Indymedia Estrecho / Madiaq - militancia http://estrecho.indymedia.org/taxonomy/term/1317/0 es Algunas notas sobre militancia política (la reflexión no ocupa lugar) http://estrecho.indymedia.org/general/noticia/algunas-notas-militancia-pol%C3%ADtica-reflexi%C3%B3n-no-ocupa-lugar <p>&nbsp;</p> <h1 class="titre">Algunas notas sobre militancia pol&iacute;tica</h1> <div class="chapo">A nadie se le escapa que vivimos tiempos de confusi&oacute;n y falta de certezas y expectativas en todo lo que se refiere a modos de cuestionamiento y oposici&oacute;n real al sistema imperante. Tratar de explicar cu&aacute;les son las causas, formas y consecuencias de este descr&eacute;dito y fuerte vaciamiento de lo que han sido hasta ahora ciertas expresiones centrales de lo pol&iacute;tico resulta a la vez complejo y contradictorio.</div> <p><br class="nettoyeur" /></p> <div class="texte"> <p class="spip">Estos son momentos en que las preguntas superan a las respuestas, pero donde hay que hacer esfuerzos por repensar qu&eacute; y para qu&eacute; es lo que hacemos, donde nos situamos, c&oacute;mo percibimos nuestro compromiso pol&iacute;tico y que inciertas salidas se vislumbran. No pretendemos, por tanto, dar respuesta cerradas o soluciones m&aacute;gicas, pero s&iacute; acercarnos con humildad a un tema que hoy se nos antoja directo y fundamental.</p> <h2>Un panorama desolador</h2> <p class="spip">En buena parte de los grupos y movimientos sociales y pol&iacute;ticos las palabras debilidad, desilusi&oacute;n, fracaso, desmotivaci&oacute;n, falta de incidencia, etc. son frecuentes en estos d&iacute;as. . Se milita a menudo sin convicci&oacute;n, para acallar la mala conciencia, o &ldquo;por si acaso...&rdquo;. Percibimos adem&aacute;s que lo que hacemos no sirve, es testimonial, ritual, espectacular o tiene una incidencia escasa, a veces merced a notables esfuerzos</p> <p class="spip">Si abordamos el tema comenzando por una visi&oacute;n &laquo;macro&raquo; quiz&aacute;s lo m&aacute;s inmediato ser&iacute;a referirnos a los cambios hist&oacute;ricos y a los fuertes condicionamientos sociales que derivan de la imposici&oacute;n del actual modelo industrial-capitalista globalizado.</p> <p class="spip">Tras la ca&iacute;da del muro de Berl&iacute;n y la extensi&oacute;n de un nuevo orden a escala planetaria se configura un panorama ciertamente desolador y que se nos vende sin alternativa posible fuera de los cauces establecidos (la democracia se configura as&iacute; como la forma de dominaci&oacute;n que sale m&aacute;s barata). Un mundo dominado por la brutalidad de las nuevas formas de imperialismo econ&oacute;mico y militar, por el agudizamiento de las desigualdades y del control social bajo la excusa (o no) del combate contra el terrorismo, y por la cada vez mayor obscenidad y cinismo criminal y genocida en la gesti&oacute;n de los problemas, cat&aacute;strofes y guerras que genera el propio sistema. Este escenario da lugar a m&uacute;ltiples situaciones ca&oacute;ticas o de desorden (incluso en el propio coraz&oacute;n de Occidente) y a nuevas resistencias y respuestas (algunas brutales y otras m&aacute;s o menos extendidas o virtuales), pero tambi&eacute;n a una sumisi&oacute;n y aplastamiento psicol&oacute;gico y vital generalizados. Un malestar o &laquo;angustia existencial&raquo; suavizados por la capacidad de seducci&oacute;n e integraci&oacute;n social del Sistema (principalmente en el llamado Primer Mundo) a trav&eacute;s del marketing, de los medios de comunicaci&oacute;n, del consumo desbocado o de formas de vida cada vez m&aacute;s alienadas, limitadas y dependientes.