de tender en su <i>praxis</i> hacia la realizaci&oacute;n de una alternativa socio-econ&oacute;mica integral a la totalidad socio-econ&oacute;mica que define su existencia &ldquo;de grupo&rdquo;. Igualmente, la clase, que contempla el proceso desde un &ldquo;afuera&rdquo; espectacularmente articulado para ella en debates, pel&iacute;culas, informativos, reportajes y art&iacute;culos de prensa, oscila entre alinearse, implicarse o rechazar tanto el movimiento en marcha como la perspectiva, los m&eacute;todos, los discursos, los sistemas de comunicaci&oacute;n, &ldquo;internos de &eacute;ste&rdquo;; pero no desarrolla su perspectiva, porque se auto-identifica como &ldquo;solidaria&rdquo;, y no como sujeto total en <i>identidad</i> con uno y otro sector en su seno. </p> <p> &nbsp;</p> <p> As&iacute; mismo, y para citar otro ejemplo de centralidad asumida por la categor&iacute;a de &ldquo;el Otro&rdquo; a la hora de sernos re-presentado, aquello que nos ocurre, de la mano de los canales productivos y distributivos de ideolog&iacute;a dominante, multitud de cuestiones en declive relacionadas con la depauperaci&oacute;n de las condiciones de vida del proletariado &ndash;pensiones, Seguridad Social, salarios reales, pol&iacute;tica de contratos laborales, inflaci&oacute;n, despidos y desempleo, cierre de industrias de sectores diversos, carest&iacute;a de la vivienda-, son &ldquo;explicadas&rdquo; aludiendo a los desequilibrios presupuestarios originados por el &ldquo;plus de atenci&oacute;n&rdquo; requerido por este &ldquo;cambio paulatino de circunstancias socio-demogr&aacute;ficas&rdquo;. Intenta ser ocultada as&iacute; la Econom&iacute;a Pol&iacute;tica misma que determina con su din&aacute;mica, tanto las insuficiencias de Estado para el mantenimiento de su tejido asistencial, como la sucesi&oacute;n misma de procesos demogr&aacute;ficos que &ndash;a decir de periodistas, de contertulios, de pol&iacute;ticos populistas y dem&aacute;s ide&oacute;logos a sueldo- subyacer&iacute;a a -o agravar&iacute;a- ese suministro organizado de empobrecimiento.</p> <p> &nbsp;</p> <p> <br /> &nbsp;</p> <p> <br /> <b>II. La Variable &ldquo;intercultural&rdquo; y sus funciones en la &ldquo;explicaci&oacute;n&rdquo; de conflictos sociales y en su gesti&oacute;n</b></p> <p> <br /> &nbsp;</p> <p> A la vez, esta sociedad es penetrada por el Otro en una &iacute;ndole que llama a gestionar los riesgos supuestos por estas nuevas condiciones para la convivencia intercultural (complicidades sobre la percepci&oacute;n rec&iacute;proca de pertenencia a una misma condici&oacute;n de clase). En este contexto, &ldquo;el debate&rdquo; da una voz antes in&eacute;dita a una Antropolog&iacute;a que acu&ntilde;a identidades para los venidos. Estas identidades &ldquo;halladas&rdquo; ser&iacute;an supuestamente la clave orientadora para la intervenci&oacute;n estatal y la clave explicativa de las reacciones de estos a un medio que no sabr&iacute;a integrarlos respetando su especificidad. La Variable &ldquo;intercultural&rdquo; entra en escena de este modo, y sus funciones en la gesti&oacute;n de conflictos son claras: desplaza, la consciencia en relaci&oacute;n a las condiciones materiales en que viven millones de sujetos, en direcci&oacute;n a cuestiones culturales. Con ello es velada la impotencia real de las instituciones para tratar con &ldquo;las problem&aacute;ticas&rdquo; derivadas de un abanico de miserias, de insalubridades, de consciencia fatalista en relaci&oacute;n al propio &ldquo;porvenir en sociedad&rdquo; &ndash;porque el sujeto se sabe desprovisto de margen de incertidumbre-, de ausencia de libertad para actividad alguna porque no se posee la gesti&oacute;n de recurso material alguno, as&iacute; como de aislamientos y de d&eacute;ficits en la socialidad, en los v&iacute;nculos humanos, en la empat&iacute;a intersubjetiva, etc., todos componentes intr&iacute;nsecos a la existencia atomizada y utilitaria que sobrevivir en el capitalismo exige<sup><a class="sdfootnoteanc" href="#sdfootnote7sym" name="sdfootnote7anc"><sup><u>7</u></sup></a></sup>. Estas caracter&iacute;sticas tienen que ser as&iacute; <i>a fortiori </i>en aquellas capas del proletariado para las que, esa alienaci&oacute;n de toda humanidad en la existencia concreta, que es ya de por s&iacute; el ser social de la clase, se encuentra m&aacute;s desarrollada y <i>realizada</i><sup><i><a class="sdfootnoteanc" href="#sdfootnote8sym" name="sdfootnote8anc"><sup><u>8</u></sup></a></i></sup>. Mediante una operaci&oacute;n de estafa que reemplaza, al ser social, por la caracter&iacute;stica, lo circunstancial, el accidente, el discurso social de la burgues&iacute;a tilda a esos <i>procesos caracter&iacute;sticos</i> mismos de responsables sobre los comportamientos, las abstinencias, las <i>desvinculaciones</i>, las autodestrucciones, las desutilidades, los ilegalismos, que se plantea liquidar, paliar, regular, contender o rentabilizar. Por ende, tilda a aquellos <i>procesos caracter&iacute;sticos</i> de <i>ser</i> <i>el terreno objetivable y susceptible para la intervenci&oacute;n</i>, figur&aacute;ndose que, encauzados o compensados seg&uacute;n la f&oacute;rmula m&aacute;gica etnol&oacute;gica, de trabajo social, asistencial, sociol&oacute;gica, urban&iacute;stica, psicosocial, de cooperaci&oacute;n, l&uacute;dico-infantil, pedag&oacute;gica, f&iacute;sico-educativa, por hallar, ser&aacute; capaz de regenerar el tejido social nacido ya amenazante o de nulo provecho. </p> <p> Con esta Antropolog&iacute;a, deslizada en el discurso period&iacute;stico &ldquo;comprometido&rdquo; y verbalizada por determinados &ldquo;expertos&rdquo;, se consigue surcar una discontinuidad en el espacio social, que separa a los &ldquo;aut&oacute;ctonos&rdquo; de los identitarizados como &ldquo;inmigrantes&rdquo;, &ldquo;poblaci&oacute;n de origen inmigrante&rdquo;, &ldquo;hijos de inmigrantes&rdquo;, &ldquo;poblaci&oacute;n de antiguas colonias&rdquo;, etc. Los primeros se convierten as&iacute; en espectadores &ndash;partidarios, comprensivos o reacios- de los movimientos e insurgencias &ldquo;<i>de</i> los segundos&rdquo;. La identificaci&oacute;n posible queda as&iacute; obstruida por una Antropolog&iacute;a que se encarga de que el Otro no deje de ser considerado como tal. A la vez, esta Antropolog&iacute;a ejerce de mala conciencia cr&iacute;tica sermoneando a la pol&iacute;tica y a &ldquo;la poblaci&oacute;n nacional&rdquo; sobre la necesidad de comprensi&oacute;n hacia esas categor&iacute;as en que ha fijado previamente a las personas.</p> <p> En una cuesti&oacute;n como la exclusi&oacute;n, gran parte de la gama ideol&oacute;gica dominante vertida halla su com&uacute;n denominador en presentar a &eacute;sta en dicotom&iacute;a con la integraci&oacute;n. En realidad, las mismas estancias y grupos pol&iacute;ticos, empresariales, financieros, burocr&aacute;ticos, etc., que asignan &ldquo;cuotas de recepci&oacute;n&rdquo; a las migraciones calculadas por el rasero de la rentabilidad laboral y productiva, son los mismos actores promotores de racismo y exclusi&oacute;n poblacionales. Para consumar la &uacute;nica integraci&oacute;n concreta real que les es deparada bajo el capitalismo a los nuevos contingentes grupales incorporados &ndash;florituras, D&iacute;as Oficiales varios decretados por tal o cual bello cuadro social, y enso&ntilde;aciones aparte-, sus importadores econ&oacute;micos y jur&iacute;dicos tienen que bloquear en lo posible el afloramiento de lazos de sociabilidad, de empat&iacute;a, de comprensi&oacute;n profunda, de compa&ntilde;erismo, con el resto de la clase y dem&aacute;s &ldquo;poblaci&oacute;n de acogida&rdquo;. Y sabemos que los modos de conciencia, de identificaci&oacute;n rec&iacute;proca, de incorporaci&oacute;n de un Otro que deja de serlo, dependen del establecimiento de relaciones sociales objetivas. </p> <p> De lo que se sigue que la burgues&iacute;a, sus medios period&iacute;sticos y sus mediadores cient&iacute;ficos deban completar la dicotom&iacute;a inventada exclusi&oacute;n/integraci&oacute;n asoci&aacute;ndola a un marco de &ldquo;reto de interculturalidad&rdquo;, &ldquo;reto a la capacidad de convivencia&rdquo;, etc. As&iacute;, &ldquo;transformando&rdquo; a la integraci&oacute;n concreta que acondiciona -con las exclusiones m&uacute;ltiples que son su asidero y la biga sobre la que esta integraci&oacute;n tiene que sustentarse e impulsarse- en una cuesti&oacute;n de &ldquo;consonancia multi o intercultural&rdquo; (seg&uacute;n versiones), los gestores de migraciones lo tienen f&aacute;cil para desplazar al terreno de la clase obrera &ndash;de &ldquo;su cultura&rdquo;, de su &ldquo;incultura&rdquo;, de su &ldquo;embrutecimiento&rdquo;, de su &ldquo;insolidaridad&rdquo;, etc.