Indymedia Estrecho / Madiaq - Rousseau http://estrecho.indymedia.org/taxonomy/term/1555/0 es fin del contrato social: texto muy ilustrativo e inspirador http://estrecho.indymedia.org/general/noticia/fin-del-contrato-social-texto-muy-ilustrativo-e-inspirador <h2 id="title">Fin del Contrato Social. Pinchemos el bal&oacute;n del capitalismo</h2> <p>&nbsp;</p> <p>&nbsp;</p> <div id="titulo"><b><img width="250" height="333" src="http://3.bp.blogspot.com/_5wE5-X5-_gk/Sx04DPSTxxI/AAAAAAAAA5o/lDTRmgwlih0/s320/bandera+parlamento.jpg" alt="" />Si el capital nos arrebata nuestras conquistas hist&oacute;ricas, destruyendo el Contrato Social en el que basan 'su paz', nosotras estamos legitimados para devolverles su violencia </b></div> <div> <div>Marat</div> </div> <div id="texto"> <div>Acabado por fin el pico &aacute;lgido del dopaje patri&oacute;tico-rojigualdo-futbolero, y vueltos a la realidad de las cotidianas miserias a las que nos arroja la involuci&oacute;n del capitalismo hacia una marcha acelerada a las precariedades obreras del siglo XIX en el XXI, parece oportuno recuperar el s&iacute;mil balomp&eacute;dico que, en la cultura popular, equivale a romper la baraja.&nbsp;</div> <div>Dec&iacute;a J.J. Rousseau en su obra &ldquo;El contrato social&rdquo;: &ldquo;<i>Supongo a los hombres llegados al punto en que los obst&aacute;culos que impiden su conservaci&oacute;n en el estado natural superan las fuerzas que cada individuo puede emplear para mantenerse en &eacute;l. Entonces este estado primitivo no puede subsistir, y el g&eacute;nero humano perecer&iacute;a si no cambiaba su manera de ser. </i></div> <div><em>Ahora bien, como los hombres no pueden engendrar nuevas fuerzas, sino solamente unir y dirigir las que existen, no tienen otro medio de conservaci&oacute;n que el de formar por agregaci&oacute;n una suma de fuerzas capaz de sobrepujar la resistencia, de ponerlas en juego con un solo fin y de hacerlas obrar unidas y de conformidad. Esta suma de fuerzas no puede nacer sino del concurso de muchos; pero, constituyendo la fuerza y la libertad de cada hombre los principales instrumentos para su conservaci&oacute;n, &iquest;c&oacute;mo podr&iacute;a comprometerlos sin perjudicarse y sin descuidar las obligaciones que tiene para consigo mismo? Esta dificultad, concret&aacute;ndola a mi objeto, puede enunciarse en los siguientes t&eacute;rminos:&nbsp; </em><em>&quot;Encontrar una forma de asociaci&oacute;n que defienda y proteja con la fuerza com&uacute;n la persona y los bienes de cada asociado, y por la cual cada uno, uni&eacute;ndose a todos, no obedezca sino a s&iacute; mismo y permanezca tan libre como antes.&quot; Tal es el problema fundamental cuya soluci&oacute;n da el Contrato&rdquo;</em> (1)</div> <div>Es frecuente que se atribuya a Bismarck en el Estado prusiano, lo mismo que al caritativo cristianismo fabiano brit&aacute;nico o a la derecha del Marqu&eacute;s de Comillas y a otros prohombres de la Restauraci&oacute;n del XIX, espa&ntilde;ol, como el Cardenal Herrera Oria, el origen de lo que luego se llamar&iacute;a Estado del Bienestar, a partir de 1945.&nbsp;</div> <div>Lejos de cualquier utop&iacute;a revolucionaria, estas almas p&iacute;as pretend&iacute;an resta&ntilde;ar las m&aacute;s graves lacras de un proletariado carente de derechos pol&iacute;ticos, sociales, econ&oacute;micos y culturales, que viv&iacute;a en las condiciones m&aacute;s precarias y antihumanas de la entonces pujante segunda etapa de la Revoluci&oacute;n Industrial, evitando los riesgos de que se aventurasen por las procelosas aguas del marxismo o el anarquismo y se sintieran tentados de una sed de justicia que pudiera dar al traste con el orden burgu&eacute;s, triunfante en la Europa de las grandes potencias.