Indymedia Estrecho / Madiaq - conflictos ambientales http://estrecho.indymedia.org/taxonomy/term/1162/0 es Venezuela: el mito del “Ecosocialismo del Siglo XXI” http://estrecho.indymedia.org/general/noticia/venezuela-mito-del-%E2%80%9Cecosocialismo-del-siglo-xxi%E2%80%9D <p><span class="inline inline-left"><a href="/imagen/ch%C3%A1vez-ecosocialista"><img class="image image-medio " title="" height="200" alt="" width="129" src="http://estrecho.indymedia.org/sites/default/files/images/Hugo-LuisXV_0.medio.JPG" /></a></span></p> <p><span class="inline inline-left">&nbsp;<br /> * En este texto, aparecido en El Libertario # 58, marzo-abril 2010, se examina cr&iacute;ticamente lo que desde el punto de vista ambiental ha significado el gobierno de Hugo Ch&aacute;vez, resaltando la evidente separaci&oacute;n entre los discursos que se emiten desde el poder y los hechos concretos que se promueven y ejecutan. <br /> &nbsp;<br /> [La autora es Profesora Titular e Investigadora de la Universidad Sim&oacute;n Bol&iacute;var en Caracas. Esta contribuci&oacute;n es el extracto revisado del art&iacute;culo m&aacute;s extenso aparecido en la Revista de Econom&iacute;a y Ciencias Sociales (FACES-UCV) con el t&iacute;tulo &ldquo;Ecosocialismo del Siglo XXI y Modelo de Desarrollo Bolivariano: los mitos de la sustentabilidad ambiental y de la democracia participativa en Venezuela&rdquo;, 2009, vol. 15, N&ordm; 1, pp.187-223 (accesible en <a href="http://www.scielo.org.ve/pdf/rvecs/v15n1/art10.pdf">http://www.scielo.org.ve/pdf/rvecs/v15n1/art10.pdf</a>), donde se indican con el debido detalle las Referencias citadas, no incluidas aqu&iacute; por razones de espacio.] <br /> &nbsp;<br /> Venezuela es un pa&iacute;s de econom&iacute;a minero-extractiva cuyo modelo de desarrollo se ha basado en la explotaci&oacute;n del petr&oacute;leo y de otros recursos naturales no renovables que ocasionan fuertes impactos en el medio ambiente. Hace m&aacute;s de una d&eacute;cada, algunos investigadores (Garc&iacute;a-Guadilla y colaboradores, 1997) cuestionaron fuertemente la sustentabilidad del Modelo de Desarrollo existente en los a&ntilde;os noventas bajo las presidencias de C. A. P&eacute;rez y de R. Caldera. En la d&eacute;cada 1999-2009, el gobierno ha responsabilizado al &ldquo;capitalismo salvaje y a las pol&iacute;ticas neoliberales&rdquo; y en consecuencia, a la propiedad y explotaci&oacute;n privada de los recursos naturales, por los problemas ambientales a pesar que la actual explotaci&oacute;n de esos recursos y el dise&ntilde;o de las pol&iacute;ticas econ&oacute;micas que fundamentan el llamado Modelo de Desarrollo Bolivariano reproducen las pr&aacute;cticas tildadas de &ldquo;neoliberales o de capitalismo salvaje&rdquo;, generando impactos negativos ambientales tan fuertes o mayores que en el pasado. <br /> &nbsp;<br /> En la d&eacute;cada 1999-2009, los conflictos y movilizaciones ambientales por demandas materialistas y postmaterialistas han tenido como actores a organizaciones ambientalistas, a comunidades ind&iacute;genas, a sectores populares e incluso a organizaciones de derechos humanos, siendo su bandera de lucha la Constituci&oacute;n de 1999, aprobada mediante un Proceso Constituyente que incorpor&oacute; la democracia participativa y los derechos ambientales, socio-culturales e ind&iacute;genas entre otros (Garc&iacute;a-Guadilla, 2001). Muchos de estos derechos han estado vulner&aacute;ndose y la democracia participativa no se ha plasmado en una democracia ambiental a la hora de resolver los conflictos ambientales, los cuales se han multiplicado desde que Hugo Ch&aacute;vez ascendi&oacute; a la Presidencia de la Rep&uacute;blica. <br /> &nbsp;<br /> _Memorial de agravios_ <br /> &nbsp;<br /> Algunos de los conflictos socio-ambientales m&aacute;s significativos de esta d&eacute;cada en Venezuela tienen que ver con los impactos negativos de la explotaci&oacute;n del petr&oacute;leo y la miner&iacute;a y con los posibles impactos negativos asociados a los megaproyectos energ&eacute;ticos propuestos, tanto a nivel nacional como internacional, para supuestamente reducir la dependencia de Estados Unidos y lograr la integraci&oacute;n de Am&eacute;rica Latina y el Caribe mediante la hoy