- el conjunto de procesos exclusionistas y de aislamiento en que consiste la particular inmersi&oacute;n funcional <i>pre-asignada</i> a la poblaci&oacute;n migrante<sup><a class="sdfootnoteanc" href="#sdfootnote9sym" name="sdfootnote9anc"><sup><u>9</u></sup></a></sup>, con determinados sectores laborales, determinados salarios y determinadas condiciones de trabajo &ldquo;correspondientes&rdquo;.</p> <p> Si tenemos en cuenta lo dicho, el doble juego de la ideolog&iacute;a dominante se desvela claro: la prensa reparte las sesiones informativas, las im&aacute;genes, los art&iacute;culos alternantes en su calendario. A ciertas horas, el men&uacute; se compone de documentales de sensibilizaci&oacute;n, galas &ldquo;por la tolerancia&rdquo;, noticias sobre pa&iacute;ses de origen para el fomento de cierta comprensi&oacute;n y &ldquo;fraternidad&rdquo;, datos intercalados por un constante y machac&oacute;n goteo &ldquo;informativo&rdquo; de asociaciones entre &ldquo;poblaci&oacute;n de origen extranjero&rdquo; y un largo listado de estereotipos negativos, hecho al que ha dado un fuerte giro de tuerca la conversi&oacute;n de ciertos canales televisivos en aut&eacute;nticas &ldquo;p&aacute;ginas de sucesos&rdquo;. A otras horas la priorizaci&oacute;n se invierte moment&aacute;neamente. Con este pendul&eacute;o, se alcanza finalmente cierto equilibrio actitudinal en el proletariado, de signo utilitario &oacute;ptimo para los empleadores de los ide&oacute;logos: </p> <p> La &ldquo;nueva&rdquo; Fuerza de Trabajo &ndash;o &ldquo;vieja&rdquo;; de varias generaciones despu&eacute;s de la llegada- recibe distante compadecimiento, indiferencia, aversi&oacute;n o frontal oposici&oacute;n por parte de amplias capas de su misma clase, con lo que queda sola frente a la regulaci&oacute;n a la baja de sus salarios y sin poder encender redes sociales amplias de resistencia. </p> <p> El miedo, el recelo o por lo menos el desprecio, dependiendo de si el discurso desplegado en torno al grupo es m&aacute;s de demonizaci&oacute;n o m&aacute;s de &ldquo;barbarizaci&oacute;n identitaria&rdquo;, barran la comunicaci&oacute;n y la mera coexistencia f&iacute;sica en el espacio, la frecuentaci&oacute;n com&uacute;n de lugares de reuni&oacute;n, de encuentro en el ocio y la diversi&oacute;n, etc. Ese <i>desencuentro</i> garantiza que ni experiencias y ni lecciones de lucha sean transmitidas desde estos grupos hacia la clase en su conjunto, siendo bloqueadas la toma de consciencia, el aprendizaje t&aacute;ctico, el balance y la discusi&oacute;n entre capas de clase en torno al pasado de consciencia, de enfrentamiento y de reivindicaciones que las capas &ldquo;venidas&rdquo; portan consigo como equipaje.</p> <p> El bloqueo de revulsivo a la toma de conciencia y al arranque de procesos de acci&oacute;n colectiva tiene un funcionamiento bilateral: rota la comunicaci&oacute;n de clase, estas capas no tendr&aacute;n m&aacute;s remedio que agarrarse a un clavo ardiendo y arrimarse a los sindicatos supuestamente &ldquo;fuertes&rdquo;. Quienes, contra-prestando la ganancia de cifras de afiliaci&oacute;n &ndash;porque a los proletarios con m&aacute;s tiempo de experiencia y padecimientos &ldquo;sindicales&rdquo; ya no los cazan-, re-presentar&aacute;n la oposici&oacute;n a la precariedad con desfiles <i>multiculti</i> anuales.</p> <p> Los mismos poderes que inventan la ideolog&iacute;a racista y la inyectan tienen que neutralizar la sobredosificaci&oacute;n peligrosa a la que inercialmente tienden, por medio de ant&iacute;dotos medi&aacute;ticos calculados &ldquo;en su justa medida&rdquo; que impidan una reacci&oacute;n exacerbada del mismo cuerpo social intoxicado. Porque tales espasmos ser&iacute;an obstrucci&oacute;n a una importaci&oacute;n sostenida de Fuerza de Trabajo de que la &ldquo;competitividad&rdquo; econ&oacute;mica nacional o supranacional &ndash;en su pugna con otros Estados y bloques- depende. </p> <p> &ldquo;A pesar de todo&rdquo; &ndash;o, mejor dicho, de modo inextricable justamente a estos mecanismos de signo <i>dual y complementario</i>-, las capas &ldquo;inmigrantes&rdquo; quedan integradas <i>&ldquo;en su lugar&rdquo;</i> material real. Y ese lugar queda blindado y tornado opaco, adem&aacute;s de por aquellos dispositivos ideol&oacute;gicos, tambi&eacute;n y <i>b&aacute;sicamente</i> por mecanismos puramente materiales: </p> <p> Concentraci&oacute;n en el espacio urbano segregada de la poblaci&oacute;n &ldquo;aut&oacute;ctona&rdquo;. </p> <p> Concentraci&oacute;n por trabajos y por funciones laborales, que los relacionan poco con la poblaci&oacute;n &ldquo;aut&oacute;ctona&rdquo;. </p> <p> L&oacute;gica tendencia a ir en busca de las relaciones ya generadas en el trabajo, en el barrio, en el parentesco congregado en espacios urbanos pr&oacute;ximos, cuando se trata del tiempo llamado &ldquo;libre&rdquo;, de modo que desconocimiento mutuo en el seno de la clase y fortificaci&oacute;n de mitos negativos son polos que se alimentan rec&iacute;procamente en el c&iacute;rculo vicioso de la separaci&oacute;n social organizada. </p> <p> En obediencia a ello y por supuesto a la discriminaci&oacute;n por origen tanto en la entrada a espacios de ocio como en el trato recibido, los propios lugares materiales de ocio se distribuyen segregados ya de entrada.</p> <p> Condici&oacute;n especialmente ef&iacute;mera de los contratos &ndash;cuando los hay- y por tanto elevado Indice de frecuencia de movilidad laboral. Este r&eacute;gimen de trabajo constantemente liquida, antes de su inicio mismo, la comunicaci&oacute;n extensa entre compa&ntilde;eros y el planteamiento de an&aacute;lisis com&uacute;nmente asumidos &ndash;esbozos de emergencia de la <i>clase para s&iacute;</i>- sobre la propia condici&oacute;n material compartida &ndash;<i>clase en s&iacute;</i>-, as&iacute; como la apertura correlativa de perspectivas de acci&oacute;n o en la exportaci&oacute;n de esa comunicaci&oacute;n a contextos de encuentro m&aacute;s amplios. </p> <p> Aprendizaje educativo notablemente segregado (distribuci&oacute;n por centros de estudio fuertemente estratificada con arreglo a la Variable dicot&oacute;mica &ldquo;Autocton&iacute;a/foraneidad<sup><a class="sdfootnoteanc" href="#sdfootnote10sym" name="sdfootnote10anc"><sup><u>10</u></sup></a></sup>&rdquo;). Puede parecer a primera vista que esta estratificaci&oacute;n sea la mera transposici&oacute;n &ldquo;obvia&rdquo; de la concentraci&oacute;n en unos barrios concretos en tanto que proceso material: </p> <p> Econ&oacute;mico &ndash;el mercado inmobiliario determinando las zonas de alojamiento; elusi&oacute;n de la confluencia clasista/racista/fundamentalista cultural que, como actitud recibida, vuelve la vida impracticable por atomizada.