</div> <div>Atribuir a tales personajes el origen del Estado del Bienestar tiene una intenci&oacute;n claramente ideol&oacute;gica: la de negar la importancia de las luchas del movimiento obrero en su b&uacute;squeda de unas condiciones de vida m&aacute;s dignas para la clase trabajadora.</div> <div>El origen del Estado del Bienestar es, antes que nada, consecuencia de un triple efecto:</div> <ul type="square"> <li>La acci&oacute;n de las organizaciones de la I Internacional, sindicatos, partidos y organizaciones obreras de todo tipo, en su origen. Una labor de socialistas-comunistas (cuando los t&eacute;rminos no estaban a&uacute;n delimitados hist&oacute;ricamente), libertarios, sindicalistas y ateneos obreros de diversa tendencia que buscaban no s&oacute;lo la emancipaci&oacute;n de la clase sino la dignificaci&oacute;n de la vida de los trabajadores.</li> <li>Los procesos revolucionarios en Europa, dentro de los que la Revoluci&oacute;n de Octubre signific&oacute; una ruptura del tiempo, la evoluci&oacute;n hist&oacute;rica y los procesos gradualistas de cambio social, alumbrando una nueva esperanza para toda una clase social. La din&aacute;mica posterior que dicho proceso revolucionario tuviese no afecta, en este caso, al hecho de que se hab&iacute;a puesto en p&iacute;e un intento proletario de crear otro mundo y otro orden social al que el capitalismo deb&iacute;a dar respuesta. Y el corporatismo fascista, con su discurso obrerista y &ldquo;anticapitalista&rdquo; era una de tantas se&ntilde;ales de que el sistema capitalista hab&iacute;a tomado nota de la necesidad de dar respuesta a las ansias de justicia social para evitar los peligros de revoluci&oacute;n social en los a&ntilde;os de la Gran Depresi&oacute;n.</li> <li>El keynesianismo, que de modo independiente en USA, y en alianza con la socialdemocracia despu&eacute;s, entiende la necesidad de dar una salida a la gran crisis capitalista surgida tras el crack del 29 y la Gran Depresi&oacute;n Americana que llevar&iacute;an a la II Guerra Mundial. El modelo econ&oacute;mico de Keynes parti&oacute; del presupuesto de que sin la creaci&oacute;n de una gran clase media y el incremento del nivel de vida de los trabajadores no habr&iacute;a salida a la madre de todas las crisis capitalistas del momento. El objetivo era salir de la crisis a trav&eacute;s del consumo.</li> </ul> <div>El nuevo orden capitalista asentado en Breton Woods, tras la &uacute;ltima Gran Conflagraci&oacute;n, era consciente de la necesidad de asentar un modelo estable de desarrollo que soslayara las grandes tensiones sociales y pol&iacute;ticas del tiempo precedente y asegurara la viabilidad del sistema, mediante una estabilidad social y econ&oacute;mica que permitiese la paz social.</div> <div>He aqu&iacute;, en el v&eacute;rtice resultante de la triple conjunci&oacute;n de fuerzas &ndash;reformismo/ revoluci&oacute;n del lado de los trabajadores, adaptaci&oacute;n sist&eacute;mica desde el lado capitalista- el aut&eacute;ntico origen del Estado del Bienestar. Y en este origen la idea del Contrato Social y de su plasmaci&oacute;n m&aacute;s espec&iacute;fica, el Pacto Social teorizado por J.J. Rousseau, cobrar&aacute; un nuevo sentido: ya no es el de los l&iacute;mites de la acci&oacute;n de cada individuo, de su libertad pol&iacute;tica y de su b&uacute;squeda de seguridad el campo de aplicaci&oacute;n de ambos conceptos sino que se extiende a los aspectos sociales, econ&oacute;micos, culturales y de vida de las personas. Y dentro de las personas, los trabajadores y las clases populares ser&aacute;n las llamadas a integrarse en la paz social que Contrato y Pacto social pretender&aacute;n en las Constituciones de los pa&iacute;ses capitalistas surgidas a partir de los &uacute;ltimos a&ntilde;os de la primera mitad del siglo XX.