</p> <h2>El peso de la ideolog&iacute;a dominante</h2> <p class="spip">Un acercamiento a la crisis del compromiso pol&iacute;tico nos remite a una serie de problemas y valores que tienen que ver con aspectos sociol&oacute;gicos, culturales, pol&iacute;ticos, hist&oacute;ricos, econ&oacute;micos o psicol&oacute;gicos.</p> <p class="spip">En primer lugar, hay que referirse a la incidencia que la ideolog&iacute;a dominante tiene a la hora de descomponer el tejido social, de atomizar las luchas, de generar aislamiento e incomunicaci&oacute;n entre los individuos y de provocar confusi&oacute;n y desaliento. Esta ideolog&iacute;a se expresa en la pr&aacute;ctica a trav&eacute;s de la difusi&oacute;n de nuevos valores que inciden en la inmediatez del disfrute hedonista, en el individualismo ego&iacute;sta o en la irresponsabilidad respecto a las propias acciones.</p> <p class="spip">A esto se suman otros factores estructurales que van conformando mentalidades adecuadas a las necesidades de mantenimiento del orden establecido. La institucionalizaci&oacute;n social (trasvase de la vitalidad del tejido social a las instituciones, que la encauzan y rentabilizan) genera formas de pasividad, delegacionismo, dependencia y pseudointervenci&oacute;n pol&iacute;tica. Una realidad especialmente visible en el &aacute;mbito de la &laquo;cultura&raquo;, como instrumento privilegiado de control social; Control evidenciado a trav&eacute;s de la colonizaci&oacute;n del tiempo libre, relleno con cultura espectacular y subvencionada, con las nuevas tecnolog&iacute;as, o con la expansi&oacute;n inusitada de los viajes (en un proceso de hipermovilidad y desterritorializaci&oacute;n o p&eacute;rdida de lazos con un espacio concreto) y otras formas de consumo (fiestas, drogas, est&eacute;tica, evasi&oacute;n, etc.). El compromiso pol&iacute;tico se convierte as&iacute; en una mezcla de gustos y aficiones, de naturalizaci&oacute;n de las contradicciones, de utilitarismo (cultura de la subvenci&oacute;n) o rentabilidad econ&oacute;mica (profesionalizaci&oacute;n de la pol&iacute;tica) y de radicalismo postmoderno, est&eacute;tico e inofensivo.</p> <p class="spip">La expansi&oacute;n de este tipo de pr&aacute;cticas se dan en un contexto de artificializaci&oacute;n de la vida y destrucci&oacute;n de formas pret&eacute;ritas de socializaci&oacute;n, a la vez que avanzan nuevas modos de individualismo y conservadurismo en una sociedad sometida a la dictadura de la econom&iacute;a, fuente de precariedad, inseguridad y endeudamiento.</p> <h2>Crisis del compromiso pol&iacute;tico</h2> <p class="spip">El compromiso pol&iacute;tico fuera de estos par&aacute;metros resulta complicado, puesto que se oscurece concebirlo o visualizarlo de otra manera. En este sentido, la crisis o el mayor o menor descr&eacute;dito de dos de los principales referentes hist&oacute;ricos y pol&iacute;ticos (el marxismo y el anarquismo), as&iacute; como los sucesivos fracasos, traiciones o derrotas proletarias del siglo XX han afectado a un concepto con ellos asociado: la idea de revoluci&oacute;n, que hoy no s&oacute;lo parece presentarse como imposible, sino como impensable. El cambio social, el empe&ntilde;o de derribar las estructuras de dominaci&oacute;n y dar paso a la utop&iacute;a moviliz&oacute; durante largos a&ntilde;os una considerable fuerza e ilusi&oacute;n sociales, ya que se conceb&iacute;a la revoluci&oacute;n no s&oacute;lo como algo posible, sino tambi&eacute;n cercano.