</p> <p> De sociabilidad &ndash;orientaci&oacute;n del lugar de residencia hacia la reuni&oacute;n de la parentela; recreaci&oacute;n de redes sociales, afinidades idiom&aacute;ticas, pr&aacute;ctica cultual. </p> <p> Pero, observando el proceso m&aacute;s en detalle, se comprende c&oacute;mo el ejercicio pol&iacute;tico acaba de consolidar y re-afirmar esa tendencia que es en gran medida correlato escolar de condiciones materiales distintivas. Pues incluso en aquellos casos formados por centros de ense&ntilde;anza donde hay confluencia de escolarizados, los estudiantes pueden ser sometidos <i>con respaldo normativo</i> a una separaci&oacute;n secundaria &ldquo;interna&rdquo; invoc&aacute;ndose cuestiones de idioma, tr&aacute;nsito intermedio adaptativo, mayor fluidez del aprendizaje en din&aacute;micas grupales &ldquo;culturales&rdquo; y mejor interacci&oacute;n y entendimiento entre los elementos del grupo, etc. En relaci&oacute;n a estas pr&aacute;cticas, es importante puntualizar que, 1&ordm;: la Direcci&oacute;n de un centro concreto y los responsables de su funcionamiento tienen discrecionalidad para llevarlas a cabo previa puesta en marcha de los mecanismos de consenso, de planificaci&oacute;n o de procedimiento que consideren convenientes: juntas de padres, consejos escolares, etc. Y 2&ordm;: nuevas &ldquo;pol&iacute;ticas educativas&rdquo;, como sin ir m&aacute;s lejos la aprobada recientemente en Catalu&ntilde;a a partir de una Propuesta de Ley redactada por la Conselleria d&rsquo; Educaci&oacute;, suponen una aut&eacute;ntica centralizaci&oacute;n pol&iacute;tica de este proceso de reagrupamientos selectivos en el interior del centro: A. Se establece como idea normativa misma y como terap&eacute;utica del &ldquo;fracaso escolar&rdquo; que los centros trabajen en esa l&iacute;nea; B. Se tipifican y regularizan los apoyos, asesoramientos pedag&oacute;gicos y did&aacute;cticos, financiaci&oacute;n de infraestructuras, dotaci&oacute;n de equipamientos, suministro de &ldquo;informaci&oacute;n&rdquo; a profesorado y a padres; C. La discrecionalidad implementadora de la Direcci&oacute;n y la administraci&oacute;n del centro se acaba en el punto donde empieza su &ldquo;disidencia&rdquo; ante estas t&aacute;cticas convertidas en un &ldquo;asunto de poder Ejecutivo&rdquo;, quien ha propuesto, y &ldquo;de poder Legislativo&rdquo;, quien ha aprobado. Ocurre aqu&iacute; como en la iron&iacute;a que Durkheim formulara en relaci&oacute;n a &ldquo;la libertad individual de atenerse o no a la norma social&rdquo;, que se sucede admirablemente y hasta parece real, hasta que la libertad ejercida deja de ser la de atenerse.</p> <p> Esta &ldquo;culturalizaci&oacute;n&rdquo; del &ldquo;estar&rdquo; del alumno a su paso por los aparatos de educaci&oacute;n formal ha sido favorecida <i>contingentemente</i><sup><i><a class="sdfootnoteanc" href="#sdfootnote11sym" name="sdfootnote11anc"><sup><u>11</u></sup></a></i></sup> por la deriva de estos mismos aparatos &ndash;sobre todo en Ense&ntilde;anza Primaria- hacia din&aacute;micas interactivas de trabajo, de entrega de ejercicios, de evaluaci&oacute;n, de &ldquo;delegaci&oacute;n descendente&rdquo; del aprendizaje por transferencias situativas del rol docente &ndash;refuerzo, repaso, transmisi&oacute;n, dudas- hacia determinados elementos del grupo de trabajo en el aula.</p> <p> En otros casos, las &ldquo;deficiencias&rdquo; de inserci&oacute;n debidas a disonancia entre <i>habitus</i> del alumno y car&aacute;cter no universal de contenidos y de procedimientos, son &ldquo;deficiencias&rdquo; que aparecen como el dato bruto &ndash;&ldquo;el Hecho positivo&rdquo;- que torna &ldquo;obvia&rdquo; la &ldquo;necesidad&rdquo; de &ldquo;adaptar la ense&ntilde;anza a la realidad del alumno en lugar de cuadrar al alumno en una ense&ntilde;anza inflexible&rdquo;. Es decir, &ldquo;necesidad&rdquo; de culturizaci&oacute;n que lo cosifica a &eacute;ste en su &ldquo;especificidad&rdquo;, lo invalida progresivamente para el nivel de respuesta &ldquo;normal&rdquo;<sup><a class="sdfootnoteanc" href="#sdfootnote12sym" name="sdfootnote12anc"><sup><u>12</u></sup></a></sup> exigido en niveles posteriores del proceso formativo, y lo ata, por esa l&oacute;gica retro-alimentaria, cada vez m&aacute;s perfectamente al &ldquo;destino social&rdquo; al que fue asociado <i>a priori</i> por su &ldquo;desventaja natural&rdquo; (o d&iacute;gase &ldquo;cultural&rdquo;, poco importa). Toda esta sujeci&oacute;n &ndash;iron&iacute;a del artilugio- en ese aparato con t&eacute;cnicas, procedimientos y contenidos indiscutidos<i> en su generalidad funcional definitoria de la instituci&oacute;n</i>, por pretendidamente &ldquo;imparciales&rdquo;. Y que s&oacute;lo son culturalizados como dispositivo de especificaci&oacute;n, de separaci&oacute;n y as&iacute; de respaldo a la selecci&oacute;n acad&eacute;mica con arreglo a niveles de &ldquo;progresi&oacute;n, rendimientos, capacidades, aptitudes diferenciales, aplicaci&oacute;n metodol&oacute;gica de conocimientos, etc.&rdquo;. </p> <p> <br /> &nbsp;</p> <p> &nbsp;</p> <p> <b>III. Historia, racionalidades pol&iacute;ticas y cambios de paradigma en Antropolog&iacute;a: endogenizaci&oacute;n pol&iacute;tica y democratizaci&oacute;n discursiva en relaci&oacute;n a el Otro </b></p> <p> <br /> &nbsp;</p> <p> Mi texto parte, pues, de una epistemolog&iacute;a concreta: pienso la Antropolog&iacute;a como una actividad definida en funci&oacute;n de unos u otros destinos pol&iacute;ticos. Es decir, las realidades que el poder toma como objetos suyos &ndash;las cualidades de estos objetos pol&iacute;ticos- dan forma a unas u otras antropolog&iacute;as mediante el acto mismo de determinar una u otra racionalidad pol&iacute;tica (determinaci&oacute;n de los medios en consideraci&oacute;n a los fines).</p> <p> As&iacute;, hace un siglo la pol&iacute;tica se conduc&iacute;a con la Antropolog&iacute;a a la conquista y al mantenimiento de un &ldquo;espacio exterior&rdquo;. El colonialismo buscaba justificaci&oacute;n en el supuesto prop&oacute;sito de ofrecer conocimientos &ndash;ciencia y tecnolog&iacute;a- a pueblos incapaces, sin ellas, de explicar fen&oacute;menos y dominar el medio, y que recurrir&iacute;an, para suplirlas, a &ldquo;recursos inefectivos&rdquo; (magia). <i>Ello explica</i> la Antropolog&iacute;a dominante en la &eacute;poca; una Antropolog&iacute;a que habla de una unicidad estructural interna del &ldquo;Ser humano&rdquo;: unos mismos afanes, unos mismos objetivos de la actividad social, cuya realizaci&oacute;n se haya obstaculizada en los &ldquo;pueblos rudos&rdquo; por carencias evolutivas en la generaci&oacute;n de instituciones e instrumental funcionales, pero que s&iacute; poseen los &ldquo;pueblos civilizados&rdquo;.</p> <p> Paralelamente, el ordenamiento del &ldquo;espacio interior&rdquo; corre a cargo de otras ciencias (Psicolog&iacute;a, Sociolog&iacute;a, Estad&iacute;stica, Pedagog&iacute;a, Psiquiatr&iacute;a), si bien participa de ello una rama de la Antropolog&iacute;a que, no casualmente, ha merecido posteriormente escasa consideraci&oacute;n: la Antropolog&iacute;a Criminal.