</div> <div>El capitalismo, y su forma jur&iacute;dico-legal, el orden pol&iacute;tico fundado tras la II Guerra Mundial adquiere una nueva forma de legitimaci&oacute;n: el Estado del Bienestar o Estados Sociales dentro del modelo pol&iacute;tico liberal. Las Constituciones consecuentes, de las que la espa&ntilde;ola de 1978 es heredera tard&iacute;a, ser&aacute;n la sanci&oacute;n pol&iacute;tica de la nueva estabilidad capitalista.</div> <div>La extensi&oacute;n universal de la sanidad p&uacute;blica, del derecho a la educaci&oacute;n, a una vivienda digna, a un salario justo, al descanso, al acceso a la cultura, al transporte p&uacute;blico y a una serie de f&oacute;rmulas que podr&iacute;amos denominar como formas de salario indirecto del trabajador, ser&iacute;an el &oacute;bolo a pagar por los capitalistas para alcanzar la paz social, el compromiso de los sindicatos con la empresa y de la izquierda pol&iacute;tica a no rebasar &ldquo;ciertos l&iacute;mites&rdquo; en el conflicto social. La clase capitalista pag&oacute; un precio por la seguridad de su orden econ&oacute;mico, social y pol&iacute;tico.</div> <div>Las luchas antiimperialistas de los a&ntilde;os 60 y 70 (Vietnam, Nicaragua,...), las movilizaciones obreras de esos a&ntilde;os, tanto en USA como en Europa y la primera gran crisis energ&eacute;tica de 1973 (petr&oacute;leo), entre otros factores, significaron la conciencia, por parte del capital de que su tasa de ganancia estaba siendo erosionada y que era necesario invertir dicha din&aacute;mica con el objeto de transferir las rentas del trabajo a las del capital.</div> <div>Se inicia entonces una triple estrategia: deslocalizaci&oacute;n de industrias del Primer Mundo al Tercero para limitar las demandas salariales de los trabajadores, guerras locales, estimuladas o provocadas directamente por el Imperialismo y los pa&iacute;ses centrales, por el control de las riquezas nacionales y las fuentes de energ&iacute;a de los pa&iacute;ses de la periferia y voladura, inicialmente controlada, del Estado del Bienestar.</div> <div>Privatizaciones de los seguros de pensiones en USA o en pa&iacute;ses bajo su control (Chile de la dictadura pinochetista), limitaciones de los derechos adquiridos en cuanto a derechos y protecci&oacute;n sociales en el trabajo en Alemania a finales de los 80, desregulaci&oacute;n del sistema laboral en Europa a finales de los 80-principios de los 90, Tratado de Maastrich, con el gran objetivo de la privatizaci&oacute;n de las empresas p&uacute;blicas europeas, bajo la coartada del d&eacute;ficit 0.</div> <div>La recesi&oacute;n mundial de 1991-93, y una &ldquo;superaci&oacute;n posterior&rdquo; sin una aut&eacute;ntica recuperaci&oacute;n del empleo, salvo el precario, estimulada por el hundimiento de los pa&iacute;ses del llamado &ldquo;socialismo real&rdquo;, crear&aacute; las condiciones id&oacute;neas para la globalizaci&oacute;n capitalista (la imposici&oacute;n en todo el orbe de las leyes del mercado, el rigor presupuestario, la flexibilidad laboral y la circulaci&oacute;n sin trabas de capitales) y, a partir de &eacute;l, la desregulaci&oacute;n del control financiero por los Estados (privatizaci&oacute;n del regulador en USA), permitiendo una &ldquo;econom&iacute;a de casino&rdquo;. El capitalismo financiero, ya liberado de toda traba, se hace alquimia pura, ingenier&iacute;a, econom&iacute;a imaginaria. El riesgo es el precio de la acci&oacute;n y los productos/servicios se desproveen de su valor para alcanzar el delirante precio de lo que la &ldquo;confianza del mercado&rdquo; cree que podr&aacute;n llegar a valer.