</p> <p class="spip">Hoy, sin embargo, en un mundo sometido a una determinada l&oacute;gica econ&oacute;mica y a un tipo de relaciones sociales se hace muy dif&iacute;cil tanto poder imaginar algo diferente como tener una vivencia cotidiana de una realidad alternativa m&aacute;s all&aacute; de peque&ntilde;os espacios. La esquizofrenia y las contradicciones son consustanciales a cualquier pr&aacute;ctica que se pretenda cr&iacute;tica y radical. Una tensi&oacute;n que se hace muy patente en la intersecci&oacute;n entre lo individual y lo colectivo.</p> <h2>La militancia alienada</h2> <p class="spip">No es posible, sin embargo, achacar todo los males a la influencia de las estructura sociales a la hora de hablar de la crisis de lo pol&iacute;tico. Precisamente este t&eacute;rmino de lo &laquo;pol&iacute;tico&raquo; ha estado a menudo limitado a determinadas pr&aacute;cticas y formas de militancia. La llamada &laquo;izquierda&raquo; y otras expresiones de pol&iacute;ticas radicales han desplegado a lo largo de su historia toda una parafernalia y una personalidad que en buena medida ha contribuido a su descr&eacute;dito, sobre todo cuando no han sabido interpretar cr&iacute;ticamente las transformaciones hist&oacute;ricas, sumidas en sus propios problemas, l&iacute;mites y ambig&uuml;edades, o directamente en el esfuerzo por integrarse institucionalmente.</p> <p class="spip">Podemos apuntar algunas de las caracter&iacute;sticas de este tipo de militancia pol&iacute;tica alienada en los &uacute;ltimos tiempos:</p> <p class="spip"><img alt="-" src="http://nodo50.org/local/cache-vignettes/L8xH11/puce-b95cf.gif" />&nbsp;<strong class="spip">Inercia, rutina y falta de autocr&iacute;tica</strong>. &laquo;La &uacute;nica lucha que se pierde es la que se abandona&raquo; dice un famoso lema, pero lo cierto es que es f&aacute;cil encontrar excusas para no plantearse las propias contradicciones y seguir din&aacute;micas heredadas o no cuestionadas. Determinadas rutinas organizativas o propagand&iacute;sticas han entrado en crisis en los &uacute;ltimos tiempos, sin que se hayan encontrado soluciones satisfactorias que intenten trascender ciertos t&oacute;picos o pr&aacute;cticas profundamente arraigadas.</p> <p class="spip"><img alt="-" src="http://nodo50.org/local/cache-vignettes/L8xH11/puce-b95cf.gif" />&nbsp;<strong class="spip">P&eacute;rdida del sentido de la lucha y de la autoorganizaci&oacute;n</strong>. En la actualidad tambi&eacute;n se da un replanteamiento del sentido de la intervenci&oacute;n social a gran escala y de si &eacute;sta lleva realmente a alg&uacute;n lugar. La p&eacute;rdida del suelo ideol&oacute;gico y de la visibilidad de cambios sociales a corto o medio plazo hace que no sea f&aacute;cil participar en movimientos sociales y que la labor pol&iacute;tica se vea m&aacute;s como algo personal y testimonial (de denuncia y ejemplo). La autoorganizaci&oacute;n social ha dejado su lugar a la idea de que instituciones o profesionales tienen que ser los que resuelvan los problemas. La ideolog&iacute;a del sistema ha conseguido interiorizar en las mentes que no es posible hacer nada por nuestra cuenta para cambiar las cosas. A pesar su descr&eacute;dito, partidos y sindicatos siguen ocupando las grandes columnas medi&aacute;ticas, de la mano de la cultura de la representaci&oacute;n, las ONGs y el estado del bienestar.</p> <p class="spip"><img alt="-" src="http://nodo50.org/local/cache-vignettes/L8xH11/puce-b95cf.gif" />&nbsp;<strong class="spip">Falta de trabajo colectivo</strong>. Muchos grupos o movimientos, incluso algunos con cierta dimensi&oacute;n, se mantienen gracias al trabajo de un reducido n&uacute;mero de personas, frente la delegaci&oacute;n, pasividad o circunstancias personales del resto.Estas personas son los que le dinamizan y dan continuidad a muchos proyectos colectivos. En algunos casos, los grupos se mantienen por la existencia de una o varias personas liberadas y en otros por el empe&ntilde;o personal. El primer caso muestra de una cierta artificialidad puesto que muchas veces no se mantendr&iacute;a una actividad constante o el grupo desaparecer&iacute;a sin la presencia de personas liberadas. En el segundo caso, aunque la voluntad sea el motor de la lucha pol&iacute;tica, se produce una precariedad cr&oacute;nica, que a menudo esconde fantas&iacute;as entorno a lo colectivo y est&aacute; sometido a los m&uacute;ltiples vaivenes y condicionantes.