</p> <p> Esta divisi&oacute;n del trabajo cient&iacute;fico no se corresponde con la actual: la actuaci&oacute;n pol&iacute;tica expres&aacute;ndose desde un medio cognitivo antropol&oacute;gico ha venido desplaz&aacute;ndose hacia el interior social durante los &uacute;ltimos treinta a&ntilde;os. Un motivo evidente es que el Otro se ha instalado en este espacio. Otra raz&oacute;n de la incorporaci&oacute;n de la Antropolog&iacute;a a la &ldquo;pol&iacute;tica interior&rdquo; son los cambios de sensibilidad en la valoraci&oacute;n e interpretaci&oacute;n comunes del considerado &ldquo;infame&rdquo; o &ldquo;peligroso&rdquo; o &ldquo;marginal&rdquo;: en este sentido, resulta ahora incre&iacute;ble para franjas extendidas de la ciudadan&iacute;a, que determinados comportamientos sean cuesti&oacute;n de &ldquo;enfermedad&rdquo;, &ldquo;alteraci&oacute;n psicol&oacute;gica&rdquo; o simple &ldquo;falta de educaci&oacute;n&rdquo;. En este reemplazamiento de asignaciones (por otras quiz&aacute;s no menos superficiales), juegan un papel no poco importante unos <i>mass-media</i> que unifican una pluralidad de sentires, causas y motivaciones, en fen&oacute;menos de espect&aacute;culo como &ldquo;Los maltratadores&rdquo;, &ldquo;Los okupas&rdquo;, &ldquo;Las bandas callejeras&rdquo;, &ldquo;El inmigrante&rdquo; o &ldquo;El adolescente&rdquo;. Al destacar factores como &ldquo;la inadaptaci&oacute;n&rdquo;, &ldquo;la crisis de valores&rdquo;, &ldquo;la cultura sexista&rdquo;, &ldquo;la procuraci&oacute;n de sentido e identidad mediante la integraci&oacute;n en una subcultura enfrentada&rdquo; o &ldquo;la escasa salud de la democracia&rdquo;, los medios bombean a la agenda pol&iacute;tica cuestiones cifradas de tal modo que precisan de antrop&oacute;logos para su conocimiento y tratamiento. </p> <p> <br /> &nbsp;</p> <p> Junto a lo que llamo <i>la endogenizaci&oacute;n pol&iacute;tica de la Antropolog&iacute;a</i>, querr&iacute;a destacar otro proceso que resume el cambio dr&aacute;stico de su comportamiento pol&iacute;tico en los &uacute;ltimos treinta a&ntilde;os: llamo, a este proceso, <i>democratizaci&oacute;n del discurso en torno a el Otro</i>. A la luz de este concepto, podemos caracterizar por periodos la pol&iacute;tica que <i>respira y se realiza en forma de Antropolog&iacute;a</i> entre el imperialismo decimon&oacute;nico y la actualidad.</p> <p> Primer periodo: </p> <p> A. Discursos producidos por especialistas (profesionales consagrados al estudio de un &aacute;rea geogr&aacute;fica o incluso un solo &ldquo;pueblo&rdquo;).</p> <p> B. Pretensiones sinceras de conocer para dominar. Prejuicios y determinantes ideol&oacute;gicos que formaban ese conocimiento.</p> <p> C. Consumo cognoscitivo elitista y herm&eacute;tico: burocracia, militares, pol&iacute;ticos. Estado.</p> <p> D. Nivel d&eacute;bil de filtraci&oacute;n y vulgarizaci&oacute;n discursiva.</p> <p> E. Producci&oacute;n <i>in situ</i> del conocimiento: etnograf&iacute;a.</p> <p> <br /> &nbsp;</p> <p> Segundo periodo:</p> <p> A. Discursos producidos por &ldquo;expertos&rdquo; (su aparici&oacute;n en los medios en tanto que tales les inviste de autoridad): profesionales de los medios, con habilidad dial&eacute;ctica en el uso de materiales no producidos por ellos, y period&iacute;sticos en su mayor&iacute;a.</p> <p> B. Dualizaci&oacute;n: representaciones con funci&oacute;n puramente ideol&oacute;gica, paralelas y complementarias a estudios econ&oacute;micos y geo-estrat&eacute;gicos realizados por servicios de inteligencia, asesores estatales, etc.</p> <p> C. Dualizaci&oacute;n en su consumo: ideolog&iacute;a para las masas y par&aacute;metros orientativos de la estrategia pol&iacute;tica para el Capital (inversiones, desplazamiento de Fuerzas Productivas) y el Estado (tratados mercantiles, acci&oacute;n b&eacute;lica, formaci&oacute;n poblacional habilitadora de su inclusi&oacute;n en ciertas fases de los procesos productivos).</p> <p> D. No es que el nivel de filtraci&oacute;n sea elevado, sino que el objetivo de parte de esta producci&oacute;n es el consumo de masas. </p> <p> E. Producci&oacute;n cognoscitiva a distancia de la situaci&oacute;n de origen, e <i>in situ</i> cuando se estudian las presencias de el Otro aqu&iacute;, marcada por la imagen que se tiene de tal situaci&oacute;n en el medio de origen.</p> <p> &nbsp;</p> <p> Si ha podido transformarse a el Otro en un asunto de masas, que opinan sobre &eacute;l, consumen su exposici&oacute;n medi&aacute;tica, desean distanciarlo, salvarle, ayudarle, desarrollarle, democratizarle, aprender de &eacute;l, hacer lo que &eacute;l hace, etc. (esa peculiar democratizaci&oacute;n a la que hemos aludido), es gracias, obviamente, al desarrollo de los canales (audiovisuales, masificaci&oacute;n de la prensa y la literatura, montaje de exposiciones) transmisores de espect&aacute;culo. El espect&aacute;culo procura dotarse de su propio medio de expresi&oacute;n, que, siendo condici&oacute;n de posibilidad, no <i>explica</i> nada de esta democratizaci&oacute;n. Por tanto, no es en la esfera del consumo de masas donde hay que buscar las ra&iacute;ces de esta inflaci&oacute;n de espect&aacute;culo &ndash;como si ella partiera de una autonom&iacute;a medi&aacute;tica &aacute;vida de satisfacer cierta &ldquo;iconofagia&rdquo; voraz y generalizada, o diestra en reproducir al nivel de la ideolog&iacute;a la vieja ley de Say seg&uacute;n la que (parafrase&aacute;ndola) <i>con su oferta, movilizaci&oacute;n y puesta en circulaci&oacute;n de imagen las industrias del audio-visual y period&iacute;stica estar&iacute;an produciendo su propia demanda integral</i>. </p> <p> M&aacute;s bien hay que detectar una avidez extra-period&iacute;stica en entretener, distraer, moralizar con el ejemplo que habr&iacute;a de ser aportado por la reconstrucci&oacute;n y recontextualizaci&oacute;n de la existencia distante de el Otro; o &aacute;vida de mostrar al espectador cu&aacute;nto &ldquo;estoicismo&rdquo; y &ldquo;sonrisas a la vida&rdquo; habr&iacute;a en su padecimiento de pobreza contra el &ldquo;malsano inconformismo&rdquo; y las &ldquo;insatisfacciones eternas&rdquo; de &ldquo;el occidental&rdquo;; o, profundizando en esa misma l&oacute;gica, una avidez burguesa en, primero, mostrar y categorizar como &ldquo;pobreza&rdquo; a esos modos de vida que parecen serles gratos y relativamente plenos a aquellos sujetos sociales. Con lo que acto seguido remata la operaci&oacute;n ideol&oacute;gica por medio de un curioso giro: habiendo asimilado a la satisfacci&oacute;n vital de esa alteridad mostrada con &ldquo;satisfacci&oacute;n en la pobreza&rdquo;, le es f&aacute;cil remitir la pobreza al terreno de la pura experiencia y sensaci&oacute;n subjetivas<sup><a class="sdfootnoteanc" href="#sdfootnote13sym" name="sdfootnote13anc"><sup><u>13</u></sup></a></sup>. O lo que es lo mismo, negar su existencia material y relativizar su existencia a &ldquo;la riqueza o pobreza interior o espiritual&rdquo;, que habr&iacute;a de ser nuestro Problema remitido a nuestras propias culpas, afanes e insensibilidad para &ldquo;valorar lo que tenemos&rdquo;&hellip; Cito en el pr&oacute;ximo punto del art&iacute;culo esos y otros usos pol&iacute;tico-ideol&oacute;gicos de la imagen.</p> <p> <br /> &nbsp;</p> <p> <br /> &nbsp;</p> <p> <b>IV.</b><b> La &ldquo;puesta en discurso&rdquo; y el consumo de el Otro vistos como ideolog&iacute;a y como incentivaci&oacute;n de la cooperaci&oacute;n ciudadana en su &ldquo;puesta en econom&iacute;a&rdquo;</b></p> <p> <br /> &nbsp;</p> <p> Si la Antropolog&iacute;a es el saber que &ndash;directamente- habla, escribe, filma y organiza muestras, o &ndash;indirectamente- asesora, desde su protagonismo presencial en esos canales, las causas de este proceso se instalan en las rentabilidades pol&iacute;ticas del mismo:</p> <p> A. Son difundidas una serie de im&aacute;genes que contienen cada una su particular lecci&oacute;n edificante para el espectador: el Otro feliz &ldquo;a pesar de su pobreza&rdquo;, el Otro violento, el Otro austero y esclavo de su &ldquo;subdesarrollo&rdquo;, el Otro sabio en su relaci&oacute;n con el medio y v&iacute;ctima de los destrozos ocasionados por la voracidad del &ldquo;Hombre occidental&rdquo; (se presentan aqu&iacute; como verdugos los sujetos en realidad atrapados ellos mismos en un sistema econ&oacute;mico causante de tales estragos, que queda as&iacute; libre de cuestionamiento), etc.