</div> <div>El semihundimiento del sistema financiero entre finales de 2007 y principios de 2008 har&aacute; que los Estados acudan al salvataje de las grandes corporaciones (bancos y financieras).</div> <div>Evitado el primer golpe al sistema, y salvadas las principales ense&ntilde;as del capital financiero mundial, los Estados se ven afectados por graves riesgos de default financiero (pa&iacute;ses b&aacute;lticos, Grecia, Islandia, amenazas en Irlanda).</div> <div>Debilitada la capacidad de los Estados para controlar la econom&iacute;a, al haber renunciado a su papel regulador y a la econom&iacute;a mixta, para ser autosuficientes econ&oacute;micamente, quebrada la confianza en la capacidad fiscal de los mismos, los antes moribundos tiburones de las finanzas, se han lanzado sobre el olor de la presa herida: sus anteriores salvadores.</div> <div>La exigencia ha sido sencilla: lo queremos todo. Ahora la privatizaci&oacute;n del Estado del Bienestar (salud, educaci&oacute;n, pensiones,...). Ma&ntilde;ana el poder pol&iacute;tico sin mediadores. Berlusconi en Italia, George Bus en USA y Sebasti&aacute;n Pi&ntilde;era en Chile han sido s&oacute;lo una avanzadilla. La corrupci&oacute;n del PP en Espa&ntilde;a un modo de contribuir a la burbuja capitalista y su maximalismo liberal, del que el PSOE se ha transformado en obsceno converso, un modo de abrir nuevos mercados al capital.</div> <div>Llegados a este punto, para los trabajadores y para la izquierda radical y revolucionaria se hace oportuno el segundo aserto de J.J. Rousseau: <i>&ldquo;Las cl&aacute;usulas de este contrato est&aacute;n de tal suerte determinadas por la naturaleza del acto, que la menor modificaci&oacute;n las har&iacute;a in&uacute;tiles y sin efecto; de manera, que, aunque no hayan sido jam&aacute;s formalmente enunciadas, son en todas partes las mismas y han sido en todas partes t&aacute;citamente reconocidas y admitidas, hasta tanto que, violado el pacto social, cada cual recobra sus primitivos derechos y recupera su libertad natural, al perder la convencional por la cual hab&iacute;a renunciado a la primera&rdquo; </i>(2).</div> <div><strong>Si la discontinuidad hist&oacute;rica del proceso revolucionario siempre ha estado justificada para la izquierda de combate por la conciencia de que el reformismo es una v&iacute;a muerta, ahora puede encontrar una segunda raz&oacute;n hist&oacute;rica de primer orden para llamar a la revuelta: el pacto que el capital cre&oacute; con los trabajadores ha sido roto por &eacute;l mismo y por sus servidores pol&iacute;ticos, lo que deja a los trabajadores la libertad de responder con la desobediencia civil y la rebeld&iacute;a </strong></div> <p>&nbsp;</p> <div>La reforma del mercado de trabajo, recientemente aprobada, con el giro de tuerca a la desregulaci&oacute;n del mercado de trabajo, las nuevas leyes de desprotecci&oacute;n de los parados, el pr&oacute;ximo pensionazo, con la ampliaci&oacute;n de la edad de jubilaci&oacute;n, la amenaza del fin de las prestaciones de jubilaci&oacute;n en el futuro, la bancarizaci&oacute;n de las Cajas de Ahorro, la amenaza de inicio del fin de la representaci&oacute;n y la negociaci&oacute;n sindicales, con apuntes legales sobre la misma, son una <b>raz&oacute;n m&aacute;s que justificada para quebrar la paz social, los l&iacute;mites de la acci&oacute;n pol&iacute;tica dentro del sistema, la conculcaci&oacute;n desde la izquierda de lo que aceptamos como legal e ilegal en nuestra acci&oacute;n, la justificaci&oacute;n para el derrocamiento del orden pol&iacute;tico y econ&oacute;mico en el que se asienta el capitalismo y el inicio de la toma de las calles.