</p> <p class="spip"><img alt="-" src="http://nodo50.org/local/cache-vignettes/L8xH11/puce-b95cf.gif" />&nbsp;<strong class="spip"> Activismo</strong>. El hacer se ha convertido en un valor superior dentro de la militancia pol&iacute;tica, sin que se defina muy bien qu&eacute; es hacer. En la pr&aacute;ctica se ha asociado a participar activamente de las formas de intervenci&oacute;n establecidas, incidiendo en lo cuantitativo, tanto en el n&uacute;mero de acciones como en el de luchas en las que se participa (es com&uacute;n que un militante participe en varios grupos o luchas). El lado opuesto ser&iacute;a la cr&iacute;tica que rehuye cualquier implicaci&oacute;n pr&aacute;ctica.</p> <p class="spip"><img alt="-" src="http://nodo50.org/local/cache-vignettes/L8xH11/puce-b95cf.gif" />&nbsp;<strong class="spip">El &laquo;ciclo activista&raquo;</strong> . Esta es una tendencia relativamente nueva y asociada en buena medida al &aacute;mbito estudiantil. Mucha gente empieza a participar en pol&iacute;tica durante el periodo previo a su entrada en el mercado laboral, que supone el final de su ciclo activista. Anteriormente, (cuando todav&iacute;a la globalizaci&oacute;n econ&oacute;mica y la desterritorializaci&oacute;n de la producci&oacute;n industrial no estaban tan desarrolladas) se produc&iacute;a una tendencia contraria, es decir, el comienzo de la vida laboral situaba ante una realidad de explotaci&oacute;n que obligaba a tomar partido y a politizarse. En la actualidad la opci&oacute;n de militar es casi est&eacute;tica; se trata de una decisi&oacute;n mucho m&aacute;s abstracta y voluntarista.</p> <p class="spip"><img alt="-" src="http://nodo50.org/local/cache-vignettes/L8xH11/puce-b95cf.gif" />&nbsp;<strong class="spip">Escisi&oacute;n entre lo personal y lo colectivo</strong>. En muchos casos la militancia ha sido una forma de tratar de tapar las propias contradicciones, carencias y miserias de la cotidianidad, en una suerte de compartimento estanco, en el que se pretende lograr la coherencia a trav&eacute;s de un denodado o autocomplaciente activismo, de la elaboraci&oacute;n del discurso y de la formaci&oacute;n intelectual. El poder del ejemplo como forma de contagio o del convecimiento razonado se limitan no s&oacute;lo por la fuerza de la realidad, sino por la falta de atractivo de una militancia, que a veces es una mezcla de propagandismo estresado e intelectualismo elitista y resentido.</p> <p class="spip"><img alt="-" src="http://nodo50.org/local/cache-vignettes/L8xH11/puce-b95cf.gif" />&nbsp;<strong class="spip">Escisi&oacute;n entre militantes y no militantes</strong>. El imaginario y las preocupaciones y debates ideol&oacute;gicos y pol&iacute;ticos tienen poco que ver con los intereses y valores que se evidencian fuera del gueto.</p> <p class="spip"><img alt="-" src="http://nodo50.org/local/cache-vignettes/L8xH11/puce-b95cf.gif" />&nbsp;Falta de experimentaci&oacute;n. Aunque hist&oacute;ricamente se han dado m&uacute;ltiples intentos por llevar a cabo los planteamientos te&oacute;ricos de otras formas de vida (colectividades, ocupaciones, comunas, liberaci&oacute;n del cuerpo, etc.), estas siguen siendo minoritarias y dif&iacute;ciles de sostener en el tiempo.