denominada Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra Am&eacute;rica (ALBA). <br /> &nbsp;<br /> El Modelo de Desarrollo Bolivariano ha sido definido discursivamente por los voceros gubernamentales incluyendo al Presidente Ch&aacute;vez como &ldquo;sustentable, end&oacute;geno, equitativo y participativo&rdquo; (Fergusson s/f; Francia 2007; P&eacute;rez, s/f; Velasco, 2005,2007; Ministerio de Ciencia y Tecnolog&iacute;a s/f). La oferta electoral que hiciera en 1998 el entonces candidato presidencial Hugo Ch&aacute;vez, de apoyar las luchas que ven&iacute;an dado los ambientalistas e ind&iacute;genas en torno a los conflictos existentes para el momento junto con su discurso de sustentabilidad ambiental y las cr&iacute;ticas al &ldquo;neoliberalismo y al capitalismo salvaje&rdquo;, crearon la expectativa entre los movimientos sociales que si llegaba a la presidencia se instaurar&iacute;a una visi&oacute;n ambiental mas c&oacute;nsona con un desarrollo sustentable. <br /> &nbsp;<br /> Sin embargo, tales expectativas fueron frustradas pues de acuerdo con el anuncio que en el a&ntilde;o 2005 hiciera el Presidente Ch&aacute;vez, se contempla duplicar la producci&oacute;n petrolera para el 2012 mediante su explotaci&oacute;n a lo largo de 500.000 km&sup2; de la plataforma marina y de m&aacute;s de 500.000 km&sup2; en tierra firme, mas la construcci&oacute;n de nuevas refiner&iacute;as y del complejo gas&iacute;fero del Golfo de Paria. Otras actividades incluidas en esos planes de desarrollo son la explotaci&oacute;n minera en la Reserva Forestal de Imataca, el aumento sustantivo en la extracci&oacute;n de carb&oacute;n en la Sierra de Perij&aacute; y el incremento en la producci&oacute;n de hidroelectricidad para exportar a Brasil mediante el Tendido El&eacute;ctrico. La crisis econ&oacute;mica junto con la ineficiencia gubernamental han retrasado o paralizado tales planes, pero de concretarse se afectar&aacute; pr&aacute;cticamente todo el territorio, inclusive zonas que est&aacute;n hoy protegidas ambientalmente por las leyes y la Constituci&oacute;n tales como el Parque Nacional Canaima donde se encuentra la Gran Sabana, la Reserva Forestal de Imataca y las cuencas de los principales r&iacute;os. Estos planes reflejan una continuidad con las pol&iacute;ticas de los gobiernos anteriores tildados por el Presidente Ch&aacute;vez de &ldquo;neoliberales, capitalistas y depredadores del ambiente&rdquo;. <br /> &nbsp;<br /> En cuanto a la&nbsp; regi&oacute;n caribe&ntilde;a y suramericana, Venezuela es uno de doce pa&iacute;ses miembros de la Iniciativa para la Integraci&oacute;n de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA), que contempla 507 proyectos de gran impacto ambiental y sociocultural distribuidos en diez ejes de desarrollo, que suponen la construcci&oacute;n de grandes obras de infraestructura (v&iacute;as de comunicaci&oacute;n y transporte, carreteras, represas, gasoductos e hidrov&iacute;as) a lo largo y ancho de Am&eacute;rica del Sur (AMIGRANSA, 2005). El megaplan Gran Gasoducto del Sur, uno de los proyectos m&aacute;s importantes para lograr la integraci&oacute;n energ&eacute;tica de Venezuela con Brasil y Argentina entre otros pa&iacute;ses y base del ALBA, requiere atravesar 8.000 kil&oacute;metros, por lo que se afectar&iacute;an zonas sumamente fr&aacute;giles y biodiversas que seg&uacute;n algunos investigadores constituyen las &uacute;ltimas reservas ambientales que existen en Am&eacute;rica Latina. Al igual que en el caso anterior, estos megaplanes se encuentran paralizados o retrasados en su ejecuci&oacute;n debido a la crisis econ&oacute;mica, pero de activarse sus efectos negativos sobre el ambiente pudieran compararse con los del &Aacute;rea de Libre Comercio de las Am&eacute;ricas (ALCA), contendora ideol&oacute;gica del ALBA. <br /> &nbsp;<br /> _Resistencia m&aacute;s all&aacute; de los discursos_ <br /> &nbsp;<br /> El modelo de desarrollo basado en la explotaci&oacute;n de los hidrocarburos que el gobierno venezolano ha propuesto a nivel nacional, para los pa&iacute;ses que forman parte del ALBA y para la regi&oacute;n suramericana y caribe&ntilde;a que participa en el IIRSA ha sido fuertemente cuestionado por los movimientos ambientalista, ind&iacute;gena