</b></div> <div>Esta respuesta al capital, que la izquierda revolucionaria siempre ha tenido claro como su raz&oacute;n de ser y su tarea hist&oacute;rica tiene, no obstante, en el momento actual, una validez especial por cuanto que, en el momento presente, la coyuntura econ&oacute;mica, social y pol&iacute;tica puede permitir que nuestro mensaje radical y anticapitalista adquiera la entidad necesaria para ser comprendida y asumida por una parte creciente de los trabajadores.</div> <div>Que el proyecto transformador y socialista tenga, en su car&aacute;cter emancipador, de su lado el sentido de justicia no significa necesariamente que sea compartido por los trabajadores, como demasiadas veces hemos podido amargamente comprobar.</div> <div>Sin embargo, <b>la quiebra de legitimidad que el capitalismo ha introducido con el asalto y destrucci&oacute;n de las conquistas sociales</b>, con tanto esfuerzo construidas por los trabajadores a lo largo de siglos, y del Estado del Bienestar, <b>nos da sobrados argumentos para decirles a los trabajadores: si el capital y sus servidores pol&iacute;ticos incumplen el Contrato, en el que han basado su paz social durante todo este tiempo, estamos m&aacute;s que justificados para pinchar su bal&oacute;n y rebelarnos, con todos los medios a nuestro alcance, contra su desorden econ&oacute;mico, pol&iacute;tico y social. Si nos agreden sin l&iacute;mites, nosotros tenemos todo el derecho a devolverles los golpes y luchar para impedir que nos arrebaten lo que es nuestro. Su violencia extrema contra nosotros los trabajadores nos legitima para pagarles con la misma moneda y para derrocar su injusto sistema. </b></div> <div>Esta idea puede ser un ariete de lucha clave para quienes defendemos una sociedad basada en el fin de la explotaci&oacute;n del hombre por el hombre porque es indiscutible que la agresi&oacute;n contra nuestra clase es global y frontal &ndash;no hay posibilidades de interpretarlo de otro modo- y ese sentimiento de estar siendo atacados del modo m&aacute;s b&aacute;rbaro imaginable est&aacute; extendi&eacute;ndose de forma plena entre los trabajadores, por encima del estado en el que se encuentre su conciencia de clase y de lucha.</div> <div>En este sentido, la t&eacute;cnica, el modo de articular las luchas pol&iacute;ticas y sociales ser&aacute; un problema al que deberemos enfrentarnos pero no tiene porqu&eacute; serlo, en modo alguno, el car&aacute;cter leg&iacute;timo y justificado de la protesta. Rebelarse, en este caso, debe quedar claro para los trabajadores que es un derecho natural que leg&iacute;timamente nos asiste.&nbsp;</div> <div>Hacer de esta idea el elemento central de las luchas que hemos de poner en pr&aacute;ctica puede favorecer que nuestro mensaje de la raz&oacute;n para rebelarse logre crecientes apoyos entre los sectores agredidos por la involuci&oacute;n del capitalismo.</div> <div>Pero este proceso, objetivamente justificado, tiene en frente la desmovilizaci&oacute;n de los trabajadores, una rabia contenida, sin salida, el miedo a la p&eacute;rdida del puesto de trabajo por la movilizaci&oacute;n, la falta de conciencia pol&iacute;tica y social sobre la importancia de la lucha y una resignaci&oacute;n brutales.