</p> <p class="spip"><img alt="-" src="http://nodo50.org/local/cache-vignettes/L8xH11/puce-b95cf.gif" />&nbsp;<strong class="spip">Autoenga&ntilde;o y culto a la organizaci&oacute;n</strong>. A menudo la ideolog&iacute;a y la estrategia pol&iacute;tica han creado fantas&iacute;as o interpretaciones de la realidad supeditadas o adaptadas a concepciones y visiones sectarias y dogm&aacute;ticas de la realidad. En este sentido, la Organizaci&oacute;n se ha convertido a menudo en t&oacute;tem y tab&uacute;, en fuente primordial de sentido, mecanismo de sumisi&oacute;n y filtro para la cr&iacute;tica y el pensamiento propio.</p> <p class="spip"><img alt="-" src="http://nodo50.org/local/cache-vignettes/L8xH11/puce-b95cf.gif" />&nbsp;<strong class="spip">Autoritarismo y falta de &eacute;tica</strong>. En los comportamientos de muchos grupos de izquierda, anarquistas o aut&oacute;nomos se ha evidenciado cierto mesianismo que parece convertirlos en una especie de centro del universo. A partir de ah&iacute; se han generado, por ejemplo, los planteamientos de &laquo;mi lucha es la m&aacute;s importante&raquo; y &laquo;quien no est&aacute; conmigo est&aacute; contra m&iacute;&raquo;. La manipulaci&oacute;n, las peleas internas por el poder y la falta de consideraci&oacute;n &eacute;tica de las acciones y estrategias han sido una constante en la historia de estos grupos y organizaciones.</p> <p class="spip"><img alt="-" src="http://nodo50.org/local/cache-vignettes/L8xH11/puce-b95cf.gif" />&nbsp;<strong class="spip">Sobrevaloraci&oacute;n del factor dinero</strong>. No se puede negar que en una sociedad capitalista es dif&iacute;cil sobrevivir al margen del dinero. Sin embargo, en la actualidad parece haberse llegado a un estadio en que la necesidad de sacar dinero se ha impuesto al sentido o la coherencia de lo que se hace. Muchas organizaciones son m&aacute;quinas de hacer dinero que dejan a un lado ciertos escr&uacute;pulos, pero no logran superar su estancamiento ni su desorientaci&oacute;n, y en muchos casos esa misma l&oacute;gica econ&oacute;mica s&oacute;lo ayuda a profundizar en su deriva.</p> <p class="spip"><img alt="-" src="http://nodo50.org/local/cache-vignettes/L8xH11/puce-b95cf.gif" />&nbsp;<strong class="spip">Tensi&oacute;n entre lo racional y lo emotivo</strong>. Este es un aspecto en el que parece dif&iacute;cil encontrar un equilibrio. Por un lado, muchas organizaciones han utilizado el sentimiento como principal elemento de adhesi&oacute;n y movilizaci&oacute;n, en detrimento del necesario desarrollo del debate racional. Por otro lado, se dan expresiones pol&iacute;ticas en que se trata de desterrar los aspectos emotivos de la lucha apuntando en exclusiva a los factores racionales. En el primer caso, se puede dar un elemento movilizador muy potente, aunque es tambi&eacute;n un condicionante para el pensamiento cr&iacute;tico y conlleva el riesgo de generar comportamientos fan&aacute;ticos y gregarios. En el segundo caso, la &laquo;frialdad&laquo; del racionalismo puede ser adem&aacute;s de menos atractiva, un tanto irreal, puesto que no se pueden establecer barreras artificiales en las relaciones entre las personas ni limitarlas a un terreno meramente t&eacute;cnico que obvia que los sentimientos son tambi&eacute;n parte del ser humano.