</p> <p> B. Se pone en funcionamiento a el Otro en tanto que v&aacute;lvula de escape a una &ldquo;insatisfacci&oacute;n existencial&rdquo;, modo <i>intuitivo</i> concreto en que se expresa la relaci&oacute;n entre el sujeto y lo inhumano de su &ldquo;vida&rdquo;, cuando &eacute;ste <i>no reconoce conscientemente </i>cu&aacute;les son sus carencias ni el por qu&eacute; de ellas. Es entonces cuando el Otro encarna una posibilidad de escapar &ndash;viajando, reinstal&aacute;ndose o por apropiaci&oacute;n mediante el consumo de fragmentos de su cultura-, que se traduce en un <i>boom</i> del inter&eacute;s en sus modos, sobre todo en lo que se refiere a un uso de estos en una empresa de encontrar sentido a la propia existencia.</p> <p> C. La pedagog&iacute;a de masas como dispositivo de control, al haberse pasado de una sociedad donde la parte buena disciplinaba al proletariado &ndash;nuevo sujeto salvaje que aparece en las ciudades-, a una sociedad donde todos participan del control cuando les es suministrado un chivo expiatorio y se induce la presi&oacute;n social sobre el diferente. El poder es legitimado en su supuesta funci&oacute;n protectora, mientras la contraposici&oacute;n con el Otro sirve para distraer la atenci&oacute;n de un contexto en la econom&iacute;a que se manifiesta en la aceleraci&oacute;n del deterioro cualitativo de la vida.</p> <p> D. El tr&aacute;nsito de una operaci&oacute;n de &ldquo;civilizar&rdquo; otros pueblos mediante la exportaci&oacute;n de ciencia para que, con &ldquo;conocimiento&rdquo; &ndash;una vez descalificados o menospreciados sus propios modos de conocer-, estas gentes reemplazaran sus mecanismos de adaptaci&oacute;n al medio y de estructuraci&oacute;n de la vida social, a una nueva pol&iacute;tica basada en la exportaci&oacute;n de &ldquo;recursos para el desarrollo&rdquo; (alfabetizaci&oacute;n). Este otro modo de intervenci&oacute;n en la vida de el Otro exige poner a las masas al corriente de estas &ldquo;necesidades de desarrollo&rdquo;, a efectos de lograr su indispensable compromiso (voluntariado, financiaci&oacute;n de ONGs, opini&oacute;n favorable a esta empresa). El trasfondo de esta modificaci&oacute;n es el paso de una Divisi&oacute;n del Trabajo Social en sectores geogr&aacute;ficos extractivos y sectores de producci&oacute;n (en un marco de concentraci&oacute;n territorial de todo el proceso productivo), a una Divisi&oacute;n del Trabajo Social en innumerables etapas que se reparten por todo el Planeta y cuya territorializaci&oacute;n es m&oacute;vil, de modo que exige FT provista de cierta versatilidad.</p> <p> &nbsp;</p> <p> <b>V. Premisas ideol&oacute;gicas dominantes en Antropolog&iacute;a vistas como directrices de trabajo ajustadas a los productos encargados: la producci&oacute;n universitaria de antrop&oacute;logos</b></p> <p> <br /> &nbsp;</p> <p> Quienes despliegan la pol&iacute;tica mediante el ejercicio de Antropolog&iacute;a son, qu&eacute; duda cabe, los antrop&oacute;logos &ndash;entre otros, como los periodistas y los &ldquo;expertos&rdquo; que toman esta antropolog&iacute;a prestada. Las clases de Antropolog&iacute;a en las universidades, como momentos fundamentales en el proceso de producci&oacute;n de estos productores de realidad, suministran unos elementos formativos de un modo u otro conectados con el abanico de papeles destinados al antrop&oacute;logo en la pol&iacute;tica que lo contendr&aacute;. Sin ignorar que unas u otras universidades, unos u otros docentes, priman unos elementos mientras omiten o denuncian otros, mi intenci&oacute;n de fondo es la de desarrollar una cr&iacute;tica de estas falacias constitutivas del antrop&oacute;logo como particular sujeto de conocimiento, pero me conformo en este art&iacute;culo con enumerarlas:</p> <ol> <li> <p> La Antropolog&iacute;a entendida como una narraci&oacute;n del mundo interior de los sujetos.</p> </li> <li> <p> La sentencia de que no puede jerarquizarse entre culturas (recurso ideal para dar una imagen de veracidad usando el sentido com&uacute;n &ndash;el nihilismo ha avanzado de manera que ya nada parece mejor que cualquier otra cosa). En realidad, lo que se logra con esta premisa es no comparar abiertamente el valor de unas u otras dimensiones de culturas distintas, salvando as&iacute; a un substrato cultural com&uacute;n a &ldquo;occidente&rdquo; que llevar&iacute;a las de perder.</p> </li> <li> <p> Valoraci&oacute;n de la desimplicaci&oacute;n afectiva como condici&oacute;n epistemol&oacute;gica.</p> </li> <li> <p> Identificaci&oacute;n de la objetividad con la ausencia de cr&iacute;tica.</p> </li> <li> <p> Confusi&oacute;n entre el hecho de que la interpretaci&oacute;n externa no d&eacute; cuenta de la producci&oacute;n aut&oacute;ctona de representaciones, y la suposici&oacute;n de imposibilidad explicativa de esas representaciones.</p> </li> <li> <p> Estudio de los sujetos partiendo de las categor&iacute;as en que se hayan cosificados (en parte ideol&oacute;gicas, en parte reales &ndash;producto del uso de disciplinas-), en lugar de proceder a la deconstrucci&oacute;n de esas categor&iacute;as. </p> </li> <li> <p> Oscilaci&oacute;n entre el idealismo cultural y el mecanicismo cultural adaptativo.</p> </li> <li> <p> Alienaci&oacute;n teor&iacute;a-pr&aacute;ctica: representaci&oacute;n de la teor&iacute;a como algo que no puede practicarse e identificaci&oacute;n de la pr&aacute;ctica demandada pol&iacute;ticamente con &ldquo;lo posible&rdquo;.</p> </li> <li> <p> Omisi&oacute;n de la multiplicidad de ideolog&iacute;as en otras sociedades y unificaci&oacute;n, en &ldquo;la Cultura&rdquo;, de ese pluralismo de fuerzas contrapuestas.</p> </li> <li> <p> Fomento del miedo a interpretar y a valorar la actividad social y las realidades culturales.</p> </li> </ol> <p> &nbsp;</p> <p> &nbsp;</p> <p> <b>VI. En conclusi&oacute;n</b></p> <p> &nbsp;</p> <p> Re-presentar, falsificar y distorsionar no est&aacute;n autom&aacute;ticamente en funci&oacute;n de la posici&oacute;n material, en sociedad, del hablante, o de su procedencia de clase. Tampoco se derivan inextricablemente a su &ldquo;exterioridad cultural&rdquo; o a su &ldquo;especializaci&oacute;n profesional&rdquo; fuera de la centralidad existencial del sujeto de estudio y las ocupaciones cotidianas a que el &uacute;ltimo se dedica. Nos corresponde a nosotros mismos insubordinarnos al silencio que imponen estas falsas asociaciones con su estruendo de pensamiento &uacute;nico &ldquo;actual y de nuevas antropolog&iacute;as&rdquo;. No existe tal correlaci&oacute;n esencial, contra lo que asegura una curiosa trasplantaci&oacute;n, al debate antropol&oacute;gico, del prejuicio obrerista respecto del factor &ldquo;clase de pertenencia&rdquo; y del dogma materialista mecanicista en relaci&oacute;n a &ldquo;la toma de conciencia o apresamiento en la mistificaci&oacute;n seg&uacute;n lugar econ&oacute;mico&rdquo;. Llega a la Antropolog&iacute;a precisamente de la mano de esos postmodernismos de la &ldquo;evocaci&oacute;n&rdquo; mec&aacute;nica del hecho referido, para quienes el investigador te&oacute;rico est&aacute;, ya desde el inicio de su proceso etnogr&aacute;fico, configurando un &ldquo;simulacro&rdquo; del grupo de estudio. Este simulacro no se restringir&iacute;a jam&aacute;s al plano de lo textual &ndash;de la &ldquo;falsa recogida&rdquo; o la &ldquo;falsa captaci&oacute;n&rdquo;-, sino que, a trav&eacute;s del &ldquo;intercambio simb&oacute;lico&rdquo;, de la comunicaci&oacute;n, de la actitud del etn&oacute;grafo y de su relaci&oacute;n &ldquo;de campo&rdquo;, le ser&iacute;a reportado al grupo de estudio. Con ello, el &ldquo;especialista&rdquo; productor de simulacro estar&iacute;a reemplazando <i>realmente</i> a la realidad grupal etnografiada, antes del inicio de un ejercicio de auto-subjetivaci&oacute;n consciente por parte de la &uacute;ltima. Al leer y o&iacute;r por doquier las incontables huellas que deja este <i>pseudo</i>baudrillardianismo &ndash;subrayo <i>pseudo</i>-, no puedo m&aacute;s que