y de derechos humanos debido a los impactos ambientales y socio-culturales a gran escala que generar&aacute;n. En los distintos debates sobre el tema realizados en el Foro Social Mundial realizado de Caracas en enero de 2006, los movimientos sociales ind&iacute;genas y ambientalistas de Venezuela y del mundo expresaron fuertes cr&iacute;ticas contra los efectos negativos de la explotaci&oacute;n de hidrocarburos, siendo la movilizaci&oacute;n m&aacute;s grande del Foro la marcha contra la explotaci&oacute;n y expansi&oacute;n de los desarrollos carbon&iacute;feros de la Sierra de Perij&aacute;, a favor de la vida, el ambiente, la identidad cultural y, en general, los derechos sancionados en la Constituci&oacute;n Bolivariana de 1999 (Soberania.org.ve, 2006). En la actualidad, son frecuentes las movilizaciones contra los efectos negativos del petr&oacute;leo y gas en Ecuador y Venezuela y los cuestionamientos a trav&eacute;s de redes ambientales digitales nacionales e internacionales tales como oilwatch.org., maippa.org., soberan&iacute;a.org y amigransa.blogia.com, ya que estas redes electr&oacute;nicas constituyen espacios privilegiados y globalizados de resistencia contra los impactos negativos de la explotaci&oacute;n petrol&iacute;fera y gas&iacute;fera en los pa&iacute;ses tropicales. <br /> &nbsp;<br /> En Venezuela al igual que en todo el mundo globalizado, la l&oacute;gica detr&aacute;s de los movimientos sociales es enfrentar &ldquo;la pol&iacute;tica de corte neoliberal&rdquo; independientemente de que el gobierno tenga un &ldquo;discurso antineoliberal&rdquo; lo que significa que el Modelo de Desarrollo Bolivariano, al igual que el de otros gobiernos que se denominan de izquierda, puede generar resistencia y movilizaci&oacute;n por parte de tales movimientos los cuales demandan no solo valores materialistas sino tambi&eacute;n el respeto a los derechos humanos, a la cultura propia, a la equidad de g&eacute;nero y a un ambiente sano. Por tanto, no pueden ser entendidos exclusivamente de acuerdo con la l&oacute;gica neoliberal o antineoliberal porque ambas pueden ir en contra de la promoci&oacute;n de estos valores. <br /> &nbsp;<br /> En el caso de Venezuela, tales movimientos de resistencia y propuestas pueden provenir tanto de adentro como de afuera del chavismo pues dada la gran heterogeneidad ideol&oacute;gica de los grupos que apoyan al presidente Ch&aacute;vez y dada la falta de un proyecto ideol&oacute;gico claro y compartido al interior del movimiento chavista, pueden tejerse estrategias y delinearse pol&iacute;ticas ambientales que no necesariamente tengan como referentes al neoliberalismo o al antineoliberalismo. Este pudiera ser el caso de los movimientos sociales ambientalistas e ind&iacute;genas venezolanos que si bien son antineoliberales por definici&oacute;n y muchos de sus miembros apoyan al Presidente Ch&aacute;vez, trascienden tal dicotom&iacute;a en la medida que cuestionan el modelo civilizatorio y demandan la transformaci&oacute;n de la racionalidad pol&iacute;tica, cultural, de g&eacute;nero, social y ambiental. <br /> &nbsp;<br /> Hasta el momento, la gran heterogeneidad ideol&oacute;gica y las diferencias de clase social que existen entre los ambientalistas ha dificultado la formulaci&oacute;n de propuestas colectivas y ha contribuido al distanciamiento entre los diferentes movimiento sociales que en el pasado se articularon alrededor de las alianzas estrat&eacute;gicas de los ambientalistas. Todo ello parece haber influido para que el movimiento ambientalista ampliado que incluye al movimiento ind&iacute;gena y de derechos humanos haya perdido poder (Garc&iacute;a-Guadilla y Lagorio, 2006): la falta una lectura objetiva sobre la crisis socio-ambiental y la carencia de articulaciones estrat&eacute;gicas alrededor de propuestas colectivas de car&aacute;cter alternativo vinculadas con sus identidades y respaldadas constitucionalmente han contribuido a ello. Si bien las alianzas ideol&oacute;gicas resultan poco realistas dada la gran heterogeneidad y polarizaci&oacute;n existente; las protestas contra un modelo depredador que ocasiona elevados impactos negativos en el medio ambiente y las propuestas para &ldquo;construir los nuevos