</div> <div>Frente a ello es necesario convencer a los trabajadores de que las medidas tomadas no son coyunturales sino definitivas, que no habr&aacute; una vuelta a las condiciones de vida y de trabajo previos a la crisis capitalista, una vez superada &eacute;sta, independientemente de que el capitalismo pueda o no recuperarse, porque su estrategia de supervivencia pasa por nuestra miseria y que, con cada paso sin respuesta, se afianza el camino salvaje tomado por el capitalismo para volvernos a las condiciones del siglo XIX.</div> <div>Y a la vez es necesario ser did&aacute;cticos, hacer entender a la clase trabajadora que el gran desastre que se abate sobre sus vidas, no suceder&aacute; a largo ni a medio plazo, cuando sea otra la generaci&oacute;n que se enfrente a &eacute;l, sino que les ocurrir&aacute; muy pronto a ellos mismos. Que, ya que han perdido el coraje de luchar por sus hijos, es por su futuro inmediato por el que deben combatir.&nbsp;</div> <div>Es necesario explicar lo que significa cada medida tomada, en toda su dimensi&oacute;n, con ejemplos concretos, alejados de terminolog&iacute;as abstractas o complejas, e insertados en su realidad cotidiana.</div> <div>Del mismo modo, hace falta comunicarles que la lucha es el &uacute;nico medio del que disponen y que la Huelga General del 29-S no puede ser una procesi&oacute;n educada y respetuosa del orden y la libertad de no hacerla sino que cada esquirol que decide hacer uso de su &ldquo;libertad&rdquo; a no ir a la huelga y que no le descuenten el d&iacute;a no trabajado est&aacute; derrotando a sus compa&ntilde;eros y a s&iacute; mismo, no a un determinado sindicato, y siembra un futuro de pobreza y miseria para s&iacute; y para los dem&aacute;s.</div> <div>Y hay que hacer entender a los trabajadores que, por encima de las posiciones pol&iacute;ticas particulares de cada uno, lo que defendemos es nuestro ma&ntilde;ana inmediato y poner pie en pared a los intentos de devolvernos a unas condiciones de vida tercermundistas porque el ideal del capital es crecer poni&eacute;ndonos en las mismas condiciones de miseria de los trabajadores m&aacute;s pobres y sin derechos del mundo.</div> <div>Hay que explicar que de &eacute;sta crisis no nos sacar&aacute; ninguna derecha que proclama derechos en los que no cree y que, &iacute;ntimamente goza con ver a un supuesto gobierno socialista hacer lo que ella har&iacute;a, pero sin el coste de estar en el poder.</div> <div>Y, por &uacute;ltimo, debemos hacer pedagog&iacute;a en explicar que si la crisis es mundial s&oacute;lo luchas coordinadas, unitarias y solidarias, primero a nivel europeo, como lo ser&aacute; el 29-S, y luego a nivel global, pueden sacarnos de &eacute;sta porque los trabajadores pueden hacer funcionar las empresas en todo el Planeta sin capitalistas, ya que no son estos los que generan la riqueza sino el trabajo de quienes aportan valor a lo que producen, pero ellos no pueden hacer que trabajen solas las m&aacute;quinas.</div> <div>&nbsp;</div> <div>(1)&nbsp; &ldquo;El contrato social&rdquo;. Cap&iacute;tulo VI: <em>&ldquo;Del pacto social&rdquo;. </em>Jean-Jacques Rousseau.</div> <div>(2)&nbsp; Idem anterior</div> <div>&nbsp;</div> <div>&nbsp;</div> <div>&nbsp;</div> <div><b>Ver Tambi&eacute;n:</b></div> <ul> <li><a href="http://asaltarloscielos.blogspot.es/">http://asaltarloscielos.blogspot.es</a></li> </ul> </div> <p>&nbsp;</p> http://estrecho.indymedia.org/general/noticia/fin-del-contrato-social-texto-muy-ilustrativo-e-inspirador#comments General derechos Derechos humanos capitalismo financiero derechos sociales lucha de clases Rousseau Mon, 19 Jul 2010 11:33:58 +0000 indígena 2299 at http://estrecho.indymedia.org