sonre&iacute;rme pensando en que, al grupo de estudio, ese supuesto &ldquo;simulacro&rdquo; puede estar import&aacute;ndole &ldquo;un pimiento&rdquo;. Esta actitud &uacute;ltima, en caso de haber realizado aquella &ldquo;auto-subjetivaci&oacute;n consciente&rdquo; en t&eacute;rminos de una <i>identidad</i> de fondo con el antrop&oacute;logo y de una clarificaci&oacute;n compartida por ambos en lo que se refiere a problematizar, tanto las relaciones de clases, como los usos neo-culturalistas que trabajan por la reproducci&oacute;n de &eacute;stas. &iquest;A qui&eacute;n interesa entonces el postulado de cierto postmodernismo antropol&oacute;gico seg&uacute;n el que, trascender las funciones de &ldquo;retratar la vida intersubjetiva&rdquo;, &ldquo;contar la experiencia propia y/o la del sujeto de estudio&rdquo; y &ldquo;ser catalizador discursivo&rdquo; de la auto-emergencia, auto-constituci&oacute;n, auto-afirmaci&oacute;n de la identidad fenom&eacute;nica, &ldquo;comunalizaci&oacute;n de la auto-experiencia de cada sujeto como ejercicio productivo de grupo&rdquo;&hellip;, ser&iacute;a en s&iacute; deportar a la etnograf&iacute;a a una relaci&oacute;n de &ldquo;exterioridad&rdquo; con el sujeto de estudio?.</p> <p> Quiz&aacute;s el modo m&aacute;s sofisticado y prepotente de re-presentar sea hoy aqu&eacute;l que, arrop&aacute;ndose suntuosa y fr&iacute;volamente en anunciar &ldquo;el fin de la verdad m&aacute;s all&aacute; de dar cuenta etnogr&aacute;ficamente de las subjetividades, su inquietud, y sus intentos y movimientos auto-afirmativos (pr&aacute;ctica) y de auto-postulaci&oacute;n (voz)&rdquo;, prescribe <i>la reproducci&oacute;n mec&aacute;nica</i>, a nivel de la Antropolog&iacute;a y sus materiales, de la realidad <i>fenom&eacute;nica</i>. Esto es, la <i>re-transmisi&oacute;n</i><sup><i><a class="sdfootnoteanc" href="#sdfootnote14sym" name="sdfootnote14anc"><sup><u>14</u></sup></a></i></sup> textual del auto-pensarse, por parte de los sujetos de estudio, nada m&aacute;s que como identidades &ldquo;particulares&rdquo; en permanente auto-b&uacute;squeda y b&uacute;squeda de &ldquo;su lugar bajo el sol&rdquo;; de su &ldquo;zona intersticial&rdquo; para el libre desarrollo sea en el espacio f&iacute;sico o en el social (por decirlo a la postmoderna). Revelaciones fenom&eacute;nicas, caracterizaciones, a las que el postmodernismo llamado &ldquo;dial&oacute;gico&rdquo; sue&ntilde;a en un paroxismo inflacionista de circulaci&oacute;n opulenta y de generaci&oacute;n y aleaci&oacute;n multiplicadoras, a salvo del alcance de una garra pol&iacute;tica que imagina asfixiante, desoxigenante, reductiva. </p> <p> Y a las que, sin embargo, para el orden es prioritario aislar <i>en</i> su realidad m&uacute;ltiple y sus luchas de reconocimiento, de integraci&oacute;n diferencial, de &ldquo;disentimiento&rdquo;, por buscar &ldquo;sus propios&rdquo; no-lugares y puntos y aparte sociales. Cada una atada a la consecuci&oacute;n de su Yo ideal o normativo, o a su auto-pr&aacute;ctica, y todas de vidas transcurriendo por igual sin interseccionarse en el cruce radicalmente cr&iacute;tico de su Ser com&uacute;n de clase.</p> <p> Mientras la propia decadencia capitalista alimenta la delimitaci&oacute;n &ldquo;estrat&eacute;gico-adaptativa&rdquo; de pr&aacute;cticas, y de planteamientos y comportamientos subjetivos <i>dentro de</i> unos u otros &aacute;mbitos mismos de socialidad no-instrumental, el poder vive de una tendencia social a la hu&iacute;da hacia adelante en b&uacute;squeda desesperada de un estado paradis&iacute;aco de la diferenciaci&oacute;n &ndash;Mito salv&iacute;fico de la diferencia en cuyo calor y amparo el grupo social podr&iacute;a descansar intocado por el desastre y la precariedad existencial generalizados-; porque el Mito de la salida, de la salvaci&oacute;n, de la escapada, de la micro-construcci&oacute;n de &ldquo;comunidad&rdquo; que rehace &ldquo;la vida&rdquo; en el subterfugio, es una portentosa ideolog&iacute;a de desgaste del propio grupo, de consumo de sus energ&iacute;as y en fin una apolog&iacute;a indirecta de un capitalismo que as&iacute; reaparece ilusoriamente como si fuera un sistema que pese a todo no es totalitario; que pese a todo dejar&iacute;a vivir sin afectar necesariamente la Totalidad de lo social y consumir en &uacute;ltima instancia todo rasgo de vida aflorada que se plantee su preservaci&oacute;n en blindaje. Es por eso que todo planteamiento de &ldquo;micro-alternativa&rdquo;, si no se deshace, con el propio aprendizaje pr&aacute;ctico y pol&iacute;tico, de esos postulados de partida y avanza hacia la unidad de acci&oacute;n superando las delimitaciones de capa, origen, desempleo, generaci&oacute;n, condici&oacute;n de &ldquo;sin techo&rdquo;&hellip; <i>en cuanto a la perspectiva enmarcadora y rectora de la pr&aacute;ctica (aunque conservando en cada caso las luchas en torno a aquello que selectivamente las afecta a una u otra)</i>, acaba tarde o temprano rompiendo con una armon&iacute;a que no resiste las condiciones econ&oacute;micas generales que llevan a la tensi&oacute;n, y ante cuya fuerza acaba cediendo el dique de la ideolog&iacute;a. El &ldquo;buen rollo&rdquo; acaba por transformarse en pantomima, los referentes de proyecto se disuelven cediendo paso a prioridades m&aacute;s inmediatas y que los sujetos viven como &ldquo;de resoluci&oacute;n individual&rdquo; acuciante, y de esto, la clase dominante sabe: de que la &ldquo;entrop&iacute;a negativa&rdquo; es cuesti&oacute;n de tiempo all&iacute; donde creyeron que pod&iacute;an alzarse por encima del &ldquo;s&aacute;lvese quien pueda&rdquo; que impera en la sociedad capitalista, sin destruir sus bases generales de funcionamiento y sencillamente coexistiendo con &eacute;l pero &ldquo;en el piso de al lado&rdquo;. Por eso deja hacer mientras con sus profesionales a sueldo se dedica a saber de demandas y de potencialidades, preventivamente a desbordes. Y es que, en definitiva, ese proceso, aparentemente corrupto en su transcurso mismo &ndash;corrupci&oacute;n que viene a ser lamentada, en su momento de explicitud, por todo el arco de analistas e int&eacute;rpretes que no ven m&aacute;s que hechos, sean hechos &ldquo;objetivos&rdquo; o los &ldquo;subjetivos&rdquo; tan al gusto de los postmodernos-, en realidad es un proceso cuyo sentido ha permanecido invariante, y no ha hecho m&aacute;s que revelar su latencia con lo que es su pr&aacute;ctica social. La inversi&oacute;n <i>manifiesta</i> ser&aacute; atribu&iacute;da a factores psicol&oacute;gicos, psicosociales o Morales nihilistas (&ldquo;El ser humano no tiene arreglo&rdquo;, y discursos por el estilo), pero el hecho de que el desenlace presenta una regularidad de ocurrencia en un mismo marco de realidad material, nos hace pensar en la noci&oacute;n durkheimiana de Hecho social<sup><a class="sdfootnoteanc" href="#sdfootnote15sym" name="sdfootnote15anc"><sup><u>15</u></sup></a></sup>. </p> <p> <br /> &nbsp;</p> <p> <br /> &nbsp;</p> <p> &nbsp;</p> <p> <br /> &nbsp;</p> <p> <br /> &nbsp;</p> <p> <br /> &nbsp;</p> <p> &nbsp;</p> <p lang="en-US"> &nbsp;</p> <p lang="en-US"> &nbsp;</p> <p lang="en-US"> &nbsp;</p> <p lang="en-US"> <br /> &nbsp;</p> <p lang="en-US"> &nbsp;</p> <p lang="en-US"> <br /> &nbsp;</p> <p lang="en-US"> &nbsp;</p> <p lang="en-US"> <br /> &nbsp;</p> <p lang="en-US"> &nbsp;</p> <p lang="en-US"> &nbsp;</p> <p> &nbsp;</p> <p lang="en-US"> &nbsp;</p> <div id="sdfootnote1"> <p class="sdfootnote"> <a class="sdfootnotesym" href="#sdfootnote1anc" name="sdfootnote1sym"><u>1</u></a> Sociedad que antes quedaba fuera de su per&iacute;metro y m&aacute;s o menos impermeable a &eacute;ste, salvo por el cruce de alguna que otra cr&oacute;nica y por la imaginaci&oacute;n que le proyectaba a aquel exotismo.