</p> <p class="spip"><img alt="-" src="http://nodo50.org/local/cache-vignettes/L8xH11/puce-b95cf.gif" />&nbsp;<strong class="spip">Trivializaci&oacute;n de la lucha pol&iacute;tica</strong>. La lucha pol&iacute;tica es un factor que dota de una identidad social en la que reconocerse. En este sentido, ser de izquierdas, anarquista, ecologista, etc. otorga un estatus y un reconocimiento en un espacio determinado. La participaci&oacute;n pol&iacute;tica como b&uacute;squeda de identidad militante es un factor que puede desvirtuar la lucha, puesto que es f&aacute;cil que no genere &laquo;autenticidad&raquo;, es decir, que no haya una asunci&oacute;n profunda y responsable del compromiso. As&iacute;, puede derivar en una cuesti&oacute;n meramente est&eacute;tica, simb&oacute;lica y ritual, una b&uacute;squeda de un entorno afectivo, relacional y de prestigio, pero que no suponga gran implicaci&oacute;n vital o riesgos personales. Paradigmas de este tipo de participaci&oacute;n son el voluntariado light y trepa, propio de muchas ONGs, pero tambi&eacute;n cierta cultura radical de concierto, speed, taberna y camiseta.</p> <p class="spip"><img alt="-" src="http://nodo50.org/local/cache-vignettes/L8xH11/puce-b95cf.gif" />&nbsp;<strong class="spip">Seguidismo</strong>. Los ritmos y las l&oacute;gicas de actuaci&oacute;n han venido determinados en muchos casos no tanto por hechos externos (una realidad donde se pretende incidir), sino por las din&aacute;micas o interpretaciones que de ellos han hecho desde las instituciones, los medios de comunicaci&oacute;n u otras fuerzas sociales.</p> <p class="spip"><img alt="-" src="http://nodo50.org/local/cache-vignettes/L8xH11/puce-b95cf.gif" />&nbsp;<strong class="spip">Populismo</strong>. El prop&oacute;sito de &laquo;acercarse a la gente&raquo;, de no ser una &eacute;lite, de &laquo;tener incidencia&raquo; conlleva a menudo desarrollar acciones que tiendan a ser masivas o a ser bien aceptadas por el p&uacute;blico. En tanto que es el propio sistema capitalista el que moldea en buena medida la conciencias y los gustos de la gente, lo que es aceptable o seduce entra dentro de esa propia l&oacute;gica. El trabajo a desarrollar parte ya de la consideraci&oacute;n de esta contradicci&oacute;n, en una balanza en que se ponen el objetivo a alcanzar y el coste a pagar. Consumismo, derroche, demagogia, apolog&iacute;a o fomento de las drogas, planteamientos antiecol&oacute;gicos, etc. son algunos de los peajes que se pagan para tratar de llegar a un p&uacute;blico m&aacute;s amplio, de hacer pedagog&iacute;a y de llevar a la gente hacia planteamientos que son en teor&iacute;a antag&oacute;nicos con algunas de las pr&aacute;cticas en las que se cae. La valoraci&oacute;n de los resultados de esta estrategia es compleja, puesto que efectivamente puede tener un efecto de visibilizaci&oacute;n y socializaci&oacute;n de determinadas luchas. Sin embargo, tambi&eacute;n puede producir una adhesi&oacute;n meramente superficial, incoherente -puesto que el ejemplo ofrecido es igualmente incoherente y contradictorio- o contaminar la propia lucha y a los militantes, que acaban quemados o naturalizando esas contradicciones.</p> <p class="spip">La presi&oacute;n de la realidad, el des&aacute;nimo al que inducen tanto la represi&oacute;n directa como la indirecta, adem&aacute;s de la falta de referentes, la desilusi&oacute;n o el desenga&ntilde;o respecto a las alternativas han conducido a muchas personas a salirse de la militancia en grupos pol&iacute;ticos radicales. Algunas han pagado duros costes personales por la represi&oacute;n o la c&aacute;rcel. Otras han cambiado su campo de actuaci&oacute;n, buscando mayores satisfacciones o resultados m&aacute;s realistas y a corto plazo. Otras se han volcado en lo personal, en sus familias, amigos y aficiones. En otros casos, han apostado por tratar de llevar adelante proyectos personales con cierta coherencia (ej. agr&iacute;colas, educativos, etc.). Finalmente, algunas han tratado de deshacerse de sus escr&uacute;pulos y hacer negocio de lo que antes era trabajo no remunerado; otras han ca&iacute;do simplemente en el cinismo o la desesperanza.