significados, lenguajes y s&iacute;mbolos&rdquo; del nuevo modelo civilizatorio posible pudieran canalizarse mediante la movilizaci&oacute;n, virtual o real, y mediante nuevas formas de resistencia en las comunidades. <br /> &nbsp;<br /> _Por un Ecosocialismo consecuente_ <br /> &nbsp;<br /> El discurso antineoliberal del Modelo de Desarrollo Bolivariano puede ser un primer paso para&nbsp; la instrumentaci&oacute;n de un modelo m&aacute;s justo; sin embargo, la racionalidad impl&iacute;cita en los planes y pol&iacute;ticas de desarrollo previstos dentro del Ecosocialismo del Siglo XXI en Venezuela atenta contra ello pues no ha cambiado la l&oacute;gica productivista, instrumental y desarrollista. Adem&aacute;s, la concepci&oacute;n de transformaci&oacute;n revolucionaria impl&iacute;cita en tal modelo no es diferente a la de los a&ntilde;os &lsquo;60 y en todo caso sus lineamientos vienen desde arriba. &iquest;Se puede hablar de justicia, equidad social y solidaridad cuando el modelo de desarrollo no toma en cuenta la dimensi&oacute;n ambiental o la equidad intergeneracional?; &iquest;cuando sacrifica el bienestar y el derecho a la identidad cultural de sus comunidades ind&iacute;genas en aras del desarrollo econ&oacute;mico o de una integraci&oacute;n latinoamericana que trasciende las expectativas de&nbsp; bienestar de los actores nacionales?; &iquest;cuando no reconoce el impacto negativo que tienen los megaproyectos que se dise&ntilde;an (ll&aacute;mense &eacute;stos gasoductos, oleoductos o grandes obras de infraestructura) y cuyos costos econ&oacute;micos, socio-culturales y ambientales se invisibilizan en aras de una nueva visi&oacute;n sobre la integraci&oacute;n latinoamericana?; &iquest;puede hablarse de un modelo revolucionario que no estimule pr&aacute;cticas y relaciones m&aacute;s equitativas con el ambiente, con sus comunidades y con las generaciones futuras? <br /> &nbsp;<br /> La construcci&oacute;n del Ecosocialismo del Siglo XXI en Venezuela pasa, en primer lugar, por superar la profunda brecha que existe entre el discurso y la realidad del modelo de desarrollo; en segundo lugar, requiere que el modelo civilizatorio deseable sea construido colectivamente y no venga impuesto desde arriba como ocurre en la actualidad y; finalmente, que su fuente de inspiraci&oacute;n sea la transici&oacute;n hacia una sociedad postpetrolera, tal como la vision&oacute; Salvador De La Plaza, eminente historiador y pol&iacute;tico venezolano, quien alert&oacute; sobre los efectos nocivos del petr&oacute;leo y la necesidad de controlarlos para lograr la soberan&iacute;a nacional e impl&iacute;citamente destac&oacute; que para que la actividad petrolera sea sustentable ambientalmente se requiere que tanto los beneficios como los costos ambientales que derivan de la explotaci&oacute;n de los hidrocarburos est&aacute;n contemplados en la &ldquo;contabilidad&rdquo; no solo econ&oacute;mica sino tambi&eacute;n socioambiental y cultural. <br /> &nbsp;<br /> Esta visi&oacute;n no es muy diferente de la de Kovel y Lowry (2002), quienes en el Manifiesto Ecosocialista se&ntilde;alan que una sociedad con un alto grado de armon&iacute;a con la naturaleza deber&iacute;a llevar a &ldquo;la extinci&oacute;n de la dependencia de los combustibles f&oacute;siles&rdquo;, los cuales considera como consustanciales al capitalismo industrial. Eliminar tal dependencia &ldquo;puede proporcionar la base material para la liberaci&oacute;n de los pa&iacute;ses oprimidos por el imperialismo del petr&oacute;leo&rdquo; y reducir el calentamiento global y otros problemas que se desprenden de la crisis ecol&oacute;gica. <br /> &nbsp;<br /> Mar&iacute;a Pilar Garc&iacute;a-Guadilla&nbsp; -&nbsp; <a href="mailto:mpgarcia@usb.ve">mpgarcia@usb.ve</a> <br /> &nbsp; <br /> El Libertario&nbsp; -&nbsp; <a href="http://www.nodo50.org/ellibertario">www.nodo50.org/ellibertario</a>&nbsp; -&nbsp; <a href="mailto:ellibertario@nodo50.org">ellibertario@nodo50.org</a>&nbsp;<br /> &nbsp;</span></p> http://estrecho.indymedia.org/general/noticia/venezuela-mito-del-%E2%80%9Cecosocialismo-del-siglo-xxi%E2%80%9D#comments General conflictos ambientales ecosocialismo Venezuela Tue, 13 Apr 2010 21:22:38 +0000 1566 at http://estrecho.indymedia.org