</p> </div> <div id="sdfootnote2"> <p class="sdfootnote"> <a class="sdfootnotesym" href="#sdfootnote2anc" name="sdfootnote2sym"><u>2</u></a> &ldquo;A prosperar, a aproximarse a una sociedad de mayores oportunidades, a elegir a voluntad el lugar de vida, a &lt;&lt;ver mundo&gt;&gt;, a &lt;&lt;una existencia n&oacute;mada&gt;&gt;, etc.&rdquo;.</p> </div> <div id="sdfootnote3"> <p class="sdfootnote"> <a class="sdfootnotesym" href="#sdfootnote3anc" name="sdfootnote3sym"><u>3</u></a> Como analistas &ndash;y ya como sujetos sociales- debemos manifestar insumisi&oacute;n a ese &ldquo;juego&rdquo; perverso que nos chantajea a &ldquo;posicionarnos&rdquo; y definir nuestro punto de partida epistemol&oacute;gico desde la dicotom&iacute;a &ldquo;a favor/en contra&rdquo;; asumir esa base de pensamiento es ponerse uno a deslizarse sobre la superficie fantasmag&oacute;rica que las interpretaciones morales de los acontecimientos son en relaci&oacute;n al conocimiento radical de estos. Los actuales procesos migratorios, ni son un &ldquo;mal contra el que erigir leyes y actitudes de rechazo&rdquo; (fascistas, populistas, conservadores), ni en su profundidad &ldquo;un derecho que celebrar&rdquo; (determinado liberalismo, socialdemocracia, determinado izquierdismo), <i>sino un s&iacute;ntoma de alta informatividad</i>. Un indicador excelente de la contraposici&oacute;n <i>esencial</i> entre capitalismo y subsistencia, y que nos revela la verdad tendencial de nuestros propios supuestos &ldquo;oasis de Bienestar y acogida&rdquo;. Al rev&eacute;s de la prospectiva marxiana respecto de que los pa&iacute;ses llamados &ldquo;centrales&rdquo; ser&iacute;an el espejo donde el resto podr&iacute;a contemplar reflejado su propio futuro, la verdad es que, aquello que la ideolog&iacute;a dominante llama &ldquo;subdesarrollo&rdquo;, marca <i>bajo el capitalismo </i>el sentido real y &uacute;nico posible del desarrollo socio-econ&oacute;mico planetario, incluido el del conjunto territorial &ldquo;desarrollado&rdquo;. </p> </div> <div id="sdfootnote4"> <p class="sdfootnote"> <a class="sdfootnotesym" href="#sdfootnote4anc" name="sdfootnote4sym"><u>4</u></a> Cuya importancia queda por lo dem&aacute;s muy desplazada en un mundo de ubicuidades instant&aacute;neas e intercambiabilidad a la carta del estar.</p> </div> <div id="sdfootnote5"> <p class="sdfootnote"> <a class="sdfootnotesym" href="#sdfootnote5anc" name="sdfootnote5sym"><u>5</u></a> El subrayado se debe a que justamente &eacute;sta me parece la cuesti&oacute;n nuclear a fin de romper la ideolog&iacute;a que se monta tomando a los procesos migratorios como resorte: no es solamente que las migraciones nada tengan que ver con una inclinaci&oacute;n a lo &ldquo;cualitativo-mejor&rdquo; o &ldquo;cualitativo-menos malo&rdquo;, <i>sino que es todo lo contrario: a pesar de</i> que el plano de lo cualitativo est&aacute; del lado de la existencia que se abandona, la Dictadura de la cantidad que la producci&oacute;n capitalista es, determina a la mayor parte del Planeta en unas cantidades insuficientes para esa <i>base</i> de lo dem&aacute;s &ndash;de lo cualitativo vital, de lo realmente importante- que es la subsistencia y la auto-reproducci&oacute;n. Insuficiencia <i>cuantitativa</i> que, claro, no viene dada por la escasez de producto, sino, al contrario, por su sobreproducci&oacute;n, <i>a escala de humanidad</i>, contradictoria a un abastecimiento humano alienado en la propiedad <i>privada</i>.</p> </div> <div id="sdfootnote6"> <p class="sdfootnote"> <a class="sdfootnotesym" href="#sdfootnote6anc" name="sdfootnote6sym"><u>6</u></a> Pero, por encima de la comedia y de la dramatizaci&oacute;n, la burgues&iacute;a sabe cu&aacute;l es el verdadero peligro; y por ello bombardear&aacute; a los dos polos en disonancia con un discurso cruzado a fin de impedir su encuentro en la consciencia y su conjunci&oacute;n en la pr&aacute;ctica. Al resto de la clase, la bombardear&aacute; sermone&aacute;ndole que las capas en acci&oacute;n son <i>racaille</i>, gamberros, ociosos, incivilizados &ldquo;atrasados&rdquo; e inc&iacute;vicos &ldquo;subdesarrollados&rdquo;, resentidos de la prosperidad ajena que ellos no saben ganarse, incrementar&aacute; las dosis de racismo que acostumbra a inyectar&hellip; Y alternar&aacute; esas ideolog&iacute;as de estigmatizaci&oacute;n, con ideolog&iacute;as aparentemente &ldquo;opuestas&rdquo; de victimizaci&oacute;n, de alerta sobre los descuidos asistenciales y urban&iacute;sticos, de alerta sobre la abstinencia &ldquo;p&uacute;blica&rdquo; en el despliegue de un entramado de &ldquo;educaci&oacute;n y cultura&rdquo; para esos j&oacute;venes &ldquo;en el vac&iacute;o&rdquo;, etc. En definitiva, ante la clase, la burgues&iacute;a definir&aacute; a las capas en acci&oacute;n ante todo como <i>exterioridad</i> y como <i>particularidad separada</i>. Al tiempo, ante esas capas, subrayar&aacute; los efectos ideol&oacute;gicos que ella misma produce, para decirles &ndash;vehicul&aacute;ndose a trav&eacute;s de cierto postmodernismo intelectual &ldquo;participativo&rdquo; en asambleas y en situaciones de acci&oacute;n colectiva, productor de etnograf&iacute;a dial&oacute;gica&hellip;- que nada pueden esperar de una clase obrera corrupta de racismo y &ldquo;aburguesamiento&rdquo;, ajena a ellos tanto subjetivamente como por sus condiciones tan distintas de existencia material&hellip; La ideolog&iacute;a burguesa est&aacute;, as&iacute;, produciendo actitudes y din&aacute;micas reales a imagen y semejanza de la falsificaci&oacute;n que porta en s&iacute;, hasta consumar el divorcio entre esas categor&iacute;as sociales inventadas pero colonizadoras reales &ndash;cosificadoras- de los comportamientos de clase.</p> </div> <div id="sdfootnote7"> <p class="sdfootnote"> <a class="sdfootnotesym" href="#sdfootnote7anc" name="sdfootnote7sym"><u>7</u></a> As&iacute;, puede el Estado auto-presentarse como entidad digna de confianza, preparada para corregir esas &ldquo;problem&aacute;ticas&rdquo; y carencias sociales que &eacute;l mismo ha definido como d&eacute;ficits de encaje intercultural, a base de proyectos, de pol&iacute;ticas socio-culturales, de fomento de &ldquo;la tolerancia&rdquo;, de campa&ntilde;as &ldquo;por el respeto&rdquo;, de animaci&oacute;n de barrios, de festivales y teatrillos folkl&oacute;ricos varios, de penalizaci&oacute;n del lenguaje pol&iacute;ticamente incorrecto (porque lo importante parece no ser aquello que ocurre realmente, sino el hecho de no reflejar en el lenguaje las discriminaciones reales).</p> </div> <div id="sdfootnote8"> <p class="sdfootnote"> <a class="sdfootnotesym" href="#sdfootnote8anc" name="sdfootnote8sym"><u>8</u></a> Anomia por impracticabilidad del universo normativo de origen y disfuncionalidad o no-lugar, en el contexto grupal concreto, del &ldquo;nuevo&rdquo; universo normativo dominante; desarraigo y ruptura de solidaridades pr&aacute;cticas que vinculaban al grupo de parentesco en los lugares de procedencia, grupo que ha resultado fragmentado durante el proceso migratorio y la dispersi&oacute;n parenteral de asentamiento; desempleo; fenotipo, dicci&oacute;n, est&eacute;tica, como marcadores de estereotipos negativos; d&eacute;ficits en el espacio de cohabitaci&oacute;n, o insuficiencias de espacio mismo; etc.</p> </div> <div id="sdfootnote9"> <p class="sdfootnote"> <a class="sdfootnotesym" href="#sdfootnote9anc" name="sdfootnote9sym"><u>9</u></a> Efectivamente: sus condiciones de contrato, el car&aacute;cter mismo de sus trabajos&hellip;, no es algo en lo que esta capa del proletariado ingrese <i>a posteriori</i> dadas unas circunstancias econ&oacute;micas no preparadas, no aptas para &ldquo;tanta mano de obra&rdquo;, que no pueden ofrecerles nada m&aacute;s que eso a las alturas de su llegada&hellip;; sino que, en cambio, es el c&aacute;lculo y la planificaci&oacute;n al nivel de la Econom&iacute;a Pol&iacute;tica aquello que precede y que subyace a su admisi&oacute;n jur&iacute;dica selectiva y categorizaci&oacute;n misma como &ldquo;inmigrantes&rdquo;.