</p> <h2>&iquest;Qu&eacute; hacer</h2> <p class="spip">Criticar suele resultar m&aacute;s f&aacute;cil que proponer. Ser&iacute;a injusto adem&aacute;s no reconocer los esfuerzos y cuestionamientos que, al margen de las inercias y las dificultades objetivas se han intentado desarrollar desde diferentes grupos y personas para tratar de dar sentido y coherencia a lo que se hace.</p> <p class="spip">Parece que, en cualquier caso, una visi&oacute;n del compromiso o la militancia tiene que partir de la potenciaci&oacute;n de la autonom&iacute;a personal, de la capacidad de juicio, cr&iacute;tica y actuaci&oacute;n razonada. S&oacute;lo as&iacute; es posible establecer las bases de formas pol&iacute;ticas conscientes, responsables y coherentes (en la medida de lo posible). En este sentido, es importante igualmente que la militancia sea fruto de un proceso pol&iacute;tico (en sentido amplio) y personal-comunitario, en el que no se escindan ambos terrenos. El &aacute;mbito personal-comunitario es quiz&aacute;s uno de los prioritarios en este momento, dado el proceso de desintegraci&oacute;n de muchos lazos sociales. Es preciso recuperar espacios de encuentro donde sea posible conocerse y reflexionar colectivamente partiendo del descontento y la necesidad de alternativas tanto para nuestras formas de militancia como para el resto nuestra vida cotidiana. En este sentido, es necesario combinar la militancia &laquo;dura&raquo; (cuestionadora, antiautoritaria, con visi&oacute;n global y radical...) con un &laquo;tocar tierra&raquo; que desarrolle espacios de sociabilidad y fraternidad, adem&aacute;s de habilidades manuales y conocimientos generales en &aacute;mbitos cercanos. Gestionar espacios aut&oacute;nomamente, compartir experiencias y saberes, generar trabajo cooperativo, etc. son algunos de estos terrenos que pueden ayudar a oxigenar la lucha social. Es deseable no concebir este empe&ntilde;o como una obligaci&oacute;n o una directriz, sino como una necesidad que es a la vez ilusi&oacute;n de mejorar individual y colectivamente y deseo de autenticidad, que va unido al desarrollo de una &eacute;tica y un ejemplo grupales, a la formaci&oacute;n intelectual y a la sinceridad con uno mismo y con los dem&aacute;s. Es preciso, por tanto, unir militancia a valores y ejemplo, desarrollando referencias concretas donde la gente se pueda identificar m&aacute;s all&aacute; de las palabras.</p> <p class="spip">Refiri&eacute;ndose a lo que suelen ser los espacios m&aacute;s amplios de intervenci&oacute;n pol&iacute;tica, hablar de una militancia no alienada tiene que ver con la asunci&oacute;n consciente de los contenidos de esa luchas, con la valoraci&oacute;n de su capacidad de cuestionamiento de las estructuras de dominaci&oacute;n y de generaci&oacute;n de una respuesta social no manipulada ni populista, as&iacute; como con la posibilidad de que las personas puedan aprender, incidir y realizarse de forma aut&oacute;noma.</p> <p class="spip"><strong class="spip">Argia Landariz</strong></p> <p class="spip">Fuente: <a class="spip_out" href="http://www.nodo50.org/ekintza/article.php3?id_article=399&amp;var_recherche=Algunas+notas+sobre+militancia+pol%EDtica">Ekintza Zuzena</a></p> </div> http://estrecho.indymedia.org/general/noticia/algunas-notas-militancia-pol%C3%ADtica-reflexi%C3%B3n-no-ocupa-lugar#comments General activismo militancia reflexión Wed, 12 May 2010 16:04:18 +0000 indígena 1811 at http://estrecho.indymedia.org