</p> </div> <div id="sdfootnote10"> <p class="sdfootnote"> <a class="sdfootnotesym" href="#sdfootnote10anc" name="sdfootnote10sym"><u>10</u></a> Pesando a esos efectos distributivos, la cosificaci&oacute;n de &ldquo;for&aacute;neos&rdquo; no importa cu&aacute;ntas generaciones <i>para el caso del proletariado lumpenizado o no</i> (podr&iacute;a referirme a Francia como ejemplo paradigm&aacute;tico del fen&oacute;meno), aunque es cierto que esta cosificaci&oacute;n, <i>en lo que se refiere a sus efectos de segregaci&oacute;n en la escolaridad</i>, se relaja sensiblemente para el caso de las capas medias y se disipa para el caso de la burgues&iacute;a. Pienso en los descendientes &ndash;inmediatos o no- de personas con cargos gubernamentales, en la burocracia, en la oficial&iacute;a militar&hellip;, de pa&iacute;ses africanos, quienes buscaron &ldquo;exilio&rdquo; o amparo en Francia durante la &ldquo;descolonizaci&oacute;n&rdquo; o tras golpes de Estado, cambios de gobierno, liquidaci&oacute;n de antiguos aparatos, etc. La realidad escolar o universitaria de estas personas descendientes de &ldquo;viejas &eacute;lites&rdquo; desbancadas s&iacute; se corresponde representativamente con su condici&oacute;n material de clase, sent&aacute;ndose junto a &ldquo;franceses a&ntilde;ejos&rdquo; en aulas de <i>masters</i>, universidades y <i>Ecoles</i> de prestigio.</p> </div> <div id="sdfootnote11"> <p class="sdfootnote"> <a class="sdfootnotesym" href="#sdfootnote11anc" name="sdfootnote11sym"><u>11</u></a> Pues estos dos procesos no obedecen a una racionalidad pol&iacute;tica com&uacute;n que los hubiera puesto en interacci&oacute;n, sino que han entrado en relaci&oacute;n debido a su coexistencia temporal y contextual. Es decir, el proceso de activaci&oacute;n funcional del escolarizado &ndash;a imagen de procedimientos industriales como los m&eacute;todos Volvo y Toyota-, obedece a una racionalidad tercera de versatilizar la Fuerza de Trabajo y habilitar adaptativamente al futuro trabajador a un mundo de elevada temporalidad laboral y que por tanto se rige por un tejido de trabajo que demanda &ldquo;aprender cosas nuevas, tener iniciativa de b&uacute;squeda&rdquo;, la autogesti&oacute;n y autodirecci&oacute;n relativas de tareas, etc. Pero otra cosa es que estas transformaciones pedag&oacute;gicas y did&aacute;cticas &ndash;de planteamiento y aplicaci&oacute;n- est&aacute;n efectivamente facilitando y extensificando la culturalizaci&oacute;n de la escolaridad por las propias tendencias internas a las din&aacute;micas que las mismas establecen, en lo que se refiere a aleaci&oacute;n de estudiantes por afinidades; a criterios comunes de concesi&oacute;n de autoridad en el grupo de trabajo; a orientaci&oacute;n profesoral de la constituci&oacute;n misma de los grupos en un sentido agrupativo por criterios de &ldquo;ir mejor o peor en la asignatura&rdquo; (grupos A, B, C y D en un mismo aula), clasificaci&oacute;n que re&uacute;ne a aquellos alumnos ya objetivamente, estructuralmente, &ldquo;no-estrat&eacute;gicamente&rdquo; discriminados <i>a priori</i> por la escuela como Hecho social (con unos idiomas de impartici&oacute;n de las asignaturas, unos contenidos lejanos a la empat&iacute;a e inter&eacute;s vivenciales de alumnos que poseen otros v&iacute;nculos simb&oacute;licos internalizados, otros criterios de priorizar y localizar el conocimiento, otros criterios a la hora de focalizar el inter&eacute;s, etc.). </p> </div> <div id="sdfootnote12"> <p class="sdfootnote"> <a class="sdfootnotesym" href="#sdfootnote12anc" name="sdfootnote12sym"><u>12</u></a> Enti&eacute;ndase &ldquo;normal&rdquo; no en un sentido de moral, ni tampoco en una acepci&oacute;n de &ldquo;lo mayoritario&rdquo;, o &ldquo;lo general&rdquo;, sino en el sentido estricto de est&aacute;ndares adquisitivos-cognitivos y funcionales que le son reclamados y verificados (evaluados) al alumno con arreglo a &ldquo;etapas&rdquo;.</p> </div> <div id="sdfootnote13"> <p class="sdfootnote"> <a class="sdfootnotesym" href="#sdfootnote13anc" name="sdfootnote13sym"><u>13</u></a> Mediante este artefacto de puro jesuitismo &ndash;han ido a las buenas escuelas- los ide&oacute;logos exponen &ndash;con audiovisuales period&iacute;sticos o etnogr&aacute;ficos- existencias que <i>ellos</i> suponen, nombran o insin&uacute;an &ldquo;pobres&rdquo;, &ldquo;de la escasez&rdquo;, &ldquo;sencillas&rdquo;, &ldquo;austeras&rdquo;, afirmando durante ese mismo recorrido documental que los sujetos sociales vividores de esa existencia &ldquo;pobre&rdquo; no son ellos &ldquo;pobres&rdquo;, al arreglarse con &ldquo;poco&rdquo; y necesitar &ldquo;menos&rdquo;.</p> </div> <div id="sdfootnote14"> <p class="sdfootnote"> <a class="sdfootnotesym" href="#sdfootnote14anc" name="sdfootnote14sym"><u>14</u></a> En un sentido <i>integral</i> resultante de la integraci&oacute;n relacional de las dimensiones significativas siguientes: como difusi&oacute;n para su consumo disciplinar; como difusi&oacute;n divulgativa para su consumo general; como <i>informaci&oacute;n</i> para su manejo y gesti&oacute;n pol&iacute;ticas; como devoluci&oacute;n al grupo de esa imagen mec&aacute;nicamente ver&iacute;dica extra&iacute;da y que intenta hac&eacute;rsele pasar como cosa mod&eacute;lica y referencial &ldquo;desde la que avanzar con vistas a su propio perfeccionamiento&rdquo;: ir&oacute;nicamente, los que se auto-anunciaban como &ldquo;simples evocadores&rdquo; extirpadores de la representaci&oacute;n, parecen resultar los aut&eacute;nticos representantes sobre su base epistemol&oacute;gica nihilista del &ldquo;No hay m&aacute;s verdad que la fenom&eacute;nica del rasgo vivido y referido&rdquo;.</p> <p class="sdfootnote"> &nbsp;</p> </div> <div id="sdfootnote15"> <p class="sdfootnote"> <a class="sdfootnotesym" href="#sdfootnote15anc" name="sdfootnote15sym"><u>15</u></a> La supuesta emanaci&oacute;n de un &ldquo;punto y aparte&rdquo; desde el Ideal subjetivo de solidaridad y el convencimiento de la posibilidad de ser l&iacute;nea de fuga, se presentaba como ant&iacute;doto adaptativo y sociable, para los sujetos, del &ldquo;s&aacute;lvese quien pueda&rdquo; que rige en el capitalismo; pero era una expresi&oacute;n m&aacute;s de esa regularidad comportamental reactiva a la alienaci&oacute;n tanto de los medios de vida como tambi&eacute;n de la seguridad de adquirirlos <i>mediante</i> trabajo. S&oacute;lo que esta regularidad de primac&iacute;a de la adaptaci&oacute;n sobre la ruptura aut&eacute;ntica (que no puede significar otra cosa que destrucci&oacute;n de los imperativos objetivos de adaptaci&oacute;n. Es decir, ruptura con la prioridad de correr tras el Mito de la seguridad <i>en el capitalismo</i>) persegu&iacute;a su medio en el grupo de diferencia compartida, que reproduc&iacute;a al nivel de &ldquo;lo cultural&rdquo; el dato primero del individuo luchador por la supervivencia, y que no puede hacer m&aacute;s que volver a &eacute;l en la medida en que va poco a poco derrumb&aacute;ndose por su ineficacia a este cometido, ante la mirada desencantada de los sujetos, su ca&iacute;da m&aacute;s o menos progresiva en anomia de esta &ldquo;alternativa&rdquo; y su puesta en actuaci&oacute;n utilitaria e irreverente participando as&iacute; activamente de la construcci&oacute;n del referente real para el predominio del descr&eacute;dito.</p> </div> http://estrecho.indymedia.org/general/noticia/auge-del-hablar-torno-otro-e-interculturalidad-actividad-antropologica-dominacion-cl#comments General antropología cosificación Ideología interculturalidad proletariado Fri, 18 Feb 2011 11:18:31 +0000 3504 at http://estrecho.indymedia.org